Miguel Valdés (William Hill): “Llevábamos esperando una ley que regulara el juego online desde hace años”

William Hill, importante casa de apuestas británica fundada en el año 1934, que cotiza en la bolsa de Londres y opera en nuestro país desde hace dos años a través de los canales de Internet, será una de las compañías cuyo negocio se verá directamente afectado por la recientemente aprobada Ley del Juego, la primera normativa de ámbito nacional para el sector y también la primera que regulará el juego online en España.

Miguel Valdés, director general de William Hill en nuestro país, explica que “hasta el momento, la regulación, que sólo afectaba a los operadores con puntos de venta físicos, se aplicaba a nivel de Comunidades Autónomas, de forma que los operadores solicitaban sus licencias en una determina comunidad, teniendo después que limitar a ella sus actividades”. Por lo que a fiscalidad se refiere, eran también las Comunidades Autónomas las que recaudaban los impuestos de forma local.

Dado que en España no existía una normativa de ámbito nacional, las operadoras online –cuya actividad es inevitablemente supraregional- actuaban solicitando sus licencias en algún otro país europeo, lo que, según las leyes de la UE, les permitía ofrecer sus servicios en cualquier país miembro. Eso sí, los impuestos se abonaban en el país donde habían obtenido la licencia.

La falta de una ley que regulara el juego online en España era un punto urgente de resolver, dado que se trata de un negocio en continuo y rápido crecimiento. La cifra de beneficios generada por este segmento en 2010, 315 millones de euros, según datos de AEDEPI (Asociación Española de Apostadores por Internet) fue un 19% superior a la de 2009, y se espera que este año se alcancen los 395 millones de euros. Un negocio por el que el Estado no estaba recibiendo recaudación fiscal alguna y del que se estaban beneficiando los países de nuestro entorno que sí disponían ya de una normativa nacional.

Impuestos del 25% sobre los ingresos netos

Uno de los puntos más polémicos de la nueva Ley del Juego ha sido precisamente la tributación. En un primer momento, durante el proceso de desarrollo de la normativa, el Estado se planteaba, según Valdés, aplicar un porcentaje de impuestos del 25% sobre los ingresos brutos de las operadores de juego online. Algo en opinión de éstas desmesurado, teniendo en cuenta que en otros países donde ya existe una normativa del sector, como Italia o Reino Unido, la tributación se limita a un 10% sobre ingresos netos (descontado el importe correspondiente al pago de los premios) y que, en palabras de Valdés, “impediría rentabilizar el negocio”. Finalmente, no obstante, la ley aprobada establece una tributación del 25% sobre los ingresos netos de las compañías de servicios de juego online.

Ley del Juego online William Hill Miguél ValdésPese a que, desde el punto de vista de la fiscalidad, la nueva Ley del Juego no beneficia al negocio de William Hill en nuestro país –la compañía operaba con licencia en Reino Unido, con lo que su tributación hasta ahora se limitaba a un 10%-, Valdés se manifiesta satisfecho con la aprobación de la normativa. “Llevamos esperando esta ley desde hace seis años”, asegura Valdés. “La existencia de un marco legal igual para todos era algo necesario. Sólo con una regulación común podemos competir en un mercado justo. Hasta ahora, los distintos operadores online competiremos por un mismo mercado con las mismas condiciones, mientras que hasta ahora las obligaciones y las protecciones de cada uno podían ser diferentes, dado que dependían de la regulación del país donde se había obtenido la licencia. Podía darse el caso de que nuestros competidores en este mercado estuvieran actuando en mejores o peores condiciones, según el país donde tuvieran la licencia para operar”.

“Además, en el futuro podremos hacer, por ejemplo, campañas de marketing e imagen de marca en cualquier medio, como radio y televisión, un privilegio hasta ahora reservado en exclusiva a Loterías y Apuestas del Estado”, continúa Valdés.

Negocio abierto a un número ilimitado de operadores

En cualquier caso, una de las principales preocupaciones de Valdés durante el desarrollo de la Ley del Juego ha sido la posibilidad de que se restringiera el número de licencias para operar, dado que algunos informes técnicos manejados por el gobierno llegaron a sugerir que estaría justificado limitar a cinco la cantidad de operadores.

“Tal limitación hubiera resultado negativa tanto para los operadores como para los consumidores finales. El juego online es un negocio en rápido crecimiento. De hecho, en sólo dos años ha llegado a representar el 25% de los resultados totales de William Hill, que ha apostado por los canales Internet como alternativa para su expansión internacional. Existe negocio para todos, y limitar la oferta claramente perjudicaría a los usuarios, tanto por la variedad disponible, como por los precios”, argumenta Valdés. “Creo que lo más conveniente para todo es que toda empresa que cumpla las normas y pague la licencia y los impuestos correspondientes, pueda competir en el mercado”.

Algunos puntos clave, pendientes de concretar

Respecto a este punto, el documento final de la Ley del Juego no ha recogido finalmente la opción de limitar el número de licencias por concurso, aunque, según explica Valdés, “el Estado se reserva la posibilidad de hacerlo en el futuro”. Y es que la normativa establece un marco general de aplicación, pero, como indica Valdés, deja algunos de los puntos más importantes por concretar.

“El documento final supone un marco general de aplicación para la regulación del juego, y, en este sentido, es positivo que se reconozca una realidad existente en el mercado y que se regule. Pero los puntos más determinantes para el operador, como el marco publicitario, los requisitos administrativos y la homologación tecnológica, no están incluidos en la ley y quedan pendientes de ser regulados con decretos a través de la Comisión Nacional del Juego (cuya creación establece la nueva normativa”, explica Valdés.

“Hasta el momento en que se publiquen estos reglamentos no se podrá tener una idea clara sobre si la regulación va a ser positiva y un ejemplo a nivel europeo o si, por el contrario, se tratará de una regulación proteccionista y oportunista. El texto aprobado es el definitivo, pero casi todas las partes clave de funcionamiento del mercado no están incluidas en él”, concluye el director general de William Hill en España.



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