La Universidad de Barcelona investiga en sistemas de traducción automática

El traduttore tradittore (traductor traidor) tan manido es una realidad sobre todo cuando interviene la informática. Al menos hasta ahora. Una de las viejas aspiraciones del hombre, la traducción automática, sólo ha sido resuelta en la ciencia ficción. Desde hace varias décadas grupos de investigadores intentan encontrar un sistema lo suficientemente capaz y fiable como para abandonar tamaña labor en manos de un ordenador. Una de estas iniciativas es el proyecto europeo ALEP, en el que participa la Universidad de Barcelona (UB) dentro del III Programa Marco de I+D de la CE. No se puede dejar nada al azar, y menos un negocio mundial que los especialistas calculan en 12.000 millones de dólares (unos 170.000 millones de pesetas).

La UB había estado trabajando anteriormente en el programa europeo de investigación en traducción automática Eurotra. El proyecto ALEP, su continuación, está dedicado a desarrollar recursos lingüísticos documentales fiables y extensibles para el inglés, alemán y español. La Universidad de Barcelona también participa en otros tres proyectos más. Uno de ellos es el Multext, que busca establecer estándares de software en el desarrollo de dos tipos de recursos para el trabajo con corpus. Gracias a una interficie de usuario común las herramientas se integrarán en un sistema de manipulación de corpus con todas las funcionalidades necesarias para la investigación académica o industrial. Además, comprobará y extendrá las convenciones basadas en el Text Encoding Initiative con especificaciones especialmente dedicadas a córpora multilingües y a las necesidades de las herramientas para el procesamiento del lenguaje natural y la investigación en traducción automática basada en corpus. De un año de duración, el programa, en el que entre otros también interviene la Universidad Autónoma de Barcelona, finalizará en febrero de 1995.

El tercer proyecto, el Trade, cuenta con la participación del Centro de Cálculo de Sabadell. El objetivo es diseñar un sistema operativo de traducción automática basado en los recursos y la tecnología desarrollada en el programa Eurotra. Al ser preindustrial, el proyecto se concentrará en cuestiones prioritarias para el producto final: eficiencia, extensibilidad, robustez, accesibilidad y tratamiento de textos reales. Finalizará en junio de 1995.

Por último, el proyecto Eurolang, liderado por SITE (Francia) y Siemens-Nixdorf (Alemania) propone el desarrollo de un paquete de herramientas para el procesamiento del lenguaje natural, entre ellos un sistema de traducción automática y diversos productos de ayuda para el traductor. En este caso finalizará en junio de este año.

En los 70 la Comunidad Europea introduce la informática para intentar resolver el engorroso problema de traducir todos los documentos a varias lenguas y, de paso, ahorrar algo en el desorbitado presupuesto. Tras adquirir el sistema americano de traducción Systran, actualmente en funcionamiento, se decidió iniciar el proyecto Eurotra en 1983. Al finalizar, en 1992, se gastó un total de 37,5 millones de ECUS. La idea era conseguir parejas de lenguas como el alemán-castellano, hasta un total de 72 emparejamientos.

Con sede en Luxemburgo, cada Estado miembro creó para Eurotra un grupo universitario. España, casi sin especialistas en lingüística computacional, necesitó crear un grupo de trabajo ubicado en la Fundación Bosch i Gimpera de la UB. En el programa participaron gramáticos, lexicógrafos y traductores. El grupo principal se instaló en Barcelona con la idea de extenderlo por diversos centros distribuidos por todo el país, pero finalmente se creó otro centro en la Universidad Autónoma de Madrid, que se dedicó básicamente a la morfología. Con el transcurso del tiempo el principal tema del Eurotra, la creación de un sistema de traducción automática con tecnologías de reconocimiento del habla, se convirtió en secundario. Fue más relevante promover la comprensión científica entre jóvenes y las actividades en lingüística computacional. Técnicamente, ha pasado a tener una visión más modesta: diccionarios, sistemas de análisis monolingüe y la traducción entre dos lenguas. Se había conseguido un sistema teórico de reglas que era capaz de incorporar otras lenguas sin producir una modificación. En Eurotra se utilizaba el sistema transfer, que se basa en significados léxicos pero no permite romper las oraciones. La CE consideró la necesidad de aparcar la investigación universitaria y reorientar Eurotra hacia la industria para obtener productos, que ahora ha quedado recogido en ALEP. Este proyecto está dirigido a incrementar la obtención de productos interesantes para la industria (diccionarios, comprobadores estilísticos y gramaticales, traductores de cierto nivel, detectores de plagio y autoría y también la traducción asistida. Se quiere comercializarlos a nivel de usuario.



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