La movilidad, un valor en alza en tiempos de crisis

Bajo el prisma del ahorro de costes

Si bien a primera vista, un entorno de recesión económica en el sector de las TI pudiera contemplarse con el mejor momento para la puesta en marcha de iniciativas de movilidad en las empresas, como impulsores del ahorro, la realidad es bien distinta. En período de crisis, las empresas ponen en duda un beneficio probable contra un coste inicial seguro.
Por otra parte, la variedad de nombres y siglas asociadas con la movilidad unida a la sensación de fracaso provocada por la malograda tecnología WAP, no han hecho más que incrementar el grado de confusión de las empresas hacia soluciones de movilidad.

A pesar de todo, y teniendo en cuenta que el ahorro de costes continúa siendo la mejor puerta de acceso al core business de la empresa, los analistas coinciden en destacar el alto porcentaje de ilusión de las corporaciones por desarrollar diferentes proyectos de movilidad.
En primer lugar, la movilidad debe entenderse como una opción más que ha permitido la tecnología. Es por ello, que “la movilidad, entendida como la creación de un puesto móvil que sea eficiente, va a ser en último término una obligación para las empresas, si éstas quieren destacar en aspectos de competitividad“, señala Fernando Usera, socio de Accenture.
Primeramente, se debe diferenciar que es un trabajador móvil para luego definir que es una empresa móvil. Para Fernando Usera, cuando una persona emplea más del 20% de su tiempo fuera de un despacho o de un sitio fijo donde está trabajando éste puede ser enmarcado dentro de un componente alto de movilidad, donde sin entrar a analizar su función, pueden incluirse soluciones, que en alguna medida pueden resultar de gran utilidad para el trabajador, como es el portátil, teléfono móvil o la agenda personal electrónica o PDA. En este sentido, y bajo esta premisa, explica Fernando Usera, “el 95% de los directivos cumplen esas expectativas, por lo que la conclusión es que casi todas las empresas tienen algo de movilidad”.
Con respecto a lo que pueda ser considerado una empresa móvil en su conjunto, más allá de soluciones puntuales, este concepto debe situarse en que un 80% ó 90% del tiempo se puede llegar a incurrir en movilidad. Es decir, se trata de empresas donde un 20% de sus trabajadores sean móviles. A partir de este porcentaje, subraya Fernando Usera, “se puede considerar que en la empresa, las soluciones móviles pueden suponer un aumento de productividad y en consecuencia, un incremento de su cuenta de resultados”.

Ventajas e inconvenientes
En primer lugar, el beneficio principal que la movilidad puede tener para la empresa es la productividad. Teniendo en cuenta que estamos en un entorno de ahorro de coste donde las empresas miran más en la cuenta de resultados la parte de costes que la de ingresos, las iniciativas de movilidad traen consigo un incremento de productividad determinado por el ahorro de costes, en errores y de trabajo de backoffice. Para Fernando Usera, el incremento de productividad supone, al menos, la carta de presentación que se ofrecería a la empresa ante la implantación de una iniciativa de movilidad. Luego existen otros aspectos, pero estos requieren que la cultura de la movilidad se haya podido integrar.
En cuanto a las posibles desventajas, Fernando Usera afirma que éstas pueden surgir por la elección de uno u otro modelo de movilidad. La empresa, en un primer momento, debe tener muy presente todos los parámetros necesarios para desarrollar una solución de movilidad, ya que si esto no es así, tardará mucho tiempo en poner en marcha una nueva iniciativa de movilidad.

Proyectos pequeños
El grado de inversión que debe asumir una empresa cuyo objetivo es entrar en el mundo de la movilidad no tiene que ser muy elevado. Al principio, la empresa tienen que plantearse proyectos concretos, pequeños y controlables, iniciativas piloto que puedan ofrecer una visión sobre cómo está siendo la evolución del proyecto. En este sentido, con la puesta en marcha de proyectos reducidos, afirma Fernando Usera, la empresa puede tener un mayor control de la inversión, y en segundo lugar, podrá descubrir y corregir los posibles fallos que pudieran interrumpir el desarrollo de la solución de movilidad.
Sobre los principales obstáculos que pudieran aparecer en la expansión del concepto de movilidad, en estos momentos de recesión económica, el orden sería, afirma Fernando Usera, en primer lugar, económicos, culturales y tecnológicos. Aunque en este último, siempre existen las reticencias hacia todos aquellos aspectos concernientes con la seguridad. Para Fernando Usera, “existe un respeto hacia todos los entornos que salen fuera de lo que es el paraguas de la empresa, y en cuestionarse de por qué apostar por soluciones de movilidad sobre GPRS cuando se puede esperar a UMTS.
No precipitarse y esperar a la estandarización de la tecnología, señala Fernando Usera. En este sentido, y bajo esta premisa, las operadoras, así como los fabricantes que ofrecen soluciones e iniciativas de movilidad “deben contemplar cómo se gestiona la renovación tecnológica, a medida que la tecnología te permita nuevas capacidades, de tal manera, que ahuyentes el miedo en el mercado por una potencial renovación tecnológica”, subraya Fernando Usera.

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