Meta4, una historia marcada por el delirio

Uno de los emblemas del mercado TI español termina en manos francesas

Doce años como una de las empresas tecnológicas españolas mejor valoradas no han sido suficientes para que Meta4 vuelva por sus fueros tras los baches económicos sufridos en los últimos años. Ahora, su saber hacer nacional ha pasado, para frustración de muchos de sus accionistas, a manos del proveedor francés Adonix, que trata de apaciguar los ánimos proclamando su fe en el nuevo proyecto y su rentabilidad a corto plazo. En el lado liquidado por 6,5 millones de euros, señalan que es la solución menos mala de todas y tratan de obviar el intento frustrado de compra de un misterioso grupo nacional inversor respaldado por el SCH.

Fundada en 1991, en Madrid, Meta4 nace como proyecto empresarial de diez amigos que juntan 16.600 euros (100.000 pesetas de la época) cada uno, para llevarlo a cabo. Durante los primeros cinco años, los productos de Meta 4 son bien acogidos en el mercado natural de la empresa, el hispanohablante, por lo que la compañía abre filiales en México, Argentina y Chile. En el año 1996, el equipo directivo considera que es el momento de iniciar una expansión internacional más agresiva y recurren a inversores externos. Entra entonces en el accionariado la compañía norteamericana especialista en inversiones en TI General Atlantic Partners (más conocida como GAP), con un capital de 25 millones de dólares.
Con esta aportación, Meta 4 inicia una etapa de expansión que incluye la contratación de profesionales como Joaquín Moya, ex director general de IBM, pasando de una plantilla de 50 empleados a 1.000. También se abren filiales en Francia, Alemania, Italia, Portugal y Estados Unidos. En 1999, la compañía sale a Bolsa en el Nasdaq Europe siendo, junto con Jazztel, la única presencia española en dicho parqué, y sus acciones suben como la espuma. A finales del año 2000, Meta4 compra la empresa británica Cyborg.
En toda esta etapa de expansión, como era normal en aquellos años, Meta 4 no tiene en cuenta la rentabilidad de la empresa. En marzo de 2001, estalla la burbuja económica y las acciones de Meta4 en Bolsa se precipitan hacia el vacío. La compañía empieza entonces una reestructuración que incluye dos expedientes de regulación de empleo, uno en 2002 y otro en 2003, reduciendo la plantilla a 380 empleados. Se vende Cyborg y se cierran filiales. Las inversiones en I+D que habían estado sobredimensionadas en relación a la facturación de la empresa, vuelven también a su ser, fijándose en el 16% de los ingresos anuales.

A la búsqueda del equilibrio
En estos momentos, Meta4 ha llegado a un equilibro en las operaciones corporativas, con un Ebitda situado en el break even, gracias a la rentabilidad de las actividades que se realizan en España, Francia, Portugal, Argentina, Chile y México, las filiales que forman actualmente la corporación. Sólo queda un escollo por resolver, herencia de la alocada gestión de los años del boom de Internet. Se trata de una deuda de 15 millones de euros con el Ministerio de Industria y Energía (MINER) y con la Seguridad Social española. Por eso, los administradores de la compañía deciden que lo mejor es vender. Tras meses de valoración de diversas propuestas, finalmente la oferta del grupo francés Adonix es la que se consolida. Pierre Paradis, vicepresidente de Ventas, Marketing y Alianzas de Meta4, comenta que “es un buen momento para vender, ya que las cuentas de la compañía están saneadas y el valor en la Bolsa es muy bajo. Creemos que la oferta presentada por Adonix es la mejor opción puesto que, aunque los accionistas perdamos nuestra inversión, un riesgo que siempre se corre en Bolsa, se garantiza la continuidad del proyecto, el puesto de los empleados y las inversiones de nuestros clientes. Es la salida menos mala de todas, dada la situación”.
Por su parte, el Ceo de Adonix, Emile Hamou, ha explicado a los clientes de Meta 4 que “por favor no tengan más dudas, nosotros no tenemos ninguna. Tenemos lo necesario para conquistar nuevos mercados y el hecho de que Meta4 pase de pérdidas a beneficios será fácil para nosotros. Dentro de unos 3 ó 6 meses verán cómo las cosas han cambiado y seremos una compañía lucrativa. Seremos conquistadores”, en el III Foro Internacional de Meta4 (ver ComputerWorld nº 994).
Adonix, que ha cumplido 25 años, aporta 73 millones de euros en ventas, 600 empleados y 7.000 clientes. Es precisamente esta seguridad del negocio tradicional la que quiso transmitir a los clientes de Meta4, muchos de los cuales, según Pierre Paradis, habían paralizado en los últimos meses la contratación de nuevos proyectos de la compañía ante la incertidumbre que se cernía sobre la empresa, que, tan sólo hace un mes, había terminado con su proceso de reestructuración.

Propuesta frustrada
Paralelamente al desarrollo de esta operación financiera, el pasado 20 de noviembre el Consejo de Administración de Meta 4 recibe como un jarro de agua fría una oferta vinculante por parte de un grupo inversor nacional anónimo, aunque respaldada por el Banco Santander Central Hispano (SCH), para comprar la filial española y francesa, que complica un poco más la situación al mejorar, para alegría de los accionistas minoritarios, la oferta original de Adonix en un 17%, lo que significa un desembolso de 7 millones de euros por ambas sociedades.
Por si fuera poco, esta contraopa cuenta con dos ventajas añadidas en materia económica y de tiempo frente a la oferta del proveedor francés, según el comunicado que remite el SCH: la concesión de un préstamo puente a las filiales de 1,5 millones de euros como máximo para asegurar su solvencia durante el desarrollo de la operación y el compromiso de cerrar el proyecto de compra antes de finalizar el año. En dicho comunicado también se aclara que esta entidad financiera actúa sólo como intermediario del grupo inversor anónimo (al parecer compuesto por empresas de capital riesgo), y no como avalista, si bien portavoces oficiales del banco dejan caer públicamente que esta transacción mejora las condiciones de los accionistas, un dato que es muy bien acogido por Excel (el segundo accionista mayoritario, con un 29%) y los titulares minoritarios de Meta4 (un 8%), y con más que una reserva por GAP (que controla un 44%). Para garantizar la oferta y hasta que se produzca la aceptación de la misma, este grupo deposita 8,5 millones de euros en una cuenta del SCH.
Una semana después, el Consejo de Administración de Meta4 desestima la oferta española de compra y decide presentar como única solución viable la proposición de Adonix, que finalmente es aprobada por la junta de accionistas en Amsterdam, lo que aumenta las tensiones entre los titulares minoritarios y Excel, que ven oscuros intereses en el traspaso de la compañía a manos francesas y lo califican de “venta a precio de saldo” en el foro de Meta4 en Invertia, donde se pueden leer afirmaciones como estas: “Han engañado a los inversores para que inviertan en su compañía y luego la han vendido sin dejarles nada”; “han realizado la operación justo en el momento del cambio de Nasdaq Europe a Euronext en Bruselas, con lo cual ahora no cotiza en ningún mercado y así no se puede reclamar a nadie, ya que no está tampoco en la jurisdicción de la CNMV porque la empresa es holandesa y tampoco cotiza en ese paísR

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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