Operadores Móviles Virtuales: un valor virtual o un valor real

En las últimas semanas, coincidiendo con la apertura del nuevo curso, hemos asistido al anuncio del lanzamiento de operaciones en el mercado español por parte de algunos Operadores Móviles Virtuales (OMVs). Así, recuerdo haber visto anuncios de The Phone House, Telecor, Euskaltel, Ya.com y algunos más. Han sido seis meses de trabajo frenético desde que la CMT dio el pistoletazo de salida en febrero de 2006, y en los próximos seis meses los consumidores empezaremos a ver las primeras campañas publicitarias de estos nuevos operadores.
En principio, la denominación Operadores Móviles Virtuales se corresponde con la ausencia de red de acceso móvil propia al no tener una concesión de uso del espectro radioeléctrico y, por tanto, utilizan “virtualmente” la red de acceso de otra compañía que sí la tiene. Pero también el término podría tener otra lectura, y es que se les llame “virtuales” porque el valor que aporten al cliente también sea virtual
Si observamos lo ocurrido en los últimos años en otros países con un mercado de OMVs más desarrollado, veremos que en Europa, por ejemplo, existen aproximadamente 200 Operadores Móviles Virtuales, una cifra que representa el doble que operadores tradicionales. Los países europeos se encuentran en distintas fases de implementación de dichos operadores. Así, en los países del norte su penetración varía entre el 5-10% y el 25% del mercado (un porcentaje que ha alcanzado Dinamarca), aunque también hay otros países en los que se encuentran aún en una fase inicial del lanzamiento con penetraciones inferiores al 1% (como en el caso de Alemania o Francia).
La mayoría de los OMVs que operan en otros países ofrecen servicios muy básicos, y casi siempre actúan como revendedores de capacidades de los operadores de red. Los efectos, entre otros, han sido la bajada de precios, un incremento de la competencia observándose en algunos casos una pérdida de la cuota inicial que algunos de ellos fueron capaces de adquirir.
La reflexión que deberíamos hacer ante esta situación, es si estamos sólo ante una manera de hacer más eficiente la venta y distribución de servicios que actualmente prestan los operadores móviles en España o si, por el contrario, los Operadores Móviles Virtuales que ahora aparecen pueden aportar algo más.
Los que seguro ya se están frotando las manos son los fabricantes de teléfonos, ya que el acceso a un terminal de última generación es una de las armas utilizadas en la guerra de captación de clientes que tienen los operadores móviles tradicionales, y es de esperar que los “virtuales” que se avecinan también empleen este gancho para atrapar clientes.
Pero además de preocuparse por ofrecer el terminal más innovador, estoy convencido de que deben aportar algo más de valor a nuestra sociedad.
Si analizamos esta situación desde el lado de la economía, es obvio que cuantos más jugadores haya en el campo, más rápido se dinamizará el mercado. Lo que no está claro en este caso es que esa dinamización venga acompañada de un incremento del empleo, de la inversión y de la innovación.
Un posible beneficio podría provenir de la mejora de la productividad para los clientes empresariales. En este escenario, las empresas serían un buen objetivo para los OMVs y en sus ofertas la tecnología y los servicios adquirirían una posición relevante.
En este sentido, jugarán un papel importante los servicios combinados adaptados al estilo de vida de cada usuario.
Un servicio combinado está compuesto de un conjunto de servicios y funcionalidades de comunicación fuertemente integrados y que comparten un control común sobre las infraestructuras del operador. Podríamos decir que la suma de las partes es en sí misma un valor añadido al aportado por cada componente de forma individual. Por ejemplo, centralizar nuestra agenda de contactos e integrarla con un servicio de presencia (¿está disponible la persona para hablar conmigo por alguna vía: teléfono, e-mail, SMS...?) y localización (dónde se encuentra en este momento el contacto, si nos ha autorizado a verlo) y hacerla compatible con cualquiera de nuestros dispositivos. Todo esto aporta un claro valor por el que las empresas estarían dispuestas a pagar.
Eso sí, es obvio que para afrontar la implantación de estos nuevos servicios multimedia es necesario desplegar nuevas infraestructuras y apostar por tecnologías innovadoras. En este sentido, se observa la necesidad de dotar a la red de una infraestructura eficaz y versátil en la que se puedan desarrollar servicios, independientemente de la forma en que el usuario se conecta a la red, y sea posible combinar distintos tipos de servicios en función del usuario y del contexto en el que éste se encuentre. En este entorno, la arquitectura de referencia para los próximos años será IMS (IP Multimedia Subsystem).


Santiago Rodríguez Llorente, director de estrategia y desarrollo de negocio de Lucent Technologies

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