Del BI al BPM: cómo las organizaciones optimizan su rendimiento

El avance registrado en materia de tic por las organizaciones evidencia un grado de desarrollo que ha permitido responder a sus necesidades de negocio de forma mas rápida y eficaz. sin embargo, la conjunción de las herramientas de inteligencia de negocio y de gestión de rendimiento ha proporcionado un arma clave para que las organizaciones se adapten a las cambiantes condiciones del mercado y estén capacitadas para tomar decisiones de negocio rápidas, eficientes y eficaces.

Le transformación del BI (business intelligence) al BPM (business performance management) no remite a una mera reutilización de los recursos de Tecnologías de la Información existentes y a una ajustada conversión de los sistemas tradicionales. No se trata de desaprovechar las inversiones ya efectuadas. Por el contrario, la transformación del BI al BPM permite utilizar y ampliar los activos de información de una empresa, incluyendo todas y cada una de las funciones y herramientas de inteligencia de negocio. Dicha evolución promete una renovada aproximación a las aplicaciones de BI, con el fin de extraer provecho de aquellos activos de información críticos y poder responder a los retos estratégicos y tácticos del mercado actual. En definitiva, el BPM transforma a las compañías tradicionales en competidores más exitosos, rápidos y fuertes.
De esta manera, el BI aplica herramientas analíticas y metodología a los datos agregados suministrados por los sistemas departamentales, con el reto de proveer información de negocio de alto valor añadido. Pese a que estas funcionalidades, ya por sí mismas, consiguen que las empresas enriquezcan sus herramientas de negocio, el BPM les permite ir un poco más allá. ¿Cómo? Las soluciones de gestión de rendimiento de negocio permiten alinear los recursos generados gracias al BI con los sistemas operacionales y financieros, que pueden suministrar beneficios tangibles y, por tanto, valor añadido en el negocio.
Esta transformación en la forma en que la información es utilizada y gestionada proporciona cambios y mejoras en el negocio, que pueden llegar a definir el perfil de los principales players del mercado. De hecho, es sencillo ilustrar el significado de esta transformación. Con el BI, no hay conexiones directas entre los cuadros de mando, los informes identificativos de un ítem de negocio y el sistema que un directivo debiera utilizar para tomar decisiones clave en el potencial éxito de la compañía. Por ejemplo, si un informe revela que un determinado complejo hotelero está registrando bajas tasas de ocupación, es necesario que alguien visualice dicho contenido, entienda la importancia de ese dato y lo notifique a quien esté capacitado para actuar en base a esa información. Dicha persona deberá solucionar la situación haciendo uso de la información apropiada generada en los sistemas operacionales y financieros. Estos múltiples pasos pueden provocar errores humanos dentro de los procesos de responsabilidad en el negocio o incluso es posible que la integridad de los datos se vea comprometida, provocando un riesgo real de pérdida de información crítica para la compañía.
Con el BPM, por el contrario, los activos de información provenientes de sistemas de BI, así como las respuestas generadas fruto de los mismos, están estrechamente conectadas. De esa forma, si a través del cuadro de mando de una herramienta de inteligencia de negocio se advierte, por ejemplo, que un aumento de las temperaturas causará un descenso de las tasas de ocupación en una estación de esquí, es posible que se genere una respuesta automática que ajuste los precios a la oferta-demanda existente en el mercado, en base a las condiciones climáticas. Este proceso automatizado acelera la respuesta y elimina virtualmente el riesgo de pérdida u olvido de la información. Asimismo, permite que la conexión entre la información descubierta y la acción correspondiente quede documentada y almacenada automáticamente, con lo que la cadena de suministro y gestión de la información corporativa se completa de forma exitosa y sin incurrir en potenciales riesgos. A ello hay que sumarle que este proceso automatizado e inteligente genera una mayor transparencia en el gobierno y gestión de las organizaciones.

El éxito de una información inteligente
Hay otros ejemplos que pueden demostrar hasta qué punto el BPM es una de las tecnologías claves para una gestión eficiente del rendimiento de negocio. Una cadena de suministro puede sufrir ineficiencias inherentes, como que un importante proveedor no está preparado para suministrar determinados componentes tan rápidamente como lo demanda el mercado.
En este entorno, la tecnología BPM es capaz de visualizar previamente esa posible demanda y efectuar una aviso para contar con las piezas precisas antes de incurrir en carencias de stock. El objetivo, en este caso específico, no es otro que maximizar el rendimiento y mantener los compromisos de suministro. Sin embargo, a grandes rasgos, nos encontramos ante la diferencia entre disponer de información o que ésta genere acciones inteligentes, por sí misma, para adelantarse a las cambiantes condiciones del mercado.

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