ENTREVISTAS

"La descentralización de Internet va a responder de una manera más razonable a los intereses de los usuarios"

El nuevo libro del profesor y experto en innovación, Enrique Dans, llama a la gente a probar y a no tener miedo a las nuevas tecnologías que van a configurar la Web3, un universo más centrado en el usuario y que debe huir del acopio del negocio para unas pocas empresas.

enrique dans

“Siempre que sale una nueva tecnología, la gente tiende a echarse las manos a la cabeza, como si fuese un apocalipsis. Pero, al final, la acabamos incorporando a nuestra manera de vivir. Modifica algunas cosas, cambia los negocios, pero eso es todo”. Esta reflexión de Enrique Dans, experto en informática, comunicador, profesor, escritor y biólogo de formación, podría resumir las intenciones del nuevo libro que acaba de publicar, Todo vuelve a cambiar: Cómo la Web3 revolucionará el mundo tal y como lo conocemos (Deusto), que, con un carácter divulgativo –es maestro de innovación y tecnología en IE Business School desde 1990– invita a los lectores a probar, a no tener miedo. “A que inviertan una pequeña cantidad de dinero en criptomonedas, y a saber cómo se usa un token, por ejemplo”, dice en conversación con ComputerWorld. “Una vez desmitificas estas novedades, las usas en todas tus facetas”.

Para muestra, el hecho de que la introducción de esta secuela de Todo va a cambiar (2010) -que comienza en los inicios de la informática y de Internet, navega por su democratización y se adentra en las profundidades y las posibilidades de blockchain, el dinero digital y el metaverso- ha sido parcialmente escrita mediante ChatGPT, la popular herramienta de inteligencia artificial (IA) generativa. De hecho, y ante las reivindicaciones de cada vez más personalidades, entre las que se encuentran Elon Musk y Steve Wozniak, por las que apuestan por suspender los avances de estos sistemas hasta que se estudien sus implicaciones éticas y sociales, expresa que “pedir una moratoria significa no entender el funcionamiento de la tecnología ni del mundo. Es rogar algo que nadie va a cumplir, simplemente por una cuestión de innovación. Luego, sí hay temas que discutir, como si se va a regular y de qué manera, y si tiene que ser un político el que lo haga”.

Parte de ese miedo humano, reconoce en el texto, procede de que en el proceso de democratización de Internet y de la Web2 se han cometido muchos errores con nombre y apellidos. Grandes multinacionales como Google, Facebook y otras big tech fueron capaces de crear un oligopolio y una centralización basada en la publicidad invasiva y en la ingestión que los usuarios hemos hecho de esta operativa a cambio de sus servicios. “Pero la tecnología siempre se revela ante cosas que considera negativas”, argumenta Dans. Y, los usuarios también, prosigue. “Estamos incorporando un nuevo protocolo, con blockchain, para que cada uno controle y proporcione su identidad y que la confianza esté embebida en el sistema. Podremos demostrar con nuestro wallet que somos nosotros sin exponer quiénes somos. A partir de aquí, ni Google, ni nuestra empresa, podrá controlar nuestra identidad”.

Este modelo sería una base sólida para decidir nuestro destino en la red. Un buen pronunciamiento, según sus palabras, para montar un universo en el que detrás solo estén la matemática y la criptografía. Un mundo descentralizado en el que, avisa, nunca se sabe lo que va a pasar. “Nos hemos encontrado ya con la tentación de la centralización. Muchas personas creen tener inversiones en criptomonedas que en la práctica no son suyas. Si las depositas en determinadas empresas corres el riesgo de estar en un sitio centralizado que podría desaparecer o estar afectado por la corrupción. Nos movemos siempre en una delgada línea. Pero, insisto, parece que la Web3 va a responder de una manera más razonable a los intereses de los usuarios”.

 

 

"Pedir una moratoria [a la innovación en inteligencia artificial generativa] significa no entender el funcionamiento de la tecnología ni del mundo"

 

 

Hacia un nuevo modelo descentralizado y basado en el usuario

El colapso del modelo centralizado ha partido de un dominio de unos pocos basado en cientos de adquisiciones en un escenario en el que, tal y como explica Dans en sus páginas, “los gigantes de la web convirtieron ese entorno fértil de innovación en una carrera frenética por el crecimiento”. Por ejemplo, Google ha realizado 255 operaciones entre febrero de 2011 y diciembre de 2022; Microsoft, 273 adquisiciones a lo largo de su historia, y a estas se le han ido sumando las de otros como Facebook, Apple o Amazon, hasta “convertir el escenario tecnológico en cosa de unos pocos”. Ahora, los reguladores, con el Viejo Continente a la cabeza, están poniendo freno a tanta compra. “Evidentemente, Europa se ha convertido en creadora de tendencia en cuanto a legislación y privacidad. Y Estados Unidos está abandonando las teorías de la administración Reagan de permitirlo todo. No parece que un entorno en el que las big tech sean más poderosas que el propio estado sea bastante apetecible. Tener empresas que puedan asumir a cualquier otra organización o emprendedor puede ser una amenaza”.

Para el escritor, el otro momento paradigmático en el freno de este dominio y el paso a una nueva dimensión de la web puede ser la batalla que enfrentó a Apple con Facebook –cambió su nombre a Meta tras esta disputa y otras tantas polémicas- por el modelo de negocio de Internet. La empresa de Cupertino incluyó en 2021 en su sistema operativo una cláusula de privacidad que pone coto a las aplicaciones que dependen de los datos de los usuarios para generar ingresos. Es decir, exige a estas organizaciones que soliciten permiso para realizar un seguimiento y enviar publicidad. Este puede ser aceptado, denegado o rescindido por completo, por lo que ese “gran francotirador del marketing”, como define el libro a Meta, perdió su poder de segmentación. “Obviamente, Apple rompe un poco el camino, pero porque vive de vender dispositivos y no publicidad”, indica. “Y Facebook se convierte en la representante de una tendencia de la que las personas están hartas. Nos hemos dedicado durante años a alimentar un estándar que nos agobia, molesta, y por el cual nos sentimos perseguidos y espiados. Hemos llegado a pensar que el teléfono nos escucha, y eso es una paranoia. Pero, un modelo económico que enfada a los usuarios nunca es bueno”.

Así que llegamos a este punto, al día de hoy, y no exentos de cometer errores. Pero, insiste, “la tecnología trata de crear barreras a nuestra incomodidad”. Por ello, la Web3, con la descentralización, puede eliminar intermediarios en muchas transacciones y proporciona seguridad y transparencia, aunque pueda transformar por completo la forma en la que hacemos negocios. Pero, volviendo a la síntesis del libro, “hay que probar las nuevas herramientas”, tal y como hizo un joven Dans cuando su padre le regaló un ordenador allá por los años 80, cuando tener uno era cosa de muy pocos, y a punto estuvo de costarle dejar su carrera de biología -cosa que no sucedió- por adentrarse en un mundo para casi todos desconocido en aquella época. Ahora, reflexiona, “la biología ha sido una inspiración casi constante en mi vida profesional, se ha quedado como una base de conocimiento. Habla de sistemas en los que hay disputas; lo que en la biología son especies, aquí son distintas compañías”, concluye.



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