El carisma del departamento de TI

De su carácter depende su permanencia en la empresa

Frente a una fuerte corriente de prácticas de externalización como la mejor alternativa para la reducción de costes, los integrantes del departamento de TI se acogen a su carisma como el principal valor añadido para afianzarse en sus respectivos puestos y que la dirección general no se plantee recurrir al offshore.

Dinero. De eso se trata cuando se externalizan trabajos a otros países, lo que se conoce generalmente como offshore outsourcing. Se trata de dinero real que pasa por encima de todo tipo de valores humanos. Y de presidentes ejecutivos que actúan como máquinas desprendiéndose de los presupuestos de Tecnologías de la Información y de parte del personal para mejorar el aspecto de sus balances generales y conservar sus enormes salarios. ¿Es este el objetivo al reducir el staff TI y enviar el trabajo fuera?
No exactamente. Es cierto que el dinero tiene importancia. Pero no hay que engañarse, generalmente interviene un elemento muy humano cuando los CEOs emprenden una reducción importante de las Tecnologías de la Información. En ocasiones, sencillamente no les gusta el departamento de TI. Y en ocasiones es así por buenos motivos.
Si se pregunta a los usuarios finales, directores y ejecutivos qué piensan de sus departamentos TI, probablemente se obtendrá una de tres respuestas. Una parte de los usuarios, posiblemente el grupo más importante, será neutral. No muestran opiniones fuertes sobre TI. Generalmente opinan que “esa gente del departamento TI debe estar haciendo algo importante”, aunque nadie sabe a ciencia cierta lo que es. Probablemente escriban programas, o reparen PCs cuando se estropeen, ese tipo de cosas.
Por otro lado, destaca el grupo de usuarios que no escatima elogios sobre el departamento de Tecnologías de la Información. Estos son los usuarios a los que realmente les gusta la gente de TI, y cuentan historias de problemas resueltos, proyectos salvados y milagros hechos realidad. Aunque tampoco saben probablemente qué hace en realidad el departamento TI sí pueden decir lo que ha hecho por ellos.
Y después está el tercer grupo de usuarios. Estos tienen también algunas expresiones especiales para describir a la gente del grupo TI, pero resuelto, salvado y milagros no forman parte de su vocabulario. Arrogantes sí. Y también autoritarios, inflexibles y poco cooperadores.
Es fácil adivinar qué grupo será el más rápido en unirse al carro del outsourcing y del offshoring.
La explicación oficial siempre será que se trata de una cuestión de dinero: ahorrar costes enviando fuera el trabajo de desarrollo de aplicaciones. Aumentar la eficiencia externalizando las operaciones y el help-desk de atención al usuario. Y conseguir inversores más satisfechos gracias a la reducción del personal.
Y si parece que la dirección superior está ajustando cuentas con el departamento TI, es posible que sea eso lo que está sucediendo.
Por otra parte, observando la situación con objetividad, resulta fácil de comprender. Teniendo en cuenta que el resto de la plantilla lleva pensando durante años que el departamento TI no les ha tratado demasiado bien, y que han estado sujetos a ellos durante bastante tiempo. Y también que no había sido posible de librarse de esos elementos arrogantes y autoritarios del grupo TI.
Es decir, hasta ahora. Y ahora que hay finalmente una forma de conseguirlo, lo van a conseguir. Incluso si significa aceptar estimaciones demasiado optimistas sobre ahorros de costes y afirmaciones poco probables sobre la calidad y la efectividad de las empresas a las que se les encarga el trabajo. Probablemente es una cuestión de interpretar los deseos como realidad, pero después de años de considerarse rehenes de la organización TI, lo que esos ejecutivos y directores desean principalmente es desprenderse de esos departamentos.
¿Está mal eso? Ciertamente. ¿Es injusto? Quizás. Pero si un CEO no valora lo que está haciendo un departamento de Tecnologías de la Información y los ejecutivos y directores externos al área TI no tienen nada bueno que decir sobre ella, es posible que eso defina realmente el valor que tiene la organización TI para el negocio.
Si es así, la empresa con un departamento TI en esa situación tiene un problema, y podría ser demasiado tarde para resolverlo.
Naturalmente, si esa es realmente la situación, puede suceder que el grupo TI de la empresa no lo crea así. Después de todo, la externalización no es la solución mágica. Nosotros representamos las Tecnologías de la Información, pensarán. Nos necesitan. No pueden prescindir de nosotros. Y si lo hacen se arrepentirán.
Es posible. Pero conviene considerar lo siguiente: Incluso si la externalización resulta ser una decisión terriblemente equivocada, los ejecutivos, directores y usuarios que han permanecido descontentos con el departamento TI no tienen nada que perder en adoptarla. El antiguo departamento TI –el que no les gustaba– ha desaparecido. Y si hay que crear un nuevo grupo TI a partir de cero, podría resultar mejor esta vez.
No es un cálculo en el que se requiera contar dinero. Pero desde luego es humano.

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