"Nuestra iniciativa de código compartido no es una cuestión de marketing", Jason Matusow, su responsable en Microsoft

Jason Matusow, responsable mundial de la Iniciativa de Código Compartido de Microsoft, ha aprovechado una visita a España para hablar con la prensa, a la que ha explicado la visión de su compañía sobre la tendencia hacia el software abierto y su reciente apertura de código a determinadas corporaciones y organizaciones públicas, así como al sector académico, y ha revelado cómo la compañía compatibiliza este programa con la protección de sus derechos de propiedad intelectual.

El mercado del software está mutando a pasos agigantados y la fiebre por el código abierto y Linux es una clara muestra de ello. Ante esta tendencia imparable, Microsoft, compañía desarrolladora de software propietario por excelencia, se ha visto obligada a cambiar de mentalidad y a abrir su código fuente a determinadas grandes corporaciones, organizaciones públicas, al sector académico y a los desarrolladores e integradores de su tecnología. Como ha explicado en una visita a España Jason Matusow, responsable mundial de la Iniciativa de Código Compartido de Microsoft, “aunque nuestra compañía ya había abierto su código a las universidades hace muchos años, concretamente en 1991, no se ha percibido un claro cambio de mentalidad a favor del código abierto hasta los años 1998 y 1999. A raíz de esta tendencia y conscientes de las mejoras que supondría para muchos clientes, gobiernos y desarrolladores, Microsoft se planteó en 2001 abrir su código a determinados sectores mediante el Programa de Código Compartido”. Matusow asegura que no se trata de una iniciativa de marketing: “Si fuera así, no llevaríamos tres años desarrollando este programa”. Tampoco es un intento de ganarse puntos en la Unión Europea, donde tiene abierta una investigación por posibles prácticas monopolísticas en este mercado: “No tiene nada que ver con los asuntos legales, simplemente hemos visto que había una necesidad para llevar a cabo esto”.

Apertura, ¿para qué?
Las bondades de la apertura del código son muchas, como un aumento de la eficiencia de las Administraciones Públicas y de la satisfacción de muchos clientes, así como un incremento de la seguridad. Así lo asegura Matusow, que explica que Microsoft sigue unas pautas en su programa y no facilita éste a todas las empresas. Sí lo hace a grandes corporaciones, integradores (OEMs), Gobiernos y a sus propios socios de negocio, además de a desarrolladores y al sector académico. Eso sí, no a todos por igual pues, como explica Matusow, “hay a quienes dejamos ver el código y modificarlo y hay a quien no, porque nunca se sabe si las intenciones que puede tener una empresa o persona que acceda son buenas o no”.
De este modo, a los grandes clientes, los OEMs, los Gobiernos y los socios de negocio de Microsoft les permite (mediante diversos programas específicos para ellos) ver el código, aunque no modificarlo, pues el objetivo es mejorar su soporte al cliente en software Windows (2000/XP, Windows Server 2003, etc.). Por otra parte, a los desarrolladores sí les permite ver el código y también modificarlo, con el fin de crear “nuevas oportunidades para todos”. En concreto, los productos a cuyo código éstos pueden acceder y cambiar, así como luego redistribuir, son ASP.Net, Windows CE, Visual Studio .Net y al entorno de desarrollo .Net.
En tercer lugar, se encuentra la comunidad educadora y de investigación, a la que también permite ver el código y modificarlo, ya que éste debe ser de dominio público. Finalmente, a sus socios de negocio les brinda la posibilidad de verlo y modificarlo para luego incluirlo, por ejemplo, en sus dispositivos móviles, etc. En definitiva: “No hay una única forma de abrir el código”.

“Linux es una iniciativa comercial”
Claro que si Microsoft está abriendo su código para adaptarse mejor a sus clientes, la pregunta que surge es ¿por qué hay Administraciones Públicas se están planteando pasarse a Linux?. Según Matusow: “Lo que ocurre muchas veces es que la elección de Linux es un tema político, ya que desde el punto de vista técnico suele tener problemas. Además, Microsoft también está firmando cada vez más acuerdos con las administraciones y, por otra parte, es evidente que Linux ya es una iniciativa comercial, pues requiere un soporte que sólo lo dan empresas y cobran por ello. Por otra parte, en esto consiste la competencia: a veces se gana y a veces no”. Éste también señala que una ciudad que ha apostado fuertemente por Linux como Munich, se está encontrando ahora con dificultades al no haber expertos suficientes en la materia y fabricantes que se dediquen a lo que ellos necesitan. “Hay que recordar que las versiones comerciales de Linux tampoco se pueden modificar- puntualiza-”.



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