La frustación de las estrategias de los CEOs, ¿un problema de ejecución?

Los consejeros delegados de las compañías se enfrentan cada vez a mayores retos en un mercado competitivo y globalizado como el actual. Muestra de esta problemática son los despidos en este colectivo, cada vez más frecuentes como lo demuestra el reciente cese de Carly Fiorina, máxima responsable hasta hace poco de HP, o de Michael Lawrie, anterior CEO de Siebel. ¿Qué está ocurriendo? ¿Es un problema de estrategia?

Según Gary Cokins, experto internacional en gestión avanzada de costes y en sistemas de rendimiento, así como responsable del área de estrategia de compañía de business intelligence SAS, quien acaba de estar en Madrid presentando su nuevo libro “Performance Management”, el origen de esta incómoda situación radica en su ejecución de la estrategia, no en esta última. “Los CEOs ven frustradas sus estrategias por un problema de ejecución. No en vano, hay estudios que señalan que un 70% de las estrategias se implantan sin éxito, mientras otros aseguran que la vida laboral de los CEOs ha disminuido de diez a cinco años”.

La respuesta: el Performance Management
La solución, para Cokins, se encuentra en la implementación del llamado Performance Management, un concepto que, según el experto, no es un proceso, ni un sistema, sino un procedimiento que consiste en integrar diversas metodologías y tecnologías que ya existen, como son el CRM, el ERP, el cuadro de mandos integral o Six Sigma, y que, hasta ahora, se implantaban de forma aislada. “La sinergia que se produce cuando se conectan todas ellas, impulsadas por un solo driver como es el cliente es la gran ventaja que proporciona el Performance Management”, apunta el experto.
Precisamente este enfoque en el cliente es esencial, según Cokins. “La relación actual entre las empresas y las administraciones públicas con los clientes y ciudadanos ha sufrido una completa transformación –asegura-. Ahora éstos, gracias a la expansión de Internet, disponen de una abundante información que les hace más exigentes y conocedores de lo que quieren obtener y, en tiempos muy reducidos, son capaces de comparar distintos productos y servicios. Esta nueva situación obliga a las empresas a evolucionar hacia la integración de las metodologías bajo el concepto de Performance Management, cuyos resultados en términos de mejor medición del retorno de inversión (ROI) y en el aumento del valor añadido, también satisface a los accionistas de las empresas, lo que permite tener una buena relación con éstos y con los clientes al mismo tiempo”.
Cokins señala que la informática ya está preparada para esta integración de metodologías y hay soluciones específicas para llevarlo a cabo con inteligencia, como son las de la empresa en la que trabaja, SAS. En cualquier caso, el experto aconseja empezar poco a poco: “No hay que planear largos proyectos de Performance Management, de duración de un año o más. Lo ideal es trabajar en principio en proyectos cortos y que permitan comprobar con rapidez sus resultados”.



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