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Santander duda si podrá mantener el ritmo de inversión en TI necesario para su negocio

La entidad financiera ahonda en un documento remitido a la CNMV en los riesgos que afectan a su competitividad, que se derivan del auge de la digitalización y de la aparición de nuevos entrantes tecnológicos en un negocio reservado hasta ahora a la banca.

Ana Botín, presidenta de Banco Santander
Ana Botín, presidenta de Banco Santander

Para seguir siendo competitivo, Banco Santander debe actualizar continuamente sus sistemas informáticos a tiempo y con un coste razonable, lo que conlleva realizar constantemente importantes inversiones para mejorar su infraestructura de TI. No obstante, el grupo reconoce en un folleto de actividad continuada remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que no puede asegurar que en el futuro pueda seguir manteniendo este ritmo de innovación y seguir realizando el mismo nivel de inversiones en TI.

“Una deficiente mejora o la falta de actualización de forma eficaz y en el momento oportuno de la infraestructura informática y los sistemas de la información podrían tener un efecto adverso material para el grupo”, reza el escrito.

En el documento se expone que, además, ahora existe una nueva normativa que define cómo hay que gestionar los riesgos cibernéticos y riesgos tecnológicos, cómo hay que informar de las incidencias de seguridad informática y cómo debe funcionar el proceso de supervisión, entre otros aspectos. Una posible falta de implementación de algunas de estas nuevas regulaciones globales y locales, expone de nuevo, “podría tener un efecto adverso material para el grupo”.

La tecnología es cada vez más vital para el grupo

La importancia de las tecnologías de la información para Banco Santander es tal que “el negocio del grupo depende de su capacidad de procesar un gran número de operaciones de manera eficiente y precisa y hacer uso de forma fiable de las tecnologías digitales, servicios informáticos, email, software y servicios de redes, así como del acceso de forma segura al proceso, almacenamiento y transmisión de información (incluyendo la confidencial) a través de ordenadores y redes”. Por ello, añade, es clave que el grupo pueda mantener un sistema de compilación, gestión y proceso de datos efectivo.

Precisamente, la entidad acaba de anunciar un acuerdo con Microsoft por el que la tecnológica se convierte en proveedor estratégico preferente de servicios en la nube para facilitar la transformación digital del banco. Se trata de un acuerdo de varios años (sin especificar cuántos) con el que el banco persigue impulsar la innovación e incrementar su eficiencia operativa mediante soluciones en la nube que incluyen Microsoft Azure, gestión de datos, inteligencia artificial y servicios cognitivos. Tal y como explican desde el grupo en un comunicado, Santander está migrando su infraestructura tecnológica hacia un entorno basado en múltiples nubes con plataformas globales apoyadas por metodologías ágiles que ayudan a acelerar su transformación tecnológica.

Dicho acuerdo se enmarca en el nuevo plan estratégico que presentaba este mes de abril en Londres la cúpula directiva del grupo y que implica una inyección de más de 20.000 millones de euros en transformación digital y tecnología para los próximos cuatro años.

La ciberseguridad es otra preocupación del banco, según se pone de manifiesto en el documento presentado a la CNMV. Desde la entidad aseveran en el folleto que no pueden garantizar que no vayan a sufrir pérdidas materiales en el futuro por riesgos operacionales derivados de cualquier incidencia relacionada con la seguridad de la información. “El grupo ha sido y sigue siendo objeto de ataques informáticos como privación de servicio, software malicioso (malware) o suplantación de identidad (phishing)”, desvelan.

Impacto de la competencia de las tecnológicas

En el escrito, Banco Santander reconoce que el aumento de la competencia, incluso de proveedores no tradicionales de servicios financieros bancarios como es el caso de las empresas tecnológicas, puede afectar también negativamente a sus resultados. Explica que proveedores de comercio electrónico, compañías de telefonía móvil y motores de búsqueda por internet podrían ofrecer o aumentar (si ya lo hacen) sus ofertas de productos y servicios financieros directamente a sus clientes. Estos proveedores, añade, no están sujetos a regulación bancaria lo que les otorga ventajas en el mercado.

La entidad reconoce, por otro lado, que el creciente uso de tecnologías como las criptomonedas y de la banca móvil y por internet puede hacer necesario para el grupo realizar cambios en su estrategia de banca comercial. Unos cambios que implican “el cierre o venta de algunas sucursales y la reestructuración de otras y de sus empleados”.

 



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