Computación cuántica

"Da vértigo pensar que estamos entrando en la confluencia de la IA y la computación cuántica sin reflexión”

El físico cuántico e investigador español José Ignacio Latorre, director del Centro de Tecnologías Cuánticas de Singapur y del Centro de Investigación Cuántica de Abu Dabi y asesor del proyecto Quantum Spain, que persigue crear un ecosistema de computación cuántica en España, recuerda en una entrevista con ComputerWorld que esta tecnología “no es el 5G, es un cambio de las leyes físicas que permite controlar la materia a otro nivel”.

José Ignacio Latorre
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Esther Macías / Imagen: Juan Márquez

España ha entrado en la carrera de la computación cuántica con Quantum Spain, un proyecto al que el Gobierno destinó el pasado año 22 millones de euros provenientes de los fondos de recuperación de la Unión Europea no solo con el fin de crear el primer ordenador cuántico del sur de Europa sino para generar todo un ecosistema y un mercado en torno a esta tecnología

El asesor e impulsor de este proyecto al que se destinarán unos 60 millones de euros en tres años es José Ignacio Latorre, director del Centro de Tecnologías Cuánticas de Singapur y del Centro de Investigación Cuántica de Abu Dabi. El experto ahonda, en una entrevista con ComputerWorld, sobre esta ambiciosa iniciativa y sobre el papel que desempeñará la computación cuántica en el futuro de la humanidad; una conversación en la que subraya la importancia de la soberanía tecnológica de Europa y de que el Viejo Continente siga estando a la vanguardia del planeta desde el punto de vista ético.

 

España anunciaba el pasado mes de octubre un ambicioso proyecto para crear el primer ordenador cuántico del sur de Europa; una iniciativa que persigue impulsar todo un ecosistema en torno a esta tecnología. Esto es todo un hito…

Sí, queremos ser muy serios y hacerlo muy bien. He vivido toda una época, 40 años como investigador, lamentando que España no funcionara como otros países en ciencia y en el terreno universitario, a pesar de que en este país el talento existe. En mi caso, me fui de posdoctorado al MIT (Estados Unidos), también al CERN (Suiza)... así que mi obsesión es que este proyecto funcione y que sea realista. Es un plan organizado en una serie de bloques, muy bien definido, con un propósito específico, unos plazos muy fijados y con personal potente. Durante meses todo el sistema de ciencia de España ha estado discutiendo sobre la forma de proceder y estoy muy satisfecho. No debe haber más infraestructuras inútiles en este país y más dinero malgastado. El dinero que nos llega a la ciencia es muy escaso: vamos a intentar hacer las cosas bien.

      

¿Cuáles son los próximos pasos?

El primero es la presentación del proyecto detallado, que tiene cuatro pilares. Uno relacionado con la educación: no solo hay que llevar la computación cuántica a los físicos, sino también a los ingenieros, químicos, gente de ciencias de la computación, pero también economistas, etc. Otra parte es la infraestructura para la simulación cuántica, y ahí entra toda la red de supercomputación de España. Otro pilar es la algoritmia, es decir, todos los grupos que saben hacer algoritmos cuánticos, a los que ahora hay que darles el incentivo de que desarrollen algoritmos aplicados, no puramente teóricos. Y, finalmente, la cuarta parte es tener un ordenador para que todos puedan utilizarlo y compartir; este ordenador tiene que ser open source, de acceso libre. Hay que escoger un lugar para ello y donde mejor cuadra es en un centro de supercomputación, dado que esta es la política europea que se está imponiendo; de forma natural, este debería ser el Centro de Supercomputación de Barcelona, que es el segundo de Europa.

El proyecto implica una cantidad de personas tremenda. Los cuatro paquetes tienen un líder específico, hay una coordinación, un consejo asesor científico extranjero que supervisa la acción de todo el equipo que lo lleva, y ahí yo me encargo de que haya expertos muy buenos; y luego están los grupos de trabajo (más de 20). Al final, en total, hay unas 200 personas implicadas.


 

"El proyecto Quantum Spain implica una cantidad de personas tremenda [...]. Unas 200 en total"



¿Y España tiene suficiente talento especializado para acometer esta tarea?

Sí, no os lo podéis imaginar. El equipo de Google Sandbox, un pequeño grupo que está cocinando ideas que afectan al mundo cuántico y con quien me he reunido, tiene tres españoles y seguramente se ubique en Málaga. No valoramos la buena preparación que reciben nuestros estudiantes en España. Desde luego, el talento no es una barrera. Esto ocurre también en otros países como la India, que genera un talento enorme. España genera talento a espuertas. Y prefiero a los estudiantes españoles que a los asiáticos, por ejemplo, porque tienen una grandísima capacidad creativa, para superar problemas, que es lo que define a un investigador.

