Opinión

Cuidado con la dispersión de las funciones de red

La tribuna de opinión de Eduardo García, director regional para el Sur de Europa de KEMP Technologies, quiere advertir sobre las fuentes de la dispersión virtual y sugiere algunas formas de controlarla antes de que se vaya de las manos.

SIM virtual

La virtualización, la nube, la rapidez en el desarrollo y DevOps ofrecen una agilidad sin precedentes a las empresas que quieran desplegar y escalar nuevos servicios de forma urgente. Muchas unidades de negocio pueden, teóricamente, desplegar servidores, almacenamiento y, más recientemente, funciones de red a voluntad. De todas formas, algo inevitable es la dispersión virtual, que hace difícil rastrear, gestionar y proteger todos los recursos virtuales en uso. Si le añadimos orquestación virtual y herramientas de automatización, como Puppet, Chef y Microsoft System Center Orchestrator, solo se multiplica esta dispersión.

Algunas herramientas han conseguido dar respuesta a esta dispersión de forma bastante eficiente. Sin embargo, si la virtualización de las funciones de red se une al centro de datos definido por software, nace otro desafío. Las controladoras de distribución de aplicaciones (ADCs) en formato appliance, que proporcionaban balanceo de carga, prevención de intrusiones, funciones de firewall, autenticación y otras prestaciones, se han ido virtualizando y atomizando, de forma que los desarrolladores y arquitectos pueden encadenar y desplegar estas funciones de red individuales y su configuración requerida de software según se vaya necesitando para cada componente de la aplicación.

Inevitablemente, los administradores necesitarán una capa de control y un único panel de información que puedan aprovechar para desplegar, monitorizar, gestionar y escalar a través de todos los componentes, configuraciones y aplicaciones, con el fin de mantener un control razonable del rendimiento, la seguridad y el cumplimiento de la normativa.

Lo ideal es que dicha capa de gestión pueda integrarse en AWS, Azure y otros instrumentos de servicios cloud, junto con herramientas de orquestación como Puppet y Chef para obtener visibilidad y automatización en ambas direcciones. Al desplegar una instancia de Microsoft Exchange, por ejemplo,  estos elementos interactuarían para proporcionar las configuraciones correctas de las funciones de red, de acuerdo con las políticas corporativas.

Y, de manera inversa, cuando el rendimiento se convierte en un problema, el ACD virtual dirigiría la capa de orquestación para desplegar nuevos servidores de aplicaciones cuando fuera necesario. Por último, los tableros de control, registros y análisis permitirían realizar un seguimiento y resolver los problemas de rendimiento antes de que tengan un impacto en el negocio.

En definitiva, la dispersión NFV ha llegado pero, con las herramientas adecuadas, el departamento de TI podrá evitarse muchos dolores de cabeza.

Escrito elaborado por Eduardo García, director regional para el Sur de Europa de KEMP Technologies.



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