Sánchez resucita la 'tasa Google' ante un sector tecnológico suspicaz

El Gobierno de Pedro Sánchez se ha comprometido a imponer un impuesto que tenga en cuenta el impacto de las empresas tecnológicas que no pagan impuestos. Pero una norma afectaría a todas por igual. Y el sector reacciona.

nuevo gobierno

Empezamos a hablar sobre la tasa Google hace cuatro años. El Gobierno de Sánchez la ha resucitado y su gabinete ya trabaja para ponerla en marcha.

“Nuestras prioridades serán una fiscalidad que tenga en cuenta el impacto de las tecnológicas que no pagan impuestos y rediseñar nuestro impuesto de sociedades”. Así lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su intervención hoy en el Congreso de los Diputados.

Aunque se desconocen los detalles, el impuesto tecnológico se tramitará a todas luces como un proyecto de ley, con la intención de que entre en vigor a principios del próximo año. Según estimaciones del anterior Gobierno, la tasa Google recaudará hasta 600 millones de euros. Claro que una norma de estas características afecta a todas las empresas tecnológicas por igual; a quienes pagan y a quienes no pagan. Las reacciones no se han hecho esperar.

Las reacciones

Una de las primeras empresas en reaccionar públicamente ante la ‘tasa Google’ ha sido Ericsson. Su presidente y consejero delegado para España, José Antonio López, ha advertido que si hacen pagar ese nuevo impuesto, llevará sus centros de I+D a Portugal.

Pedro Mier, presidente de la patronal tecnológica de AMETIC, también ha criticado el gravamen, que considera que conlleva “efectos perversos”, sobre todo al aplicarse a un sector tan fructífero. No obstante, ha pedido que medidas de este corte deben hacerse a nivel global, ya que “en el mundo digital no hay fronteras”.

En el mismo sentido se ha pronunciado también la exministra Elena Salgado, actual presidenta de AEC, que ha pedido en una reciente comparecencia que la tasa se diseñe bien y que no afecte a las empresas que crean valor en España.

Europa busca la fórmula definitiva

El pasado mes de marzo, la Comisión Europea lanzó la propuesta de un impuesto del 3% a las compañías digitales que operen en suelo europeo. La norma se aplicaría tan sólo a las compañías con una facturación superior a los 50 millones de euros anuales en Europa y que vendan activos digitales como espacios de publicidad online.

El órgano de poder busca un sistema tributario que se adapte a la nueva realidad digital, aunque seguramente encontrar una norma que satisfaga a todas las partes sea harto improbable.



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