Intel

Intel busca impulso dos años después del cambio de rumbo de Gelsinger

El consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger, regresó a una empresa que se estaba quedando rezagada en tecnología de nodos de proceso, lastrada por el retraso en los envíos de productos y debilitada por el éxodo de talentos clave.

Pat Gelsinger, CEO de Intel
Pat Gelsinger, CEO de Intel.

Cuando Pat Gelsinger regresó a Intel como consejero delegado en febrero de 2021, se hizo cargo de una empresa golpeada por la mala gestión y debilitada por la competencia. Entonces, Intel había perdido mucho terreno en el desarrollo de nodos de proceso frente al fabricante de chips taiwanés TSMC. Mientras TSMC fabricaba transistores a 7 nanómetros (nm), Intel luchaba por llegar a los 10nm. Por otro lado, AMD superaba a Intel tanto en rendimiento para clientes como para servidores y ganaba cuota de mercado con cada trimestre que pasaba. Asimismo, Nvidia avanzaba con paso firme hacia el dominio del mercado de GPU y ganaba adeptos como el principal proveedor de procesamiento de IA.

Mientras tanto, Intel había incumplido plazos clave, sobre todo en lo relativo a Sapphire Rapids, una importante revisión de su procesador Xeon que se suponía que iba a salir en 2021, pero que no lo ha hecho hasta este año. Intel también había perdido talentos vitales, como Renee James, que ahora dirige el proveedor de chips de servidor Arm Ampere, y Jim Keller, el elogiado diseñador de chips que impulsó el regreso de AMD con la microarquitectura Zen.

Con el objetivo de recuperar la hegemonía de Intel en el sector de los semiconductores, Gelsinger anunció ambiciosas mejoras en la fabricación y un agresivo calendario para cumplir su hoja de ruta de chips. Así pues, después de dos años sorteando picos pandémicos de la demanda, retrasos en el suministro y una escasa demanda tras la crisis de la Covid-19, ¿cómo le va a Intel? No le va mal, dicen los analistas.

 

¿A qué retos se ha enfrentado Intel desde 2021?

La empresa se benefició de una inyección de moral cuando Gelsinger fue nombrado CEO, pero sus otros problemas -productos tardíos, retraso con respecto a la competencia- no se iban a solucionar de la noche a la mañana. "Ha puesto en marcha un plan que va a llevar tiempo, y cualquiera que estuviera atento cuando todo esto empezó debería haberlo sabido", dice Glenn O'Donnell, vicepresidenta y directora de Investigación de Forrester Research. "La inversión necesaria para dar la vuelta a Intel va a ser considerable".

A este reto se suman las condiciones del mercado mundial. El sector tecnológico se enfrenta hoy a un aumento de la inflación, al temor a una recesión y a una pausa en las ventas tras una oleada de gasto impulsada por una pandemia cuando las empresas pasaron a trabajar a distancia. "Como sector, estamos atravesando uno de los entornos macroeconómicos más complicados de la historia", afirma Gelsinger por correo electrónico. "Estamos equilibrando cambios en el orden mundial, cambios en la teoría económica y social, gestionando la salida de una pandemia global, todo ello al tiempo que planificamos el futuro". "Cuestiones como el deterioro de las relaciones entre EE.UU. y China, la guerra en Ucrania y la perturbación resultante en EMEA y el mercado de la energía van mucho más allá de lo que imaginaba al entrar en la sede de Intel. A nivel mundial, seguimos viendo vientos en contra macroeconómicos e incertidumbre económica", prosiguió Gelsinger.

 

Regreso a las raíces de la ingeniería

Gelsinger tenía 18 años cuando se incorporó a Intel en 1979, y durante sus 30 años en la empresa, no ocultó su ambición de dirigirla algún día. Eso acabó en 2009 en una lucha de poder que perdió. En aquel momento, Gelsinger se marchó a EMC, donde ocupó el cargo de director de Operaciones antes de pasar a VMware como consejero delegado. Bajo su dirección, VMware casi triplicó sus ingresos anuales hasta los 12.000 millones de dólares y realizó más de 30 adquisiciones. La empresa pasó de los hipervisores básicos a las redes, la nube, la seguridad, los contenedores y la 5G. Como resultado, Glassdoor lo votó CEO del año en 2019.