Por ejemplo, una de las partes del proyecto es el middleware, el software que controla el propio ordenador, que tenemos que desarrollar y para lo que necesitamos profesionales que sepan programar.

 

¿Cuáles son las grandes barreras de crear un ordenador cuántico?

Crear un ordenador cuántico requiere un gran esfuerzo de disciplina. Por eso, mi contribución más importante es disciplinar al sistema siendo parte de él. Este ordenador está basado en hitos que son cúbits, que son corrientes superconductoras. Hay que crear una nevera, instalarla y controlarla con un middleware. En el mercado existen limitaciones a la exportación incluso en software, así que estamos creando todo. Toda esa electrónica la controla un sistema operativo y también hay que desarrollarlo. También las librerías. Y todo ha de estar en un sitio con aire acondicionado, con enfriamiento con agua fría, control de humedad, de presión, etc. bajo un equipo de trabajo muy bien diseñado, con ingenieros, físicos… Yo he estado montando ordenadores cuánticos en diferentes emplazamientos como Singapur, donde estamos implantando uno a nivel nacional. En Abu Dabi también, así que ya toca que sea en España. El proyecto hemos de hacerlo nosotros, porque este tipo de tecnologías está sufriendo la guerra geopolítica y nadie va a regalar nada.

 

La famosa soberanía tecnológica que persigue Europa…

Sí, mi objetivo es que en la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial entendieran el problema, lo que está pasando. Por ejemplo, China no comparte absolutamente nada y Europa es ese gran elefante que hay que mover, tiene que comprender que debe ser soberana en tecnologías básicas como los chips clásicos. Ya está trabajando en este sentido.


 

"El proyecto hemos de hacerlo nosotros, porque este tipo de tecnologías está sufriendo la guerra geopolítica y nadie va a regalar nada"



 

¿Cómo está de retrasada Europa respecto a China y Estados Unidos?

Está por detrás en el desarrollo tecnológico pero por delante en la comprensión de la ciencia. Europa es impresionante, tiene centenares de universidades razonables y lugares interesantes en Alemania, Italia, etc. Estados Unidos tiene grandes empresas que actúan casi como un estado, como Google, y China tiene una estructura jerárquica en extremo.

En Europa hemos de luchar contra la disparidad de opiniones y una riqueza de culturas que hace que todo sea lento, pero el talento está. En el instante en el que llega el dinero, este aflora. Afortunadamente, ahora hay un conjunto de personas que gobierna en la UE que lo entienden bien, pero están luchando contra la burocracia que es infinita.

De hecho, el mayor peligro para este ordenador en España es la burocracia. Es impresionante lo complicado que puede ser montarlo desde un punto de vista legal. Para empezar, el proyecto va hacia la red española de supercomputación, que tiene que ser una asignación del Gobierno a una entidad nacional. Afortunadamente es un marco que cuadra bien, pero está encorsetado. Y la ciencia convive mal con el corsé burocrático.

Cuando Emmanuel Macron, presidente de Francia, hizo público el plan cuántico del país, mencionó precisamente el problema de la burocracia y del talento. Por eso se genera todo esto a partir de ecosistemas donde hay startups. Nos falta criogenia, criptografía cuántica, salas blancas ágiles… así se aceleraría. No obstante, estamos muy decididos. Por otro lado, quiero resaltar que aunque Francia ha prometido muchos cúbits para su ordenador, mi filosofía no es esa. Lo que yo trasladé es que no quería ni una mentira, comenzaremos con uno y dos cúbits y prometemos 20. En realidad, la gran diferencia es estar o no estar en esta tecnología. Además, repito, no se va a gastar ni un duro que no haga falta. 

 

"La burocracia es el mayor peligro para el proyecto de ordenador cuántico en España"


 

Las expectativas que abre la informática cuántica al mercado son enormes. ¿Qué posibilidades resaltaría? ¿Qué aplicaciones y para qué sectores?

Hay que comprender que la mecánica cuántica es una ley que nos dice cómo actúa la materia a nivel fundamental; sus leyes son diferentes de las de la física clásica. Lo que hemos descubierto desde finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo XX es que la lógica cuántica es un paradigma diferente que permite un procesamiento radicalmente distinto de la información. Para ciertas cosas es muy negativo; para otras, fascinante.

