Escuela de Sistemas Informáticos (ESI)

El código de los caballeros

La formación en informática no siempre se fundamenta en este código, sino en sacar el máximo provecho económico de los clientes, ofreciendo a cambio un servicio, algunas veces, de poca calidad, sobre todo en estos días que corren, dónde la crisis ha afectado principalmente a este tipo de sectores. A pesar de esto, cada Escuela, sea universitaria o no, presenta una serie de peculiaridades, que en el caso de ESI parecen concentrarse en la caballerosidad ante aquellos que se acercan a ella.

La enseñanza, y en concreto la relación que se establece entre alumno y profesor, es algo cálido y cercano. En el acto de formar a una persona, el educador pierde muchas cosas personales, porque el alumno es como una esponja, que no sólo le arranca parte de su tiempo, sino que se lleva ideas, experiencias, etc. De este modo, en esta relación mutua de generosidad, es dónde se apoya la enseñanza desde hace miles de años.

Sin embargo, los tiempos cambian y aparecen máquinas que amenazan la figura del profesor. Se trata de la enseñanza asistida por ordenador, un nuevo lenguaje abierto a la formación. A pesar de esto, parece ser que el hombre sigue necesitando del hombre en este tipo de tareas, sobre todo para nuestra raza latina, de tal forma, que las máquinas se están convirtiendo más en un complemento y en una ayuda, que un sustituto.

Esta situación de camaradería descrita anteriormente, es la filosofía que fundamenta la existencia de la Escuela de Sistemas Informáticos (ESI), según su Director Técnico, Oscar Abram Coppola.

La historia de la Escuela comienza con el desarrollo personal de los miembros que forman el Consejo de Dirección de ésta. Por su parte, Oscar Abram tras trabajar varios años montando centrales eléctricas e informatizando sus sistemas de producción, se situó en Madrid y personas del Ministerio de Educación y Ciencia se interesaron por su trabajo. De estas conversaciones, surgió que él y un grupo de personas comenzarán a impartirles formación en sus respectivas áreas.

Posteriormente, en el año 1978 se puso en vigor la Ley de Ordenación de la Formación Profesional en la rama de informática y quisimos hacer un centro de enseñanza en el cual aborreceríamos absolutamente todo lo que no tuviera que ver con la profesionalidad, prometiéndonos que siempre estaríamos anticipados a la tecnología explica el Director Técnico del ESI. Conforme a estos principios iniciales, nació ESI en el año 1979 de una forma muy precaria, ya que en aquellos momentos el coste de los ordenadores era muy alto, nutriéndose de un cuerpo importante de profesionales, que aún hoy están en el Consejo de Dirección. De este modo, crearon este centro dependiente del Ministerio de Educación, privado pero homologado por la Institución y comenzamos la eterna carrera tecnológica. Como consecuencia, explica Oscar Abram, avanzamos mucho más de lo que las disposiciones oficiales ofrecían y, poco a poco, nos dimos cuenta de que nuestra relación, que aunque siempre fue buena y cordial, no era posible, porque no manteníamos la misma escala de valores que la administración con respecto a la educación informática.

El cambio de ESI

En pocos años, ESI pasó de un estadio de formación profesional a un estadio universitario sin apenas darse cuenta. Su objetivo no eran, simplemente, los profesionales, sino que también pretendían cumplir una función social, es decir, retribuir a ésta, lo que la sociedad les daba, contemplando esto en el estatuto de régimen interno de la escuela. Nuestros trabajos con la ONCE, los minusválidos y las cárceles, siempre fueron trabajos gratuitos de fin de semana, que considerábamos sin grandes aspavientos explica el Director Técnico de ESI.

La internacionalización de la escuela comienza en el año 1982, cuando viajaron a la Universidad de Berkeley a comprar el primer equipo Unix que entró en España, lo trajimos de la universidad directamente, lo instalamos y apostamos por el Unix cuando todavía era una quimera. Seguidamente, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas compró uno y estuvieron trabajando juntos durante los años 82 y 83, con el fin de formar a sus profesores en estas nuevas tecnologías, que no era un estándar en aquel momento, sino una apuesta muy difícil. Sin embargo, como nuestra ilusión era que todos los ingresos revirtieran en la escuela, no nos daba miedo la inversión. Así que apostamos por ello y salió bien porque al final se ha convertido en un estándar.

Posteriormente, incorporaron otro edificio como anexo, junto al MEC, que se llenó inmediatamente y en el curso 83-84 contaban ya con 1.300 alumnos. Sin embargo, la explosión del boom inmobiliario les obligó a abandonar estas instalaciones, y pasaron a un edificio frente al Museo del Prado, también como anexo.

En el año 1987, Autodesk les nombra Centro Oficial en formación de diseño asistido, por número y por la clase de nuestros alumnos, ya que sólo trabajamos para profesionales. Hasta el momento, ESI no ha impartido ningún curso del INEM aunque es un centro homologado, vamos a empezar a hacerlo con una nueva visión de lo que es la formación ocupacional en este año explica Oscar Abram.

Oferta normativa

La cartera de cursos de la Escuela cuenta con dos carreras de tres años cada una: una de diseño y otra de informática a nivel universitario. También, cuentan con cursos monográficos, de Investigación y Desarrollo y con distintos laboratorios que se dedican a esto. Los cursos no están diseñados por lo que piden las personas que entran por la puerta, sino por lo que les va a ocurrir de aquí a un año o dos. Hay un área de la escuela, denominada ESI Profesional, que se dedica a dar formación a las empresas, a través de una flota de aulas móviles, que se ubican en el mismo lugar donde se necesitan impartir las clases. Es una nueva modalidad, que han asumido muchos bancos, ya que estamos formando a su personal en la misma puerta, adaptando los cursos y horarios, para que no pierdan tiempo en trasladarse señala Oscar Abram y añade: contemplamos a la empresa como un ente al que hay que cuidar. La escuela no es un negocio para nosotros, sino que se vive y se trabaja para ella.

Tras, convertirse en Centro Autorizado de Formación por Autodesk, ESI es nombrada centro premiere, lo que le permite dar enseñanza a otras escuelas, incluidos los profesores de la escuela de arquitectura.

Hacia el año 1989, las diferencias con la Dirección de Formación Profesional son muy marcadas, su programa ya no se sitúa dentro de la F.P., ni por volumen de trabajo ni por asignaturas, lo que no significa, en opinión del Director Técnico, que la formación profesional esté mal, sino que se han ido despegando de este segmento y al ir acercándose más a la tecnología, se fueron situando en la esfera universitaria. Al no mantener una relación fluida con respecto a los programas con las instituciones públicas, sus relaciones se fueron ampliando a nivel internacional, empezaron a tener alumnos ingleses, a hacer cursos en Gran Bretaña y, finalmente, contactaron con la Universidad de Cambridge, con la que mantuvieron durante un año una relación formativa: ellos impartían cursos sobre una tecnología y ESI sobre otra. Hasta que llegó el ofrecimiento de ser su delegación universitaria en España, esto lo tomamos como una distinción demasiado exagerada, creímos que nos quedaba grande el tema y que teníamos que luchar para merecerlo, aunque no nos dábamos cuenta de que ya lo habíamos hecho durante bastante tiempo. De tal forma, que en el año 1989 se los nombra Centro Universitario Homologado por la Universidad de Cambridge a nivel de informática con una carrera universitaria, válida en Inglaterra y muy similar a la de allí, salvo algunos módulos que se han adaptados al mercado español. Las clases se imparten en español, aunque disponen de un departamento de inglés, dependiente de la universidad inglesa y que les permite aprend

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