Traductores Web

Web Translator, Win Babel, Babylon

El idioma fundamental de la Red de Redes, el inglés, es el gran obstáculo con que se tropiezan muchos aspirantes a internautas, y probablemente el que más bajas provoca en las filas de los interesados . Es cierto que ya hay abundantes páginas en castellano, con creciente calidad y muy variado contenido, pero tampoco es menos cierto es que la inmensa mayoría de Internet habla el lenguaje de Shakespeare, y desconocerlo supone un serio obstáculo, a veces definitivo para acceder a la información disponible en la Web .

Desde hace ya tiempo han aparecido en el mercado programas que prometían solventar el problema y poner la Red entera a los pies de todos los que no dominaban el inglés . Muchos de estos programas realizan un auténtico esfuerzo, pero por desgracia los resultados no son satisfactorios, menos aún si se tiene en cuenta el nivel de las expectativas que despiertan . Prometen una comprensión plena de las páginas web a las que acceda el internauta desconocedor del idioma inglés, cosa que están muy lejos de poder proporcionar . Casi todos los programas advierten que lo que dan es una “traducción en borrador”, pero aún eso es decir demasiado .

Porque, ¿ cómo trabaja un traductor humano ? En primer lugar, domina la gramática del idioma origen y del objetivo . En segundo lugar, conoce el vocabulario, o dispone de tiempo y recursos ( diccionarios ) para localizar las palabras más problemáticas . Y tercero, lo más importante, comprende el contexto de una palabra concreta, y sabe que “rape” no quiere decir lo mismo si el tema es el pescado que si se habla de un corte de pelo . No son cosas que escapen a las posibilidades de un ordenador, pero sí son demasiado pedir para ordenadores personales, de velocidad y capacidad de almacenamiento limitadas . Aunque parezca que cuatro GB y 250 megaherzios son impresionantes, para una traducción de calidad aceptable, sencillamente, no bastan .

Web Translator y Win Babel

Los tres programas comparados tienen características diferentes . Sólo uno de ellos, Web Translator, es específico para la tradución de páginas de Internet . Funciona con Internet Explorer y Netscape, mediante una sencilla barra de botones de manejo fácil e intuitivo . Al llegar a una página web en inglés ( o en alemán, español, francés, italiano o portugués, Web Translator es capaz de trabajar con cualquier pareja de estos idiomas ) , el internauta sólo tiene que hacer clic en uno de los botones para obtener una traducción que respeta el formato y las imágenes . Desde ella podrá seguir navegando como si continuara en la página original, ya que la traducción respeta también los enlaces internos y externos . Sólo deberá tener cuidado si pretende enviar mensajes de correo electrónico, ya que Web Translator puede traducir inadvertidamente alguna palabra de las direcciones, invalidándolas . El proceso de traducción es justificadamente lento, tanto más cuanto más texto hay en la página que se pretende verter al castellano, y puede tomar varios minutos . Por supuesto, el texto en forma de imágenes ( por ejemplo el que se incluye en los botones, gráficos o títulos ) queda en el idioma original .

Win Babel, además de traducir páginas web durante la navegación, es capaz de verter al castellano también el contenido del portapapeles de Windows, así como las aplicaciones en inglés, francés, italiano, portugués y ruso . En su función de traductor de páginas web, Win Babel funciona de manera muy diferente a Web Translator . La traducción se realiza de manera automática ( aunque, evidentemente, ralentiza el proceso de navegación ) cada vez que el internauta llega a una página en alguno de los idiomas señalados, ya que Win Babel incorpora un conector proxy ( alterno ) y detecta el idioma de la página en cuanto el navegador intenta acceder a ella . La configuración resulta sólo ligeramente más complicada si el internauta ya tiene definidos otros conectores proxy en su navegador .

Ambos programas persiguen en términos generales el mismo objetivo, es decir, poner las páginas web en inglés ( o en otros idiomas ) al alcance de los internautas que los desconocen . Por desgracia, los resultados dejan mucho que desear en cuestión de gramática y significado contextual de las palabras, y el texto en castellano que se obtiene no puede ni siquiera calificarse de “borrador” . La traducción sólo es correcta en aquellos casos en que el vocabulario inglés no sea demasiado específico . Imposible traducir correctamente, por poner dos ejemplos, páginas con terminología médica o culinaria, aunque en este aspecto Win Babel tiene la ventaja de que el usuario puede incluir nuevas palabras y adaptar el programa para sus usos más habituales .

El otro gran problema es la gramática . En ambos casos, los traductores funcionan de manera aceptable sólo con aquellos textos de estructura muy básica ( y el inglés no es precisamente un idioma de normas gramaticales férreas ) . Cualquier texto literario, poético o con jerga desconcertará a los programas y harán que la traducción pierda concordancias y orden hasta el punto de resultar escasamente inteligible .

Pero el problema definitivo es sin duda el contexto . Ninguno de los dos programas es capaz de lidiar de manera aceptable con las palabras homógrafas, y sin excepción les atribuyen el significado más usual ( con lo que aciertan, pongamos, en un setenta y cinco por ciento de las ocasiones, pero fallan estrepitosamente en el veinticinco por ciento restante ) . Por ejemplo, la palabra “rafter” tiene significados muy diferentes en un contexto de arquitectura ( “viga” ) y si hablamos de política ( “balsero” ) , y los programas optarán inmediatamente por la primera acepción, con lo que si el internauta está intentando leer un artículo sobre los “Cuban rafters” ( “balseros cubanos” ) se encontrará con desagradables sorpresas y, probablemente, no

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