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La fusión entre AT&T y Time Warner crea polémica por si no garantizase la libre competencia

Esta compra está bajo la lupa de los políticos estadounidenses y grupos de interés público que están preocupados por los posibles conflictos monopolizadores. Por ello, el acuerdo tendrá que pasar por un complejo proceso de revisión.

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El pasado viernes AT&T anunció que adquirirá Time Warner por 85.400 millones de dólares con el fin de combinar el estudio de cine y la amplia biblioteca de entretenimiento de la empresa de medios con la distribución de servicios móviles, banda ancha y televisión de la operadora en Estados Unidos, México y América Latina.

La transacción se espera que finalice a finales de 2017 y está sujeta a la aprobación de los accionistas de Time Warner, los cuales -según el acuerdo- recibirán  107,50 dólares por acción en los términos de la fusión, que consisten en 53,75 dólares por acción en efectivo y 53,75 dólares por acción en AT&T stock. La empresa compradora dijo que sería el primer operador de telefonía móvil de Estados Unidos que pudiese competir a nivel nacional con compañías de cable en la provisión de banda ancha móvil y el vídeo incluido. El acuerdo podría ofrecer a los clientes el mejor contenido de alta calidad en todas las pantallas.

Pero este anuncio ha creado dudas sobre si las autoridades permitirán la operación después de que el acuerdo pase por un complejo proceso de revisión de los reguladores para garantizar la libre competencia. Muchos políticos, incluyendo al candidato presidencial del partido demócrata Hillary Clinton y su rival republicano Donald Trump, están preocupados por las implicaciones del acuerdo. Éste último dijo que el trato es “mucha concentración de poder en las manos de unos pocos” y avisó de que su administración nunca lo aprobaría. De momento, un subcomité del Senado que supervisa estos temas ha dejado claro que habrá un intenso escrutinio.

Por su lado, el senador Bernie Sanders anunció en su cuenta de Twitter que "la administración debe matar a la fusión de Time Warner / AT & T. Este acuerdo significaría mayores precios y menos opciones para el pueblo estadounidense”. Al igual que Zenia Mucha, director de comunicación de Walt Disney, quien aseguró que “una operación de esta magnitud, obviamente, merece un examen regulatorio muy minucioso”.

"Hemos examinado cuidadosamente la consolidación en estas industrias para asegurar que los líderes de mercado existentes no bloquean nuevas opciones para la recepción de contenido de vídeo o ejercer un control desproporcionado sobre el mercado de contenidos de vídeo," dijeron el domingo los senadores. "Vamos a seguir revisando e investigando cuidadosamente cualquier consolidación en esta industria para asegurarnos de que no hace daño a los consumidores."

El máximo directivo de AT&T, Randall Stephenson, que encabezará el grupo fusionado, dijo que cualquier preocupación de los reguladores será "adecuadamente resuelta". El argumento que defiende Stephenson es que, con esta operación, AT&T no está eliminando un competidor, sino haciéndose con el control de un generador de contenidos para vincularlo a su extensa red de telefonía y de televisión satelital. Pero existe la preocupación de que la firma de telecomunicaciones pueda sesgar el mercado ya que podría encontrar problemas para vender sus contenidos a firmas rivales de AT&T, como por ejemplo los competidores de DirectTV –comprada por AT&T en 2014 por 49.000 millones de dólares-.

Operaciones como éstas demuestran que cada vez se están borrando más los límites que separan a las compañías de teléfonos y de proveedores de internet respecto a los generadores de contenidos. 



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