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"No debemos competir con la IA, sería como competir en una carrera contra un caballo"

La presidenta y fundadora de la asociación OdiseIA, Idoia Salazar, reflexionó sobre las implicaciones de la llegada de herramientas de inteligencia artificial, como ChatGPT, a la vida cotidiana de las personas.

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Víctor Calvo-Sotelo, director general de DigitalES, junto a Idoia Salazar, presidenta y fundadora de OdiseIA. (Foto de DigitalES @AsocDigitales)

La popularización de distintas herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa ha dejado al descubierto los frentes abiertos que aún existen en torno a la aplicación real de este tipo de tecnologías. Para reflexionar sobre esto, la patronal de las tecnológicas, DigitalES, invitó a Idoia Salazar, presidenta y fundadora de OdiseIA, a una nueva edición de su desayuno informativo ‘Las Mañanas del Mañana’, que tuvo como tema principal la plataforma de OpenAI de la que todos hablan, ChatGPT.

OdiseIA es una asociación sin fines de lucro que reúne a empresas, universidades, instituciones y personas para velar por el buen uso de la inteligencia artificial. En su ponencia, Salazar comentó que actualmente se está dando una “adquisición de conciencia a nivel de toda la sociedad” de los beneficios y desafíos que plantea esta tecnología en su implementación cotidiana, algo que se ha potenciado este último año con la aparición (o más bien, popularización) de ChatGPT.

“La IA ha venido para quedarse, el nivel de crecimiento exponencial que vamos a ver en los próximos años va a ser tremendo, no va a haber un altibajo (en su uso) como lo estamos viendo con el metaverso”, comentó. Esto, dijo, porque cuenta con “las tres claves que una tecnología debe tener para que llegue a tener un impacto en la vida real: debe ser barata, fácil de usar y útil. ChatGPT tiene las tres”.

 

"El nivel de crecimiento exponencial de la IA que vamos a ver en los próximos años va a ser tremendo, no va a haber un altibajo como con el metaverso"

 

Así, agregó que la inteligencia artificial tiene ciertas “peculiaridades” específicas que otras tecnologías emergentes no tenían, como su capacidad para tomar decisiones de manera autónoma, lo que genera polémica entre las personas y hace que se generen prejuicios en su contra. “Es importante pensar que el ser humano no es perfecto, tenemos una capacidad intelectual limitada y muchas veces tomamos decisiones erróneas. La IA, una vez que tengamos solventados algunos problemas de explicabilidad, nos puede aportar transparencia a nuestras decisiones”, señaló.

En ese sentido, Salazar explicó esta resistencia a la inteligencia artificial a que, en décadas o siglos anteriores, “había un respiro entre un avance tecnológico y otro. Ahora estamos en un momento en que estos inventos de gran impacto están sucediéndose rápidamente y el ser humano no tiene ese nivel de adaptación”.

Con esto, la presidenta de OdiseIA puso paños fríos a estas preocupaciones y aseveró que “la tecnología no es mala de por sí, sino que depende del uso que hagamos de ella. Nosotros tenemos que decidir ahora mismo el nivel de autonomía que le damos a estos sistemas”.

“Tenemos que cambiar la perspectiva de todo. Hay que pararse a reflexionar, a rehacer muchas de las cuestiones que teníamos claras, para poder avanzar con eficiencia el resto del camino y no caer en un perjuicio para la humanidad”, añadió.

Salazar enfatizó que, como sociedad, debemos entender los grandes beneficios que la IA puede aportar en la eficiencia de los procesos, como un complemento al trabajo que hacen los humanos, pero no como su reemplazo. “No debemos competir con la IA, sería como competir en una carrera contra un caballo. Debo entrenarla de la manera que yo quiero para obtener el mejor resultado”, apuntó.

 

"Estamos en un momento en que estos inventos de gran impacto están sucediéndose rápidamente y el ser humano no tiene ese nivel de adaptación"

 

En educación, muchos profesores, colegios y universidades han visto la aparición del ChatGPT como una amenaza para el aprendizaje, el pensamiento crítico y la creatividad. Sin embargo, Salazar abogó por integrarla dentro de la enseñanza como “una herramienta tremendamente útil, que nos da una base, una primera aproximación para enfrentarnos a esa página en blanco”. Recordó la revolución que generó en este mismo ámbito la llegada de la calculadora o del internet, que finalmente no demostraron ser un peligro para el aprendizaje sino que herramienta de apoyo. Por eso, aseguró que “la solución no es prohibir” ChatGPT o las plataformas de inteligencia artificial en las escuelas.

“Creo que tenemos que seguir desarrollando estas tecnologías, pero a la vez pensar en la ética, los límites que debemos poner para que se haga una implementación positiva de ella”, sostuvo.



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