“Enganchados” al ciberespacio

La adicción a la información puede aumentar con Internet

En los últimos meses ha cundido la alarma: Internet puede crear adicción . En Estados Unidos y otros países ya existen centros para tratar este posible nuevo síndrome de dependencia .

Si necesita estar cada vez más tiempo conectado a Internet, se siente inquieto o deprimido cuando no está en línea o continúa navegando por la Red sin tener en cuenta las consecuencias negativas que puede tener en las relaciones familiares o en el trabajo, mucho cuidado: puede estar “enganchado” en las telarañas del ciberespacio . Estos son algunos de los criterios que utilizan algunos psicólogos para diagnosticar el denominado síndrome de adicción a Internet ( IAD ) .

La doctora Kimberley Young, de la Universidad de Pittsburgh, está desarrollando uno de los trabajos más difundidos sobre la “infoadicción” y ha creado un centro para la adicción a Internet ( Center for On-Line Addiction ) . Entre los signos de alerta respecto a posibles problemas con el uso de la Red, Young menciona la comprobación compulsiva del correo electrónico, la tendencia reiterada a anticipar la próxima conexión y las quejas de terceros sobre el excesivo tiempo y dinero dedicados a navegar en los mares de la Red . Un hombre joven, introvertido y aficionado al ordenador son los principales rasgos del esteoreotipo sobre un probable adicto a Internet .

Los posibles factores de riesgo de la “ciberadicción” mencionados por algunos especialistas van desde la vulnerabilidad biopsicosocial hacia la adicción a los trastornos en los neurotransmisores cerebrales del individuo . La doctora Àngels González, de la Unidad de Juego Patológico del Hospital de Bellvitge, considera que pueden existir algunas actividades en la Red que tengan un potencial mayor de adicción que otras . “Los sujetos que notan un nivel de excitación cuando se conectan estarían produciendo endorfinas . Si el consumo se eleva, el sujeto experimentará mayor tolerancia, que provocará un aumento en la frecuencia de su conducta para conseguir el efecto deseado” . Es lo que algunos conocen como el “subidón”: cuando tras una frenética búsqueda encuentran la información que persiguen, como se desprende de un estudio de la consultora inglesa Firefly encargado por Reuters .

Droga de los 90

De hecho, el citado informe de la consultora ( Glued to the Screen: An investigation into information addiction worldwide, Pegados a la pantalla: investigación sobre la adicción a la información en todo el mundo ) cuestiona si la información no será la droga de los años 90 y alerta sobre el peligro que corren los ciudadanos ante la avalancha de datos que se les avecina .

Los internautas más proclives serán a la información lo que los alcóholicos son al alcohol: adictos a los datos ( dataholics ) . Y no es para menos: la mitad de los mil encuestados por Firefly en todo el mundo afirman tener una auténtica necesidad de la información y el 75% son conscientes de que los PC, la Red y la información en general se convertirán en un futuro en adictivas . Peor panorama dibujan los usuarios que son padres: la mitad de los encuestados aseguran que sus hijos prefieren el PC a sus amigos y exigen a las escuelas que preparen mejor a las nuevas generaciones para tratar más efectivamente el gran volumen informativo al que se ven expuestos los niños .

Buena parte de estos usuarios aseguran requerir grandes cantidades de información para afrontar la competencia y mantener los clientes . Sin embargo, muchos se ven imposibilitados de manejar el elevado volumen de datos que se pueden extraer de la Red y, sobre todo, se sienten angustiados porque posiblemente tomen malas decisiones a pesar de la información almacenada . Un aumento del tiempo de conexión o llevarse trabajo extra a casa, con la consiguiente reducción del tiempo de ocio, son otros aspectos negativos de la Red destacados por estos internautas .

Otro estudio preliminar de Kathleen Scherer de la Universidad de Texas realizado con una pequeña muestra de 500 estudiantes intenta demostrar que las actividades realizadas mediante la conexión en línea interfieren en otros aspectos de la vida de estos individuos, especialmente en el manejo del tiempo . “Un subgrupo presentaba problemas similares a los que aparecen en otras adicciones y los jóvenes eran los más afectados por esta problemática”, señala Àngels González .

Alarmismo

Todo el mundo habla del IAD pero no se conoce su incidencia real . Los más catastrofistas especulan con 30 millones de afectados, mientras que la doctora Young cifra en 400 . 000 americanos los supuestos afectados por la ciberadicción . En España hay varios especialistas que llevan tiempo estudiando el efecto que tienen los videojuegos y la informática en general sobre el comportamiento humano .

El psicólogo Juan Alberto Estallo, del Instituto Municipal de Psquiatría de Barcelona, es muy prudente . Considera plausible la hipótesis del adicto a Internet, “pero eso no quiere decir que sea evidente y hasta que no se vean adictos no podemos asegurarlo”, dice . Es consciente de que existen grupos de usuarios cuya conducta con la Red “es cuando menos preocupante por el uso excesivo . Pero esta circunstancia por sí sola no puede considerarse como un elemento suficiente para proclamar la existencia de entidades nosológicas como el IAD” .

Una de las formas más utilizadas para conocer el grado de uso de la Red y la influencia que tiene en el comportamiento humano es el propio canal de Internet . Esas encuestas, en opinión de Estallo, carecen de utilidad . “Las contestan sólo usuarios de la Red que llegan tras una navegación exhaustiva”, afirma . Por ejemplo, los chats muchas veces pueden suplir las relaciones interpersonales en el medio natural . “ ¿ Significa que se adiciona al IRC o está haciendo una especie de tratamiento con un sustituto que le alivia la a

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