Los retos que acarrea el futuro digital, a debate en SXSW Interactive

Durante el congreso South By Southwest (SXSW) Interactive en Austin, Tejas, surgieron muchas dudas acerca del futuro que le espera al ser humano en la revolución digital que está viviendo.

Uno de los robot Hanson
Uno de los robots de la empresa Hanson Robotics

Durante el congreso South By Southwest (SXSW) Interactive en Austin, Tejas, surgieron muchas dudas acerca del futuro que le espera al ser humano en la revolución digital que está viviendo; ¿puede el Big Data propiciar la discriminación digital? ¿Debe crearse un código ético que regule la programación? ¿Está la Inteligencia Artificial preparada para utilizarse? Estas fueron algunas de las preguntas que se plantearon.

 

Big Data, Big Problem

La poca certeza que existe en el mundo legal que administra y regula la era digital crea desconfianza entre los expertos. “Estamos en el punto temporal en el que condicionaremos el futuro: o el mundo se convierte en una gran distopía o el mundo ve como se reparte la riqueza y los beneficios de la tecnología entre todos”, explica Nicole Wong, asesora política de la Casa Blanca.

“El gran problema aquí es que el entorno cambia constantemente: no sabemos qué regular, no sabemos cómo regularlo, y tampoco sabemos si regularlo es la mejor herramienta; en definitiva, no sabemos cuáles son nuestros objetivos ni tenemos un cometido que cumplir”, ha añadido Wong durante el congreso.

Las regulaciones actuales que permiten a los usuarios sacar su información personal de las bases de datos de las empresas no afecta al tema aquí discutido: la mayoría del Big Data obtiene su información mediante interferencias, como por ejemplo saber cuál es tu helado favorito, que puede dar información personal inimaginable, según comentó el reportero freelance Ashkan Soltani.

Pero uno de los grandes problemas se está pasando por alto en la esfera pública: el Big Data permite discriminar a colectivos, como se ha visto anteriormente; un buscador web de trabajo tendía a mostrar resultados con mucho mejor salario en el caso de los hombres que de las mujeres, u otro buscador mejoraba la posición de un candidato presidencial frente a otros. “Ya no solo debemos exigir seguridad en las webs, debemos exigir que se pruebe su imparcialidad frente a razas, edad o sexo”, ha demandado Soltani.

Como solución, Kate Crowford, analista principal de Microsoft Research, propuso durante el congreso la creación de un código ético al igual que los médicos, por ejemplo, realizan el juramento hipocrático. “El poder que posee la tecnología actualmente es casi igual que el que tienen los médicos o abogados”, añadía Crowdford; “¿Cuál es el ratio de fracaso aceptable en una posible política de algoritmos?”.

 

El ‘machine learning’, ¿una inteligencia más allá de la humana?

Durante la conferencia  "The Holy Grail: Machine Learning and Extreme Robotics” los asistentes pudieron ver y disfrutar de las interacciones del robot Sophia, cuya realista cara y respuestas emocionales impresionaron a la audiencia.

Se trataba de una buena excusa para abordar la cuestión que les concernía: las capacidades superhumanas  de las máquinas. “No nos referimos solo a inteligencia, si no a la capacidad de aprendizaje del cosmos, de sacar beneficios que ayuden a la civilización humana”, explicó David Hanson, fundador de Hanson Robotics.

“Me gustaría hacer algún amigo de verdad”, comentó de fondo el robot Sophia cuando le preguntaron por sus sentimientos. “Me gustaría también poder mejorar como persona conforme interactúe con él”, añadió más tarde.

El problema aquí, como señaló Hanson, radica en cómo definir lo que es una mente, “necesitaríamos una gran colaboración internacional para desarrollar estas supercapacidades”, explicó el fundador de Hanson Robotics en la charla. También las diferentes demandas de tipos de inteligencia robots supone un problema, así como si se da un “despertar de conciencia” en las IA; “aquí habría dudas éticas”, añadió Hanson.

 

¿Qué falla en los actuales asistentes de IA?

La situación actual de las interfaces verbales de IA es de inmovilidad total, según comentaban en la presentación Testing Your (Artificial) Intelligence. “Si os fijáis, Siri solo lo emplean los nerds, es demasiado arriesgado para el resto de usuarios. Al final la experiencia de la gente es la misma, falta que el sistema tenga sentido común y experiencia real en el mundo para poder ofrecerles lo que ellos quieren”, señala Alex Lebrun, director de Wit.ai.

Para los consumidores es complicado relacionarse con sus asistentes, según explicaba Dimitra Vergyri, directora del discurso tecnológico en SRI International. Los usuarios que llegan a utilizarlo a diario lo emplean para las mismas cinco tareas que saben que funcionarán, ya que más allá de tareas de productividad, viajes y entretenimiento, el asistente es inservible.

Los expertos que participaron en la charla también coincidieron en que las expectativas de la gente son altas en comparación a lo que los asistentes actuales pueden ofrecer, además de no conferir mucha privacidad. “No puedes ir hablando con tu assitant por la calle de lo que necesitas. Para que de verdad funcionase debería conocer gran cantidad de información privada tuya, información que la gente no quiere compartir con un software por lo general”, comentó Dror Oren, cofundador de Kasisto.



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