Obviamente, para escribir una carta en Word no hace falta informática cuántica, pero sí es potente para atacar un problema como la configuración geométrica de una molécula y para mejorar los medicamentos. Lo es también para la inteligencia artificial y para romper secretos: con la informática cuántica se rompería toda la criptografía clásica, por eso las agencias de seguridad están inyectando dinero en esta tecnología.

 

"La lógica cuántica es un paradigma diferente que permite un procesamiento radicalmente distinto de la información. Para ciertas cosas es muy negativo; para otras, fascinante"

 

 

En definitiva, las aplicaciones de la informática cuántica son de muy alto nivel y calado y llegarán cuando los ordenadores cuánticos sean suficientemente potentes. Es un cambio disruptivo… Pero esta es la respuesta fácil. Si queremos entender qué supone de forma profunda hay que tener en cuenta que la humanidad ha ido consiguiendo cada vez cosas más potentes porque va entendiendo la ciencia.

Ahora vivimos el momento de la teoría de la información y es en este instante cuando están floreciendo las ideas que se fraguaron en 1930, 1950, 1980… Es ahora cuando estas ideas se están implementando tecnológicamente y cuando estamos controlando la materia a nivel atómico. Con todos mis respetos a esta tecnología, la informática cuántica no es el 5G, es un cambio de las leyes que supone el control de la materia a otro nivel. Al principio esto no se vio venir. Nadie entendió la computación clásica hasta pasado un tiempo. Por ejemplo, nadie supo para qué servía ENIAC, la primera computadora electrónica estadounidense, y luego sirvió para hacer el censo del país. Y sí, esta fue la primera aplicación de la computación: el censo, es decir, contar de uno en uno sin errores, y eso resultó ser brutal. 

Solo hay que ver nuestra economía en la actualidad: nada funciona sin los computadores. Todo el sistema productivo del país está en manos de transistores, una tecnología que nació en el año 47. De ahí viene mi reflexión de largo plazo. Lo que discutimos hoy en día es si queremos ser o no parte de los generadores de la tecnología de nuestro futuro. 


 

"Para escribir una carta en Word no hace falta informática cuántica, pero sí es potente para atacar un problema como la configuración geométrica de una molécula y para mejorar los medicamentos"


 

En este escenario, los desafíos éticos que existen son tremendos.

La implantación de la computación clásica se ha hecho igual que la de la revolución industrial. Esta última arrasó, esclavizó a humanos e hizo las primeras fortunas de la historia. Han pasado siglos hasta que se ha corregido.

Da vértigo pensar que estamos entrando en la confluencia de la inteligencia artificial y la computación cuántica sin reflexión; por eso, más de uno estamos presionando para que se produzca esta reflexión. De hecho, hay una estrategia nacional de inteligencia artificial. En abril de 2019 ya se hizo el primer documento de cómo debería programarse la inteligencia artificial y se establecieron siete grandes principios, que incluyen desde la ausencia de sesgo a la supervisión humana, etc. En septiembre se publicó el primer documento de armonización de las leyes europeas y este año 22 habrá novedades legislativas al respecto en la UE.

 

Bruselas, desde luego, está concienciada de la necesidad de regular el desarrollo y uso de estas tecnologías.

En ética tecnológica Europa está a la vanguardia del planeta. Puede que haya ordenadores más rápidos en otros países pero en temas éticos Europa es el bastión de la humanidad y, en concreto, en el sur del continente radica el nacimiento de la democracia, etc. Europa es y debe ser el corazón de la ciencia en el futuro.

 

"En ética tecnológica Europa está a la vanguardia del planeta"


 

En una era en la que ya se habla incluso de ‘humanos aumentados’, ¿cómo ve el futuro de la humanidad?

Soy pesimista a corto plazo, pero optimista a largo. A corto plazo seguimos cegados, deslumbrados, por el desarrollo en particular de las últimas revoluciones relacionadas con las redes sociales, que hemos abrazado sin ninguna reflexión y que hacen tanto daño a los adolescentes. En el futuro, creo que conviviremos con todo lo que estas aportan pero desde un punto de vista más humano.

A largo plazo veo un futuro más racional y positivo. Pensadores como Steven Pinker y muchos otros defienden que la humanidad se está pacificando. En una sociedad avanzada no tiene sentido la violencia. Entonces, el gran problema que nos espera es ¿qué sentido tiene todo? Ese es uno de nuestros problemas futuros: dar sentido a nuestras vidas. Creo que volveremos mucho a las manualidades y a las relaciones personales, a valores de la educación tradicional como la memoria… Por eso quiero que todo el mundo tenga acceso al nuevo ordenador cuántico.

 


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