Arvind Krishna sustituirá a Virginia Rometty como CEO de IBM

El año 2020 trae novedades en la cúpula directiva de uno de los mayores gigantes tecnológicos del mercado: IBM. Desde el próximo mes de abril (el día 6, en concreto) su actual líder Virginia Rometty, que desempeña los cargos de presidenta del consejo de administración y directora ejecutiva de la compañía, cederá el testigo de CEO a Arvind Krishna y de presidente a James Whitehurst. Ella misma seguirá como presidenta ejecutiva del consejo hasta finales de año, cuando se jubile tras casi cuatro décadas en la empresa.

Arvind Krishna es el máximo responsable de cloud y software cognitivo en el Big Blue, además de uno de los principales artífices de la adquisición de Red Hat, que la compañía completó el pasado mes de julio. De hecho, el CEO de Red Hat, James Whitehurst, pasará de ser vicepresidente senior de IBM a presidente también desde el próximo mes de abril.

“Arvind es el CEO adecuado para la próxima era en IBM”, en palabras de la propia Rometty, que reconoce, en un comunicado, que este ingeniero que destaca por su papel en el desarrollo de tecnologías clave como la inteligencia artificial, la nube, la computación cuántica y blockchain. “Es un magnífico líder operacional” que “ha liderado la mayor adquisición en la historia de la compañía”, afirma. “En Arvind y Jim, la junta ha elegido un equipo de liderazgo técnico y de negocios probado”.

Con este nombramiento Krishna se convierte en el cuarto directivo nacido en India que logra ocupar el podio de un gigante tecnológico estadounidense, después de Satya Nadella, CEO de Microsoft, Sundar Pichai de Google y Shantanu Narayen de Adobe.

Virginia Rometty.

Adiós a la ‘era Rometty’

Virginia Rometty llegó a la dirección y presidencia de IBM en 2012. En estos ocho años la tecnológica ha comprado 65 empresas y centrado la mira en las áreas de nube híbrida, seguridad, en el ámbito industrial y el mundo de los datos y la inteligencia artificial (o informática cognitiva como lo denomina el grupo), además de desprenderse de casi 9.000 millones de dólares de ingresos anuales para enfocarse en aquello que le aportara mayor valor.

Bajo su batuta se cerró también la mayor compra realizada en la larga historia de IBM: la de Red Hat, por 34.000 millones de dólares, un movimiento con el que persigue mejorar el posicionamiento del Big Blue en el mercado cloud, en concreto en la nube híbrida, donde la compañía de código abierto destaca de forma clara.