La conectividad inteligente entre infraestructuras y transporte, clave en movilidad

El futuro en movilidad pasa por las nuevas tecnologías, que impulsarán la conectividad inteligente. Así se extrae de Smart Roads, el informe de tendencias de transportes de la compañía Indra. De acuerdo a este documento, hay varias tendencias que están convergiendo para habilitar este nuevo escenario, entre las que destacan Internet de las Cosas, edge computing, big data e inteligencia artificial. 

El informe define un escenario en que la integración entre plataformas IoT y sistemas inteligentes de transporte y el traslado de la computación al extremo de la red, que favorece la reducción en la latencia y, por tanto, una comunicación más ágil en tiempo real, está dando lugar a una gestión centralizada y automatizada del tráfico, en la que la seguridad y la sostenibilidad también están representadas. Esto se verá favorecido por otras tecnologías, como el futuro estándar de red móvil 5G, el blockchain o los drones.

Así, los dispositivos inteligentes servirán para detectar posibles incidentes que, gracias a las nuevas tecnologías de conectividad, se comunicarán prácticamente en tiempo real. En caso de que no puedan ser resueltos de forma automatizada, se emplearán herramientas como la realidad virtual para acceder a los centros de control de tráfico, independientemente de si se trata de instalaciones físicas o en la nube, y gestionar estos problemas, apoyándose si es necesario en dispositivos como drones o elementos conectados, como semáforos o señales visuales. 

Además, gracias a la aplicación de big data y analítica inteligente, se podrán prever los comportamientos futuros, la densidad de tráfico o la posibilidad de incidentes, lo que permitirá tomar medidas para evitar atascos y avanzar en sostenibilidad. También se emplearán en el mantenimiento de las infraestructuras. La ciberseguridad será esencial para blindar todo el sistema de movilidad.

En relación al impacto económico que la aplicación de estas herramientas generará, se prevé que sobrepase los 30.000 millones de dólares en 2022. El informe apunta al especial protagonismo de los sistemas avanzados de control del tráfico y tarificación, que jugarán un papel esencial en el desarrollo futuro de la conducción eléctrica, conectada, colaborativa y autónoma. 

Además de la mejora en las comunicaciones y en la experiencia durante el viaje, el informe apunta a que la integración de las nuevas tendencias tecnológicas tienen otros objetivos. En relación a la sostenibilidad, se busca minimizar el impacto medioambiental de la emisión de CO² en transporte. Además, se quiere contribuir a reducir paulatinamente los accidentes, con el horizonte puesto en las cero víctimas en calles y carreteras.