Cuando Gelsinger regresó a Intel, asumió el timón de CEO de Bob Swan, quien se unió a la compañía en 2016 como director financiero y asumió el cargo más alto en 2019. Swan había estabilizado la empresa; mejoró un poco la moral, comenzó a vender negocios no esenciales y supervisó algunas adquisiciones inteligentes, como Barefoot Networks. Pero no era una solución a largo plazo. Gelsinger contaba con las credenciales de ingeniería que le faltaban a Swan. Las empresas de chips suelen estar dirigidas por ingenieros, y Gelsinger obtuvo un máster en ingeniería eléctrica en la Universidad de Stanford. La consejera delegada de AMD, Lisa Su, es doctora en ingeniería eléctrica por el MIT, y el consejero delegado de Nvidia, Jensen Huang, tiene un máster en ingeniería eléctrica por Stanford.

Gelsinger heredó un reto importante, pero su llegada creó cierto impulso, afirma Daniel Newman, analista principal de Futurum Research. "Estaba claro que era muy respetado en la organización y que tenía una visión. Creo que ayudó a crear un poco de confianza, pero tuvo serios problemas con el personal", afirma Newman.

En este sentido O'Donnell considera que Gelsinger ha hecho un buen trabajo comunicando al mercado hacia dónde quiere ir Intel. Sin embargo, la ejecución sigue siendo un gran interrogante. Mientras tanto, AMD y Nvidia parecen estar ejecutando sus proyectos casi a la perfección, con pocos errores o plazos incumplidos.

 

Foco en las fábricas

Hasta la fecha, gran parte de la atención de Gelsinger se ha centrado en la fabricación. En marzo de 2021, Intel anunció que invertiría 20.000 millones de dólares para construir dos plantas más en Chandler (Arizona), donde su planta de fabricación de semiconductores más reciente, Fab 42, abrió sus puertas en 2020. Un año después, la compañía anunció planes para invertir 20.000 millones de dólares para construir dos nuevas fábricas de fabricación de semiconductores en Ohio.

Intel puso la primera piedra de dos nuevas fábricas de chips en el condado de Licking, Ohio, a finales de 2022. El fabricante también planea aprovechar las ayudas y subvenciones de la ley Chips del gobierno norteamericano, dotada con 52.700 millones de dólares y destinada a revitalizar a los fabricantes de chips estadounidenses. En cuanto a los productos, la promesa de Gelsinger en 2021 de lanzar cinco nuevos nodos de proceso en cuatro años fue recibida con cierto escepticismo, especialmente después de que Intel pasara varios años estancada en un solo nodo de proceso (14 nm). "Nos propusimos el agresivo objetivo de lanzar cinco nodos de proceso en cuatro años, y vamos por buen camino", afirmó el consejero delegado.

Con cada generación de nodos de proceso, los transistores son más pequeños, más rápidos y más eficientes energéticamente. El proceso de 7 nm de Intel, Intel 7, ya se fabrica a gran escala tanto para clientes como para servidores; Intel 4, el sucesor de Intel 7, ya está listo para la fabricación; Intel 3 está en camino de producirse a finales de este año; e Intel 20A y 18A ya se han fabricado (prototipos reales de silicio creados a partir de los diseños de software del chip) con silicio funcionando en la fábrica en chips de prueba internos y en los de un importante cliente potencial de fundición, según Gelsinger.

Al mismo tiempo, Intel está volviendo al negocio de la fabricación de chips para clientes ajenos a Intel a través del programa Integrated Device Manufacturing Plan (IDM 2.0). Con el énfasis en la capacidad nacional de fabricación de chips, Intel podría ganar mucho si sus fábricas estuvieran en Estados Unidos, señala Newman. "Si empezamos a deslocalizar más, esto podría reportar grandes dividendos a Intel, pero necesitamos fábricas punteras en Estados Unidos", considera.

 

Gelsinger redujo costes vendiendo líneas de negocio

Gelsinger ha invertido miles de millones en el negocio de fabricación, pero ha eliminado otras áreas no rentables. De hecho, ha cerrado varias líneas de productos, sobre todo la memoria persistente Optane. Intel también ha vendido la división de seguridad McAfee (aunque el proceso comenzó antes de la llegada de Gelsinger), el negocio de drones de Intel, los productos flash NAND, los sensores visuales RealSense e Intel Sports. O'Donnell tiene sentimientos encontrados sobre si Intel debería haber seguido con Optane, pero si Gelsinger está tratando de reenfocar la empresa en las capacidades básicas tal vez sea necesario. "A largo plazo, puede perjudicarles, pero a corto plazo, creo que es lo correcto", dijo.

