Objetivo ANS: almacenamiento unificado, en red y automatizado

Las empresas se plantean ILM como nuevo reto estratégico

La fiebre por la informática distribuida ha provocado que la infraestructura y los sistemas de almacenamiento de que disponen las empresas sea heterogénea y de difícil gestión, lo que acarrea grandes costes. La solución es ir hacia ANS (Automated Networked Storage), un almacenamiento consolidado, en red y automatizado para, al final, emprender una gestión del ciclo de vida de la información (ILM).

En los últimos treinta años, el cambio que han experimentado los departamentos de informática y los sistemas de almacenamiento de información son profundos. Si en los años setenta el centro de la infraestructura tecnológica era el mainframe, un ordenador central con una red propia de terminales conectados que hizo que el Centro de Proceso de Datos (CPD) se convirtiera en el centro neurálgico de la empresa, la posterior adopción de sistemas departamentales, que funcionaban como pequeños mainframes y la revolución que supuso la llegada del PC a mediados de los ochenta llevó a los directores de tecnología a implementar masivamente la informática distribuida. Ésta, en principio caracterizada por su flexibilidad, se ha convertido en una pesadilla para el director de sistemas, ya que no sólo es más complicada de gestionar, sino sus costes son cuantiosos. La evolución que ha experimentado Internet, que ha brindado posibilidades de interconexión de dispositivos sin precedentes, el crecimiento exponencial de los datos y la necesidad de reducir costes e incentivar la eficacia (hacer más con menos), están promoviendo un nuevo modelo para gestionar la información basado en el carácter céntrico de los sistemas y de las soluciones de almacenamiento. Actualmente no se concibe otra arquitectura que no sea aquella en la que el sistema de almacenamiento de datos, de información y de conocimiento sea el centro neurálgico de la organización y que descanse sobre una solución perfectamente gestionada, segura, virtualizada y escalable, cuyo diseño, construcción y mantenimiento, requiere hardware, software y servicios. Este almacenamiento debe estar en red para que permita el acceso a través de cualquier servidor o cliente desde cualquier lugar y en cualquier momento, de modo que la información pueda servir al negocio y a la organización y prestar un servicio de calidad al usuario. En definitiva, una información siempre disponible y fiable gracias a su almacenamiento de forma consolidada, en red y bajo un modelo automatizado.

Consolidar: un imperativo para el negocio
Para solventar la situación caótica de la infraestructura de TI, causada por la generalización de la informática distribuida, el camino es consolidar. Sólo así, las empresas podrán solventar sus dificultades de integración entre diversas áreas de información y las ineficiencias y redundancias en su gestión de los datos. Continuar con esta situación sólo incrementaría los costes y el riesgo, al tiempo que la complejidad e impediría la continuidad de negocio, además de empeorar su incapacidad de gestionar los niveles de calidad de servicio. Una situación que se complica debido a las exigencias del mercado de hacer más con menos, al aumento del volumen de la información, a la necesidad de responder antes a los requirimientos de los clientes en el entorno 24x7, de enfrentarse a la complejidad de la infraestructura técnica y de demostrar el ROI (Retorno sobre la Inversión).
Por ello, ANS, el almacenamiento consolidado, en red y automatizado es la respuesta que buscan las empresas a esta situación y el modelo que solventará la actual infrautilización de la capacidad de los servidores, las demandas de mayor personal y el hecho de que lleve demasiado tiempo el proceso de backup y recuperación de la información. Gracias a ANS se obtiene una capacidad de utilización de discos de un 90%, mayor facilidad de gestión y un backup y recuperación de los datos casi inmediato.

Hacia la gestión del ciclo de vida de la información
Una vez situados en el punto ANS, el siguiente paso es el ILM o gestión del ciclo de vida de la información, un modelo que otorga un papel esencial a la información y permite organizarla según su criticidad para el negocio, construyendo una infraestructura de gestión que permita obtener el máximo valor de la información, al mínimo coste total, en cualquier momento de su ciclo de vida. Así, es necesario que las empresas cuenten con sistemas que les permitan gestionar de forma automatizada grandes volúmenes de información, que sean modificables según su ciclo de vida, de su importancia para el negocio y de la legislación. Hay que estratificar el almacenamiento de información, para después poder automatizar la gestión de dicha información mediante la catalogación y definición de políticas que permitan el automatismo de la ubicación del dato, en función de su valor para el negocio en cada momento de su ciclo de vida.
Para implantar este almacenamiento de modo que sea compatible con las tecnologías y arquitecturas actuales se requieren tres pasos, según EMC. El primero es sustituir el almacenamiento directo de los servidores por el automatizado en red y, el segundo, definir los niveles de calidad de servicio para optimizar la gestión. Ambos dan sentido al último: la completa automatización de la gestión del ciclo de vida de la información. En este entorno integrado, las organizaciones podrán aplicar políticas de negocio en toda su infraestructura heterogénea, asignando al dato la ubicación adecuada para cada nivel de calidad de servicio, en el momento preciso y de manera automatizada. El concepto de ANS que culmina en ILM se enriquece si se complementa con la riqueza de soluciones y servicios que ofrece un proveedor como EMC.


AHORRO COMPROBADO
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Según datos de EMC, el almacenamiento en red permite aprovechar los discos en un 85% frente al 50% de los sistemas directamente conectados. Además de permitir una gestión centralizada, reduce los costes de personal en un 80%, el de cintas entre un 50 y un 70% y el de servidores de propósito general, ya que los equipos NAS son entre tres y diez veces más eficientes en servicio de ficheros.


ALMACENAMIENTO EN RED
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La conectividad aplicada al almacenamiento ha revolucionado la forma en la que se comparte, gestiona y protege la información. Los objetivos del almacenamiento en red son, mediante la consolidación de la infraestructura de almacenamiento, el incremento de eficiencia, la simplificación de la gestión, la minimización del riesgo y, como colofón, la posibilidad de gestionar los niveles de calidad de servicio. El almacenamiento en red beneficia a las empresas creando un entorno abierto y permitiéndoles gestionar sus recursos eficientemente, acelerando su capacidad de reacción a los cambios y mejorando su servicio. Para ello, debe permitir la elección entre tecnologías y arquitecturas, ser interoperable y fácil de gestionar.
Existen varias tecnologías de almacenamiento en red según las redes a través de las que se accede (fibre channel o IP) y el método de acceso a los datos (a bloques, a archivos o a objetos): Storage Area Network (SAN), Network Attached Storage (NAS), Content Addressed Storage (CAS), Multi-Path File Serving (MPFS) y almacenamiento en bloque sobre IP. Las empresas elegirán unas u otras o combinarán

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