Banco de España mejora la gestión de la información

A la vez que acomete un proyecto de consolidación

Banco de España inició en 2003 un proyecto de consolidación del almacenamiento de los sistemas distribuidos basados en plataformas Unix y Windows. Para acometerlo, el organismo ha revalidado su confianza en EMC.

El Banco de España cuenta con una plantilla aproximada de 3.000 personas, en su mayoría repartida entre los dos centros de Madrid, estando el resto en las distintas sucursales que el organismo tiene distribuidas en toda España. El Banco se encuentra inmerso en un proceso de reducción de sucursales; en tres años quieren pasar de 52 a 22. Antonio Pérez, jefe de la división de Tecnología e Infraestructuras del departamento de Sistemas de Información del Banco de España, explica cómo es la infraestructura tecnológica básica: “Tenemos en Madrid dos edificios principales con dos salas de ordenador, a efectos de disaster recovery. Disponemos de tres plataformas. Una es del sistema de ordenadores centrales, que son mainframes IBM de la serie Z Server con sistema operativo Z/OS. Luego sistemas Unix, en concreto son máquinas RS6000 con sistema operativo AIX y, finalmente, servidores Windows con sistema operativo Windows 2000 y 2003”.
Cuentan desde el año 1997 con un plan de recuperación ante desastres para los entornos mainframe y actualmente están desarrollando un plan similar para sistemas distribuidos. El primer paso ha sido la consolidación de datos de las plataformas distribuidas. Las dos salas de Madrid (Alcalá 50 y Alcalá 522) están unidas por enlaces de comunicaciones de alta velocidad, basados en fibra óptica y multiplexores DWDM (Dense Wavelength Division Multiplexing). Han instalado una red SAN (Storage Area Network) que abarca las dos salas. En cada sala hay un mainframe trabajando con Z/OS, unos 25 servidores Unix con operativo AIX y unos 40 servidores Windows.
El almacenamiento es fundamentalmente de EMC con tres subsistemas de discos replicados. Dos de los subsistemas están destinados a los mainframes y el tercero a los sistemas distribuidos (AIX y Windows). El almacenamiento del fabricante EMC dota al Banco de una capacidad total bruta cercana a los 20 Terabytes. Cada subsistema consta de dos unidades de almacenamiento, una en cada sala de ordenador, con copia remota síncrona. Aparte tienen unos 8 Terabytes de cajas de discos de otros fabricantes.
Decidieron abordar la consolidación por diversas razones. “Queríamos conseguir una mejor gestión del almacenamiento, mayor flexibilidad, mayor fiabilidad y una infraestructura que nos permitiera tener un plan estructurado de recuperación ante desastres”, dice Antonio Pérez. A lo largo de estos años los sistemas distribuidos se están convirtiendo en más críticos en “áreas como el correo electrónico, intranet y todo lo que es la ofimática. Ha llegado el momento en que es conveniente, aparte de tener redundancia operativa en sala, el tener disaster recovery”, señala Pérez. Además los precios son más asequibles. “Hace cinco años no nos hubiéramos podido plantear el proyecto debido a los altos costes y el software y sistemas disponibles”, apunta Juan Carlos Campillo, jefe de la Unidad de Sistemas Operativos del departamento de Sistemas de Información del Banco de España.
Para seleccionar a los suministradores, el Banco de España convocó un concurso mediante procedimiento negociado. Entre las especificaciones pedían unos sistemas de alta fiabilidad, con componentes duplicados, que las actualizaciones se pudieran hacer sin cortes en el servicio, siendo imprescindible la copia remota síncrona. El ganador del concurso fue EMC, con sus sistemas de almacenamiento de alta disponibilidad Symmetrix DMX 1000. Otros fabricantes como IBM, Hitachi o Hewlett Packard, también presentaron sus respectivas ofertas.
En el Banco de España no quieren desvelar cuánto han invertido, pero sí explican por qué se han decantado por EMC. En primer lugar, por la experiencia satisfactoria con el almacenamiento para los sistemas mainframe de la misma marca, especialmente por el excelente servicio de mantenimiento recibido. Han pesado en la decisión las especificaciones de los equipos en cuanto a alta disponibilidad y copia remota síncrona, y la calidad del software de explotación y gestión que acompaña a los sistemas de almacenamiento de EMC.
Han tardado seis meses en concluir la consolidación, una vez tomada la decisión de compra. Las principales fases del proyecto han sido la planificación y el estudio de compatibilidad de los sistemas con la infraestructura de servidores. Además se ha elaborado un inventario de los servidores susceptibles de ser integrados y se han estimado las capacidades necesarias para cada servicio y servidor según su prioridad dentro del conjunto. Después se ha redactado un plan de despliegue de los adaptadores de fibra, y de la instalación del software: PowerPath y ControlCenter. Se ha procedido a instalar una red SAN y se ha hecho un piloto en servidores de pruebas. Se ha validado el piloto y se ha hecho una incorporación escalonada del resto de los servidores a la red SAN. Más tarde se han movido los datos desde los soportes antiguos a los nuevos para la puesta en producción. El punto final ha sido la formación sobre la tecnología SAN y concretamente sobre el software de Control Center.
Esta formación ha sido importante porque “después de este proyecto conseguiremos, primero, que no tenga que intervenir personal técnico de alta cualificación en la recuperación, y además tendremos un esquema de tiempos perfectamente claro. Nos comprometeremos a recuperar cada aplicación en el tiempo estipulado”, señala Pérez. Para los sistemas mainframe tienen un compromiso de recuperación ante desastres de un máximo de dos horas. Aunque el objetivo para los sistemas distribuidos todavía no se ha fijado, se estima que puede ser similar.
El proyecto ha concluido con éxito y ha permitido reutilizar diversos conmutadores o switches de almacenamiento y discos. “No ha habido ningún fallo. Se ha trabajado muy bien con el equipo mixto del proveedor EMC y el Banco”, dice Antonio Pérez. Lo más complicado ha sido “adaptar todos los servidores a la nueva tecnología, con la instalación de adaptadores de fibra, en servidores que están en producción”, añade Juan Carlos Campillo. Esto se ha tenido que hacer en sesiones de fin de semana. Ha habido que buscar los drivers para las tarjetas de muchas máquinas diferentes. Según Campillo “EMC ha validado cada una de las piezas, tanto de hardware como de software. Tarjetas de distintos fabricantes de distintos sistemas operativos”.
Con esta consolidación la gestión de la información ha mejorado notablemente; es más fácil reasignar espacio de almacenamiento para cada uno de los servidores. También han conseguido ahorros de costes, derivados de la gestión, de la flexibilidad y de la garantía de que no es preciso invertir en sistemas alternativos para evitar pérdidas de datos.
En uno o dos años, la capacidad de almacenamiento actual se habrá quedado corta. Por eso entre sus planes de futuro está el aumentarla. Como sus usuarios cada vez demandan más espacio, en el Banco buscan un sistema de alta capacidad, disponibilidad razonable y bajo coste para aplicaciones que no requieran altos niveles de rendimiento. También tienen previsto aumentar el tamaño de los buzones del sistema de correo electrónico, basado

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