Newman considera que recortar líneas de negocio que no son centrales para Intel es importante ahora. "Yo no veía Optane como un área de enfoque central para el negocio. Así que estoy de acuerdo con la idea de alejarse de los proyectos que no son centrales cuando se está en un periodo de reorganización", apuntó. Otra área en la que Gelsinger ha vuelto a priorizar el gasto es la recompra de acciones. Aunque una recompra de acciones puede impulsar el precio de las acciones de una empresa a corto plazo, representa dinero no invertido en I+D, por ejemplo. Entre 2019 y 2020, el gasto de Intel en recompras (27.800 millones de dólares) superó su gasto en I+D (26.900 millones de dólares), y Gelsinger prometió acabar con eso. Fiel a su palabra, Intel no ha hecho ninguna recompra de acciones bajo su mandato.

 

Wall Street está siendo paciente por ahora

Las ventas de servidores en general son cíclicas. A cuatro o seis trimestres de ventas elevadas, normalmente en torno al momento en que se lanzan los nuevos procesadores, suelen seguir cuatro o seis trimestres de ventas bajas a medida que las empresas despliegan el hardware. Ahora mismo, el sector se encuentra en las últimas fases del ciclo lento. Los nuevos y potentes procesadores de Intel y AMD podrían ayudar a animar las ventas de servidores este año, pero no hay garantías. "La situación macroeconómica es probablemente lo que más juega en su contra", afirma Newman. "Pero al mismo tiempo, quizá el resquicio de esperanza de la ralentización sea que lo tendrá todo en orden antes del próximo gran auge de los ciclos de compra de chips".

Las acciones de Intel han languidecido en los últimos años, mientras que las de AMD y Nvidia se han disparado. Los ingresos de Intel en el cuarto trimestre de 2022 cayeron un 32% interanual, lo que provocó una pérdida neta de 664 millones de dólares en el trimestre. En una llamada con analistas, Gelsinger lanzó una advertencia sobre los resultados fiscales de Intel para el primer trimestre de 2023, que se esperan para el 27 de abril: "Nuestros resultados y nuestra orientación para el primer trimestre están por debajo de lo que esperamos de nosotros mismos."

Ben Bajarin, CEO y analista principal de Creative Strategies, sigue las finanzas de las firmas de semiconductores y dice que siempre ha existido la creencia entre los analistas financieros de que Gelsinger es el hombre adecuado para el puesto, y por ahora son pacientes. "Creo que había mucha confianza en que Pat era el hombre adecuado para enderezar el barco y empezar a alcanzar sus objetivos de ejecución. No creo que esperasen una solución inmediata", afirma Bajarin.

Algo que puede calmar a los malhumorados inversores es la reciente avalancha de noticias de Intel sobre los próximos productos de servidor y de inteligencia artificial. Intel presentó nuevos productos y realizó demostraciones que demostraron que sigue en camino de cumplir su promesa de cuatro nodos en cinco años. "Está progresando más de lo esperado en sus nodos de proceso más avanzados. Esto es fundamental para ganar terreno a TSMC", afirma O'Donnell.

Newman también consideró tranquilizador el reciente bombardeo mediático de Intel. "La aceleración de la hoja de ruta indica que la empresa está viendo progresos en la ejecución y, dado lo que está en juego, creo que la certeza de Intel sobre su éxito es cada vez mayor. Ha sido uno de los mejores momentos para Intel en mucho tiempo y, si cumple, el mercado debería volver a interesarse por el líder de los chips", afirma.

Algunos analistas financieros han dicho que 2023 será el año del cambio para Intel, pero Bajarin cree que empezará en 2024, y que el cambio real llegará en 2025. "Por desgracia, muchos de los retos económicos no están bajo su control. También afectarán a AMD. No hay nada que puedan hacer. Pero tienen que salir adelante", afirma.



Contenido Patrocinado

Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
Forma parte de nuestra comunidad

 

¿Te interesan nuestras conferencias?

 

 
Cobertura de nuestros encuentros
 
 
 
 
Lee aquí nuestra revista de canal

DealerWorld Digital