En 2016 el uso de factura electrónica creció un 25,9% en España
El ritmo de adopción de la factura electrónica en España no dista mucho de la media europea, aunque se dispara en el segmento de e-facturas B2C.
Según datos de la Asociación Europea de Proveedores de Servicios de Facturación Electrónica (EESPA), en 2016 el uso de la e-factura aumentó un 25,6% en España. El porcentaje ascendió al 29% en el conjunto de Europa.
El rendimiento de este mercado en España va en paralelo con el rendimiento europeo, aunque con alguna excepción.
La mayoría de las facturas fueron entre empresas (B2B) y de empresas a Administraciones Públicas (B2G), que además registraron un crecimiento del 23,9% en España y del 34,9% en Europa.
Es en el segmento de facturas entre empresas y consumidores (B2C) donde la diferencia es más acusada. En el último año el uso de facturas B2C ha aumentado significativamente en el caso de España (un 52,8%) frente al 19,6% del crecimiento de media en Europa.
El sector servicios lidera el uso de la factura electrónica, seguido por el de Industria y el sector primario, tal y como especifica el documento. La mediana empresa (25,76%) es la principal usuaria, por encima incluso de la gran empresa (22,46%). Madrid, Cataluña y Andalucía son las Comunidades que más la utilizan.
El informe estima que el valor total de las facturas tramitadas fue de 9.477 millones de euros en 2016. Las e-facturas españolas supusieron el 10,8% del total de las europeas.
El crecimiento experimentado, explica Alberto Redondo, director de Marketing de SERES, se debe en gran parte a la “obligatoriedad de facturar en formato electrónico a las APP iniciada el 15 de enero de 2015”.
“A pesar del parón en compra pública derivado de la falta de gobierno, la factura electrónica recibió un nuevo empujón por parte de diferentes gobiernos autonómicos para agilizar y facilitar la relación con sus proveedores”, ha celebrado.
