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"No basta con entregar tecnología a los trabajadores; hay que formarles e informar de sus riesgos y oportunidades"

Resiliencia, pensamiento sistémico y formar en herramientas digitales son los términos clave para la nueva era de los recursos humanos, según Santiago García, cofundador del Future For Work Institute.

Santiago García, Future for work institute

La resiliencia de las organizaciones: El secreto está en el sistema es el último libro de Santiago García, experto en recursos humanos y cofundador de Future Fork Work Institute en 2017, una consultoría que trata de mantener al día a los profesionales de estos departamentos, sobre todo en medianas y grandes empresas, generando distintos contenidos formativos y con servicios de asesoramiento para el diseño de sus estrategias. El experto ya predijo y escribió El ocaso del empleo en 2013, junto a su socio Jordi Serrano, y ahora vuelve a reincidir en la idea de desarrollar un “pensamiento sistémico” que se aleje de las paredes de las oficinas y salga al mundo exterior. “Los líderes tienen que entender que los valores de la sociedad están cambiando, tanto en temas políticos y normativos como tecnológicos”, dice. “Las herramientas digitales nos hacen evolucionar a gran velocidad y abren un nuevo escenario de posibilidades”.

Para muestra, la aceleración, auspiciada por la crisis de la COVID-19, de cambios hacia el teletrabajo, posteriormente a modelos híbridos y ahora a una vuelta a las oficinas, más o menos tendente, que han iniciado precisamente muchas de las grandes tecnológicas de Silicon Valley. Además, todo en medio del fenómeno de la ‘Gran Renuncia’, que ha asolado a muchas compañías en Estados Unidos con la salida voluntaria de miles de trabajadores y que se ha empezado a extender por Europa. “Creo que la pandemia no hizo más que activar inclinaciones que venían de fondo, como las propias operaciones en remoto”, expresa un García que sí que ve que, en especial, ha aumentado la preocupación por la salud y el bienestar de los empleados. “Mucha gente sufrió sobrecargas de trabajo, niveles extra de incertidumbre y picos de estrés y de ansiedad que ahora se relacionan con la actual incidencia de enfermedades mentales”.

Por ello, y aunque haya que poner los datos en contexto porque muchos trabajadores no pudieron darse de baja en 2020, y a pesar de los efectos de compensación, los niveles de rotación se han quedado muy altos, estima. “Haber vivido una crisis tan profunda hace replantearte tus expectativas laborales y tu relación con el trabajo en los casos en que uno se lo pueda permitir”. Y, con la decisión de muchas grandes tecnológicas de volver a la presencialidad pasa exactamente igual: “Estas empresas argumentan que el retorno no tiene tanto que ver con el teletrabajo en sí mismo, sino con la manera en que se ha gestionado”. Por ejemplo, remite, ha habido un problema grande con el derecho a la desconexión. “Es importante aportar flexibilidad según la casuística de cada persona; unos trabajan mejor desde la distancia y otros con la cercanía física de sus compañeros”.

 

 

"Muchas empresas se felicitan por lo resilientes que han sido  durante la pandemia y no se han dado cuenta de que lo han conseguido apoyándose, quizás en exceso, en la resiliencia personal de sus empleados"

 

 

El binomio resiliencia y tecnología

Precisamente una de las palabras que lleva el titular de su último libro, resiliencia –uno de los nombrados términos del año por la RAE en 2020–, es de las que más utiliza García durante la charla con ComputerWorld. “Si hubiésemos preguntado a los departamentos de RRHH si pensaban que hubiesen sido capaces de capear una tormenta de estas características, con derivaciones sanitarias, escasez en la cadena de suministro… la mayoría hubiese respondido que no”. Sin embargo, prosigue, muchas se felicitan por lo resilientes que han sido y no se han dado cuenta de que lo han conseguido apoyándose, “quizás en exceso”, en la resiliencia personal de sus empleados. “Por ello, estamos viendo cómo muchas empresas están reorientando sus planes y métodos. También la forma en la que aprovechan la tecnología”.

Y, es que, para el experto, la tecnología es agnóstica. “Hemos visto cómo algunas organizaciones han hecho un uso fantástico de ella para ganar resiliencia, pero otras la han perdido. No basta con entregar herramientas a los trabajadores, sino que hay que formarles e informar de sus riesgos y oportunidades”. En el ámbito de las soluciones de colaboración, específica, muchos jefes, por miedo a perder de vista a sus equipos, han convertido las agendas en una sucesión interminable de videollamadas. “No obstante, estas plataformas bien utilizadas pueden llegar a ser muy productivas”.

Como tecnologías más importantes para las áreas de recursos humanos, García cree que la inteligencia artificial (IA) es de las más interesantes. “Gracias a la digitalización dejamos una huella en forma de ‘unos y ceros’ que podemos explotar para entender nuestros comportamientos, predecir eventos y tomar decisiones”. Además, cree que las herramientas de realidad virtual y aumentada pueden ser muy útiles a la hora de realizar formaciones y a efectos de simulación, como puede ser el caso del onboarding de alguien en una compañía.

Al final, concluye, todo se basa en funcionar mejor y en acertar con las iniciativas. “Las empresas tienen un fin económico, no son ONG, e incorporan una u otra tecnología en función de las ventajas que le aporte. Pero también tienen que tener en cuenta que necesitan ofrecer entornos en los que trabajar no sea una carga para las personas”.

 

 



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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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