SEPA articula un nuevo panorama de trabajo para las entidades financieras de la zona euro. El éxito del proceso de migración depende de factores legales y económicos

La entrada en vigor de SEPA (Single Euro Payments Area) el próximo 1 de enero de 2008 supone un cambio en el panorama europeo de pagos, al que deben adaptarse tanto entidades financieras como consumidores comunitarios. Los beneficios, fruto de la estandarización de la normativa internacional, impactarán sobre todos los actores implicados.

Según un estudio elaborado por el Banco de España, uno de los principales handicaps a los que se enfrenta la banca es la falta de integración de sus operaciones de pagos, lo que dificulta el desarrollo de una estrategia conjunta para preservar dichos ingresos. Sin embargo, en este entorno hay una fecha que hará variar los esquemas en materia de sistemas de medios de pago. Y es que el 1 de enero de 2008 se implantará la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA: Single Euro Payments Area), en la que ciudadanos, empresas y otros agentes económicos podrán hacer y recibir pagos en euros, dentro de Europa, con las mismas condiciones básicas, derechos y obligaciones, independientemente de su ubicación y de que esos pagos hayan requerido o no procesos transfronterizos. SEPA supondrá un nuevo panorama europeo de pagos al por menor caracterizado por un mayor grado de integración. Ello implicará que las operaciones en euros quedarán sujetas a un conjunto uniforme de estándares, reglas y condiciones y que las mismas podrán, en consecuencia, ser procesadas con la misma facilidad, rapidez, seguridad y eficiencia con que lo son actualmente dentro de los mercados nacionales. En resumen, SEPA nace para superar la actual fragmentación en los procesos de pago minoristas de la UE. La comunidad bancaria europea ha creado el EPC (Euro Payments Council) para desarrollar e implementar el SEPA bajo el principio de la autorregulación. Las decisiones del EPC son obligatorias para todos que operan en el entorno SEPA.

La adaptación progresiva
Para Oliver Drewes, portavoz del comisario de Servicios y Mercados Internos de la Unión Europea, “nos gustaría que los Estados Miembros prestaran más atención a la promoción de SEPA, ya que es un asunto importante que implica a ciudadanos y consumidores, si bien parece que aún existe bastante desconocimiento al respecto”. Por su parte, Francisco Tur, experto senior en SEPA del Banco Central Europeo, expone: “Las empresas españolas, no sólo las que hacen transacciones transfronterizas, se beneficiarán de una zona única de pagos en la que haya más competencia”. SEPA hará todos los pagos electrónicos en la zona euro tan fáciles como, en la actualidad, son los pagos en efectivo. Esto significará que es posible ganar en rapidez y garantizar las transferencias bancarias entre entidades que se encuentren en la zona euro. Los bancos comenzarán a mejorar sus sistemas y cuentas bancarias para conseguir que la nueva Directiva de Pagos sea una realidad el 1 de enero de 2008. Todos los bancos prevén haber completado el proceso de actualización, con el fin de que SEPA sea una realidad a finales de 2010. El Gobierno español tiene un importante rol que jugar a la hora de garantizar la Directiva de Servicios de Pago, que es la fundación legislativa sobre la que se construye SEPA.
Javier Palmero, administrador principal de la Dirección General de Mercado Interior y Servicios, encargado de las operaciones con los particulares, política de consumidores y servicios de pago, explica que “la directiva de medios de pago se cimenta sobre tres pilares: estimular la competencia abriendo el mercado a nuevos proveedores, una mayor transparencia mediante condiciones de información armonizadas, así como una mejor armonización jurídica”.

Riesgos de no asumirlo
El objetivo de la Directiva de Medios de Pago es asegurar que los pagos dentro de la Unión Europea, en particular las transferencias de crédito y los pagos a través de tarjeta de débito, sean más sencillos y eficientes, al igual que lo son los pagos domésticos que se realicen dentro de un Estado miembro. Para Tur, “la nueva Directiva de Servicios de Pagos es imprescindible para el éxito de la SEPA. La Directiva facilitará la puesta en marcha de los productos SEPA de una manera coherente en todos los países de la Unión Europea. La Directiva acaba de ser adoptada por el Consejo Europeo y representa un hito para la consecución de un mercado único de medios de pago. Los bancos centrales están dispuestos a prestar asistencia a los legisladores nacionales para incorporar esta Directiva a la legislación nacional de la forma más armonizada posible.
Ana Ramírez, subdirectora general adjunta de la Subdirección General de Legislación y Política Financiera de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera del Ministerio de Economía y Hacienda, recoge en torno a la propuesta de Directiva de Servicios de Pago en el mercado interior, el interés del Gobierno en “instaurar un marco jurídico moderno y armonizado necesario para la creación de un mercado de pagos integrado, en el que se suprimirán los impedimentos a la entrada de nuevos proveedores de servicios”.

Factores de análisis
El éxito del proceso de migración a la SEPA depende de la consecución de factores tanto legales como económicos. Por otro lado, hay que tener en cuenta que existen una serie de cuestiones que es preciso atender. Para Tur, es clave la estandarización de las tarjetas, “un área en la que es preciso avanzar”, así como una nueva red europea de tarjetas de débito, que “suponga una alianza entre las actuales redes nacionales”. A ello hay que sumarle factores como que las infraestructuras deberán cumplir los criterios de SEPA definidos por el Eurosistema, así como la seguridad de los elementos involucrados. De ahí que se haya solicitado al EPC que elabore un código de buenas prácticas y promueva su aplicación.
En opinión de Drewes, “los bancos involucrados en el proyecto SEPA, son, desde luego, claves en lograr que éste sea una realidad. Asimismo, las empresas se beneficiarán en general a través de débitos directos desde cualquier parte de la zona euro, al tiempo que se logrará una gestión centralizada desde una única cuenta bancaria y el empleo de un solo terminal para las tarjetas de pago, lo que permitirá no perder ventas de aquellos clientes que dispongan de una tarjeta que no sea compatible”.

Contenido Patrocinado

Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
Forma parte de nuestra comunidad

 

¿Te interesan nuestras conferencias?

 

 
Cobertura de nuestros encuentros
 
 
 
 
Lee aquí nuestra revista de canal

DealerWorld Digital