Un nuevo enfoque para la formación informática

Universidades, academias, centros especializados de todo tipo. Instituciones como el INEM o Centros de Desarrollo de Comunidades Autónomas, presentan una múltiple oferta de formación informática, la cual supone una demanda, también múltiple, tanto en niveles: carreras universitarias, especialidades, oficios, o simplemente adiestramiento tipo usuario., como en enfoques: curricular, de entrenamiento o práctico, introductorio.El enfoque de la formación informática, en general, es "didactista":

Pero una serie de dudas surgen sobre la generalmente admitida escasa eficiencia de la formación y, muy especialmente, de la formación informática. ¿Por malas técnicas? Difícilmente puede encontrarse un campo donde las técnicas de enseñanza y aprendizaje hayan avanzado más. ¿Por mala didáctica? Simplemente diremos que la selección natural de los centros o de los cursos se hace, o se hará, espontáneamente, si sus resultados no son buenos, por más esfuerzo de marketing que realicen los malos didactas.

Pero, si existe ineficacia en la formación informática, debe haber una causa, y si no es la técnica ni la didáctica, debe ser - creemos - el erróneo enfoque epistemológico de que parte la formación informática: a quién y en qué condiciones se imparte.

¿De qué Formación Informática hablamos?

Otro elemento no menos importante que incide en la ineficacia de la formación informática es: ¿de qué formación informática hablamos? Porque, sólo a título de ejemplo, podemos hablar de múltiples disciplinas. Por ejemplo, Análisis y Programación, es decir, formación técnica lógica, pero en ella podemos encontrar variables complementarias como el tratamiento sistemático (desarrollo orgánico) o por el contrario creativo (planeativo), la elaboración pura o la insertada en cuenta de resultados, aislada o en interacción funcional, etc. También está la denominadas Vertientes de Gestión, como pueden ser la realización de proyectos en plazo, calidad y coste, la jefatura y dirección de proyectos, la jefatura o dirección de CPD o de producción, la consultoría, la venta consultiva, la venta dura, etc. En cualquiera de estas o de otras vertientes puede insertarse lo aprendido en informática.

El aprendizaje, tanto de la técnica informática como de la vertiente a que se aplique, estará condicionado por las dinámicas de personalidad del individuo, del hecho de que se adapte o no a su perfil: si se adapta aprenderá y, si no, la formación será ineficaz.

Enfoque Caliper

Presentamos dos enfoques necesarios para centrar la formación informática y hacerla más eficaz. En primer lugar, el enfoque epistemológico básico: las personas poseen dinámicas de personalidad profesional específicas, únicas, es decir, fuerzas, debilidades y motivaciones que les hacen más adaptadas para unos puestos y actividades que para otros. A este compuesto de capacidades, disposiciones y motivaciones llamamos el perfil del individuo. Conocer previamente cuál es el perfil del individuo, ayudará a hacer más eficaz la formación, también la formación informática.

En segundo lugar, el enfoque pedagógico: la formación no puede ser básicamente aprovechada sino por aquel que está adaptado, en su compuesto de personalidad profesional, al puesto o a la enseñanza en concreto. Si se da esta circunstancia, cualquiera sea la metodología, será más eficaz.

Enfoque multipolar

La formación, también la informática, comienza con el análisis del puesto y del entorno organizacional, para confrontarlo después con la evaluación de dinámicas de personalidad profesional del formando. De este doble análisis debe surgir un Planteamiento compuesto del "para qué formar" ¿qué es lo que va a hacer o quiere hacer el individuo? ¿cuál va a ser o quiere que sea su proyección profesional?, y "a quién" se va a formar ¿Cuál es su perfil profesional, o por dónde van sus dinámicas de personalidad profesional?. Dejando de momento a un lado la finalidad u objeto de la formación informática, centrémonos en la personalidad profesional del formando: ¿Se adecua ésta a la formación que va a recibir?

Excepto en la formación intra-empresa, y lo decimos con serias reticencias, raramente o nunca se evalúa al candidato a la formación para orientarle mejor hacia lo que va a hacer o tratar de aprender: por inercia, tal vez, o porque se supone que todo se puede aprender, o porque se cree que todo el mundo sirve para cualquier cosa si es inteligente y está dispuestoLa evaluación profesional es difícil y está llena de trampas: con demasiada frecuencia se echa mano de la experiencia, y "la experiencia no siempre cuenta"; se priman los títulos y el curriculum escolar, y "no es lo mismo aprender y desarrollar en el entorno de la organización"; se supone que, si una persona está motivada, será productiva y crecerá en el puesto, y "se olvida que intereses y motivaciones no dicen necesariamente dinámicas de personalidad profesional adecuadas al puesto".

Con frecuencia se habla de competencias para designar esos requisitos que ha de tener la persona para tener éxito frente a las competencias que demanda la organización del puesto. Para evitar confusiones, Caliper llama dinámicas a los rasgos de personalidad profesional del individuo. Y entiende por dinámica el compuesto de capacidades o fuerzas, debilidades o limitaciones y motivaciones o intereses.

Por ejemplo, alguien puede ser muy bueno para los números pero no gustarle el manejo de detalle, y menos si es rutinario y de naturaleza repetitiva; o no ser capaz de auto-organizarse, fijarse criterios y prioridades; o no ser bueno para defender sus planteamientos, o para acomodarse a las exigencias del cliente.

Para conocer por dónde va el perfil de una persona y para saber, conociendo el perfil del puesto o proyecto, si la persona se adecua al mismo, Caliper analiza más de 40 rasgos de personalidad profesional, muchos de ellos a su vez complejos. Proyecta a las personas a un ajuste dinámico con determinadas posiciones. Ayuda a establecer un proceso de ajuste y desarrollo que lleve a la personas a la mejor utilización de sus talentos, evitando sus debilidades.

Concluyendo, podemos dejar planteados algunos interrogantes:

¿Corresponde la formación informática a las necesidades reales de las organizaciones? La llamada formación informática debe ser algo más que informática.

¿Cuál es la eficiencia de la formación informática? ¿Porqué no es mayor? La formación no tiene sólo que ver con el contenido, ni sólo con las destrezas, sino sobretodo con las personas que aprenden: ¿son las adecuadas?

¿Cómo conocer la adecuación de las personas a la formación y/o proyección profesional hacia las que se les proyecta? Evaluando su perfil de dinámicas y de habilidades. Es éste el punto que más queríamos resaltar.

Martín Barbero Manzanal

B&G Caliper Human Strategies

Director para España y Portugal



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