Seguridad para proteger la infraestructura y el dato
Las empresas son cada vez más conscientes de que el desarrollo de nuevas tecnologías implica que haya que protegerse de posibles ciberataques. Hacer que las compañías adopten medidas de protección es una tarea complicada, pero también lo es detectar cuándo comienzan a desgastarse o incluso a fallar.
En el nuevo contexto de entorno empresarial hiperconectado en el que nos encontramos, y ante la proliferación constante de nuevas modalidades de malware y amenazas cibernéticas, las organizaciones deben redoblar sus esfuerzos en proteger sus infraestructuras y garantizar la fiabilidad del dato.
Los dispositivos que inicialmente fueron concebidos para velar por la seguridad de las compañías, véase los firewall o UTM, han tenido que reinventarse y transformarse en soluciones concretas y flexibles con las que poder hacer frente a todo lo desconocido.
Ya no basta con proteger el perímetro de la red, cada vez más desdibujado, sino que se hace necesario poder inspeccionar todo el tráfico cifrado, así como supervisar las comunicaciones establecidas con las diferentes cloud para poder garantizar una seguridad integral de empresa y empleados.
El uso y despliegue de nuevas tecnologías también lleva implícito la necesidad de replantearse las medidas de seguridad desplegadas dentro de cada compañía. Según Ángel Luis Sánchez, jefe de Servicio de Arquitectura y Normalización del Sermas, no se trata de un problema de tecnología, sino de encontrar a las personas adecuadas para mantener la seguridad. “Es complicado tener y conseguir expertos, porque cada vez hay más negocio”.
Por su parte, Jesús Muñoz, BT Information Security, Quality and Risk de Almirall, reitera que falta personal en el ámbito de la seguridad y que por ello es necesario utilizar a todos los empleados, del primero al último. “Esto es una guerra permanente”, manifiesta.
