Sanidad
ENTREVISTAS

"La digitalización de la sanidad requiere de mayor gasto, las TIC han demostrado lo útiles que son para el sector"

Ángel Luis Sánchez, Ciso del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), repasa el estado actual de la transformación digital del sector sanitario y habla de las demandas que ha traído la pandemia de coronavirus.

Ángel Luis Sánchez García, CISO del Sermas
Ángel Luis Sánchez García, CISO del Sermas.

El Servicio Madrileño de Salud (Sermas) se ha destacado, en los últimos años, por ser uno de los primeros espadas de la innovación tecnológica y de la seguridad en la industria sanitaria, llegando a invertir más del 50% de su presupuesto TIC en este último aspecto, algo que, según su Ciso, Ángel Luis Sánchez, ha dado sus frutos durante estos últimos meses de presión derivados de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, la tendencia general presupuestaria para TI en el sector se ha cerrado a la baja en 2019. El Índice anual elaborado por la Sociedad Española de Informática de la Salud (Seis) habla de que las comunidades autónomas han destinado un 3% menos de presupuesto que en el año anterior, llegando a los 707 millones de euros. 

Son cifras insuficientes”, lamenta el directivo. “La transformación digital del sector requiere de un mayor gasto”. En los últimos años se debate mucho sobre que la medicina actual tiene que cumplir con los objetivos de las llamadas ‘Cinco P’: personalizada, preventiva, predictiva, participativa y poblacional. “Para llegar a ello es necesaria más inversión”, dice un Sánchez convencido de que “las TIC han demostrado ser muy útiles para la sanidad”. En este mismo contexto, argumenta, cada vez es más importante el papel de la seguridad. “Manejamos datos sanitarios de los ciudadanos y damos soporte a cientos de aplicaciones críticas. Las administraciones deben tener conocimiento de ello, y la reacción positiva de nuestros sistemas durante la crisis de la COVID-19 debería servir de ejemplo”.

La infraestructura tecnológica del Sermas contempla, como ejemplo, tres centros de datos, cientos de aplicaciones, más de 95.000 cuentas de directorio activo, 100.000 buzones de correo electrónico y un SOC (Centro de Operaciones de Seguridad) permanente. Estos datos hablan de la magnanimidad y la importancia de la tecnología de una organización crítica para el correcto funcionamiento de la sociedad madrileña. “No nos podemos quejar, pero tenemos mucho margen de mejora”, expresa Sánchez. 

 

El coronavirus como acelerador de la transformación digital 

Son tres los objetivos que se marcan las administraciones públicas sanitarias en su recorrido tecnológico; la consecución de las historias clínicas digitales, la teleasistencia y la telemedicina. Estas dos últimas tienen grandes diferencias entre sí; mientras la teleasistencia supone un cambio de canal, la telemedicina es una revolución de todo un modelo de operaciones para apoyarse en los datos. Estos imperativos se han visto, sin duda, impulsados por la crisis actual. “Hemos acelerado la implantación de unas herramientas que ya existían. Pero, posiblemente no estamos utilizando las mejores, necesitamos servicios más especializados para el sector”, advierte el Ciso del Sermas. “Es importante que este tipo de soluciones se integren con las aplicaciones de los usuarios para facilitar la labor del profesional, algo que no se ha construido aún”.

También, dice, hay que mejorar la accesibilidad de los ciudadanos a estas herramientas. “Uno de los problemas que tenemos es que la mayor parte de nuestros pacientes pertenecen a rangos de edad más elevados, por eso hemos utilizado mucho la llamada telefónica y el SMS en estos meses”. 

Sánchez cree que tanto la teleconsulta como la telemedicina han venido para quedarse. “Las nuevas generaciones demandan inmediatez y solo quieren ir a la consulta cuando sea estrictamente necesario”. Además, afirma, estas aplicaciones pueden ayudar a la sostenibilidad del sistema sanitario público español, el más afectado junto con el de las pensiones: “Vuelvo a repetir, somos una de las poblaciones más envejecidas del mundo, pero contamos con una esperanza de vida muy alta, lo que supone un problema. Todas estas tecnologías pueden facilitar el abaratamiento de los costes en infraestructura y mejorarían el colapso actual. ¿Por qué un ciudadano tiene que ir a ver a su médico para que le dé un resultado negativo de unas pruebas? Bastaría con la notificación”.

Podrá leer la entrevista completa en el próximo número de la revista digital CSO. 

 


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