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Jeff McVeigh desvela la nueva hoja de ruta de Intel: “Innovación acelerada para una HPC-IA más sostenible y abierta”

El vicepresidente y director general del Grupo de Supercomputación de Intel avanza las novedades y nuevas líneas maestras de la compañía en una mesa redonda celebrada en el marco del ISC 2022 en Hamburgo.

ISC
Jeff McVeigh, director general de Intel, junto a Mateo Valero, director general del BSC-CNS

Cero emisiones netas de gases de efecto invernadero con el punto de mira puesto en el 2040. Ese es el propósito global que se ha autoexigido Intel y que pretende desplegar en todas y cada una de sus sedes a lo largo y ancho del globo. Así, con el fin de “mejorar el futuro digital de Europa”, Intel ha definido un plan de inversión de más de 33.000 millones de euros para lograrlo. Unas líneas maestras que ha desvelado en la mesa redonda celebrada en el marco del ISC 2022 en Hamburgo (Alemania) en la que ha podido estar presente ComputerWorld.

La huella de gases de efecto invernadero de Intel se compone de tres ‘pisadas’: la relacionada con la propia compañía, las emisiones de C02 derivadas del propio funcionamiento de sus centros y aquellas emisiones del ecosistema vinculadas al producto. La tendencia global apunta a un crecimiento explosivo de la demanda de computación e IA en los años venideros, por ello, tomar cartas en el asunto resulta crucial. La ecuación, según Jeff McVeigh, es sencilla: potencia por tiempo de solución. Y es que únicamente el 23% de la potencia total de los centros de datos está orientada al cómputo efectivo, por lo que no duda en hacer referencia a un “estancamiento de la eficacia de uso de la energía”. De cara al 2030, señala, el consumo global de los centros de datos alcanzará una cuota del 3% en el mejor de los casos, frente al 7% en el caso deseable. De esta forma, Intel avanza una estrategia fundamentada en tres pilares estratégicos: silicon, apartado que referido al sector de los chips y procesadores, software y sistemas.

 

 

Chips

Intel busca desarrollar la heterogeneidad de la propia carga de trabajo a través de un clúster de computación híbrido en un solo paquete que les permita escalar, vectorializar, realizar matrices y espaciar. Así, entre las novedades de Intel en esta área merece la pena destacar los procesadores de Intel Xeon bautizados como Sapphire Rapids HBM. Este chip cuenta con extensiones de matrices de avance, motores de aceleración integrados y una capacidad de almacenamiento de 64Gb HBM2e. Por su parte, Ponte Vecchio designa la unidad de procesamiento gráfico (GPU, por sus siglas en inglés) del centro de datos del sello con 128 GB de capacidad y más de 2 exaFLOPS de computación máxima bajo el epígrafe Aurora. Por otro lado, Falcon Shores XPU representa la arquitectura flexible de próxima generación. Este chip es capaz de quintuplicar el rendimiento por vatio, la densidad de cálculo en socket x86 y la capacidad de memoria. Como consecuencia no es de extrañar que aspire a convertirse en líder en la industria del ‘Internet de las cosas’.

 

 

Software

En lo que a la parte de software respecta, McVeigh ha anunciado tres aspectos diferenciales a tener en consideración: optimización de la carga de trabajo, experimentación y gestionabilidad. Como consecuencia, desde Intel han articulado una estrategia de software basada en la apertura, en la elección y en la confianza, poniendo en valor especialmente las plataformas abiertas. Muestra de ello es el nuevo administrador de la XPU de Intel, ‘Intel XPU Mánager’. Se trata de una solución de código abierto destinada a la supervisión y gestión local y remota de las GPU de los centros de datos de Intel. Una propuesta capaz de simplificar la administración, maximizar la fiabilidad y el tiempo de actividad, mejorar la utilización de la carga de trabajo y la actualización del firmware.

 

 

Sistemas

La estrategia de sistemas que Intel ha avanzado durante la mesa ejecutiva a ComputerWorld pasa por tomar la eficiencia energética, la eficiencia de la huella y la escalabilidad como puntos fundamentales. DAOS se perfila como el nuevo e innovador sistema de archivos paralelos distribuidos de Intel. Una solución que concede un ancho de banda e IOPS excepcionalmente alto en servidores básicos. Además, según detallaba el director general de Intel durante el encuentro, necesita menos espacio para los mismos IOPS y se consolida como un sistema de archivos independiente o de nivel de rendimiento integrado con los sistemas de almacenamiento existentes. En esta misma línea de novedades cabe destacar Intel DCM, la solución capaz de planificar el consumo de energía a través de un control de la misma a nivel de dispositivo. Una solución que permite prever las necesidades futuras de la energía y el espacio, la optimización de la densidad de los racks y la limitación de la potencia del mapeo térmico granular.

 

Abriéndose camino hacia la zetaescala

Intel ha apostado en firme por abrirse camino hacia la zetaescala con el foco puesto en el 2027. Para ello los pasos que se ha marcado cuentan con varias etapas; la primera de ellas contempla la arquitectura; a continuación, la potencia térmica seguida del proceso y packaging y la memoria e I/O. Como ejemplo cabe mencionar el nuevo laboratorio que la compañía tecnológica impulsará en colaboración con el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) para “crear un ecosistema de innovación europeo robusto para el futuro de la computación”, según apuntó el consejero delegado de la tecnológica norteamericana Pat Gelsinger. Sin lugar a dudas, este próximo laboratorio constituye una muestra fehaciente de la apuesta de la compañía por la computación a zetaescala.



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