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La tecnología reafirma su compromiso con la sostenibilidad en el Día la Tierra

El tándem tecnología–sostenibilidad renueva sus votos un año más haciendo frente al desafío actual que invita a tomar cartas en el asunto en aras de un planeta más verde

sostenibilidad, medio ambiente
Créditos: Francesco Gallarotti (Unsplash).

Se cuentan por décadas los años que han transcurrido desde que el planeta Tierra comenzara a aquejarse de una dolencia que sigue acechando a día de hoy. La contaminación, el consumo abusivo y desmedido, los gases de efecto invernadero y el cambio climático son solo algunos de los condicionantes que han llevado al hogar global hasta la extenuación. Por eso, en el Día de la Tierra, resulta vital realizar un ejercicio introspectivo que nos permita descifrar las claves del desafío actual al que nos enfrentamos en materia medioambiental. Solo así, tomando conciencia, los estragos de una decadencia sostenida en el tiempo podrán ser paliados. Administraciones Públicas, instituciones oficiales, compañías y población civil deben aunar esfuerzos en torno a una problemática que lleva reclamando soluciones desde tiempos inmemoriales.

 

Un compromiso firme

El tándem tecnología–sostenibilidad renueva sus votos un año más haciendo frente al reto actual que invita a tomar cartas en el asunto en aras de un planeta más verde. “La sostenibilidad ambiental no puede ser responsabilidad solo de unas pocas industrias; si se quiere proteger nuestro clima, los negocios sostenibles deben ser una prioridad global”, asegura Annette Zimmermann, vicepresidenta de investigación de Gartner. “La transición a una economía neta cero será tan disruptiva como la revolución industrial o la revolución digital, y requerirá nuevas tecnologías, modelos comerciales, estrategias y procesos”. Todo ello, por supuesto, además de un considerable esfuerzo y concienciación popular.

La industria TIC, según incide Fernando Maldonado, analista principal de IDG Research, “tiene un compromiso efectivo con la sostenibilidad medioambiental”. Este, explica, “responde a presiones de accionistas, clientes, empleados y, en algunos casos, por convicción de sus propios líderes”. En el caso de las grandes tecnológicas, estos compromisos son públicos y son fijados a partir de objetivos numéricos concretos. Por ello, prestando atención a las cifras ofrecidas por el Global E-Waste Monitor, cabe mencionar que la reducción de residuos tecnológicos - alcanzó su techo en 2019 con 53,6 millones de toneladas métricas (Mt) de desechos electrónicos en todo el mundo-, la economía circular y la consolidación de la Cuarta Revolución Industrial se han convertido en focos principales a tener en consideración en la renovación de los acuerdos de las principales tech companies.  

 

Desafío actual

Las empresas tecnológicas son tanto parte del problema como de la solución. “Son solución porque permiten que otros negocios reduzcan su impacto medioambiental, pero también son parte del problema porque para llevar a cabo su actividad son contaminantes”. Por ejemplo, explica Maldonado, son grandes consumidores de energía en áreas como la inteligencia artificial o  blockchain o hacen un uso intensivo de tierras raras en cuanto a la materialización de dispositivos o baterías. Un concepto que hace referencia a elementos que no se encuentan por sí mismos en la naturaleza y que por tanto requieren, además de la actividad minera, un proceso industrial para separarlo de otros elementos con los que se encuentra, por lo que el impacto medioambiental es grande. He aquí, según el citado analista, el reto: “ayudar a reducir el impacto de otros negocios minimizando el suyo propio”.

 

Estrategias que imperan en el sector

El camino hacia un futuro neutro creará nuevas oportunidades para los proveedores de tecnología y servicios que desarrollen las tecnologías subyacentes para permitir negocios sostenibles. En este sentido, Maldonado distingue diversas estrategias “dependiendo del segmento”. No obstante, apunta, “las mejores estrategias y prácticas provienen de  los enfoques de economía circular, por ejemplo se puede diseñar un producto pensando en su reciclaje”. Además, incide en cuestiones donde la tecnología se pone al servicio del medioambiente: “encontramos aspectos más claros como la desmaterialización (ahorro en papel) o la optimización de recursos (perfeccionamiento de rutas logísticas), pero también procesos más sofisticados como la creación de un mercado eficiente para la compra de emisiones negativas (captura de CO2 en aire)”.

Por su parte, la consultora Gartner ha identificado tres tecnologías emergentes que tendrán el impacto más inmediato para la sostenibilidad ambiental: la sostenibilidad en la nube, la medición de la huella de carbono y el software de gestión de red avanzada. “Los servicios de nube pública ofrecen un gran potencial de sostenibilidad con su capacidad para centralizar las operaciones de TI y operar a escala utilizando un modelo de servicio compartido, lo que resulta en una mayor eficiencia informática”, asevera Zimmermann. “Los proveedores de la nube pública también tienen una capacidad única para invertir en capacidades de sostenibilidad, como mover los centros de datos de la nube para ubicarlos físicamente cerca de fuentes de energía renovable”. Durante los próximos tres años, los proveedores de la nube estarán bajo una presión cada vez mayor para tener una estrategia climática transparente y una hoja de ruta clara. 

Asimismo, Zimmerman considera que “el principal desafío de los operadores de redes eléctricas es administrar la variabilidad del flujo de energía y la volatilidad del perfil de energía”. En este contexto, el software avanzado de gestión de la red apoyará la transición energética al permitir que las empresas de servicios públicos de electricidad se conviertan en administradores activos de la red mientras equilibran la inestabilidad creada por los crecientes volúmenes de energía renovable intermitente”.

Sin embargo, infiere Maldonado, la clave para lograr los objetivos medioambientales dentro del sector TI reside en que “la sostenibilidad entre dentro de la estrategia de negocio de la empresa y no se trate como iniciativas aisladas e inconexas. Además, está estrategia debe tener objetivos bien definidos, claros y medibles”.



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