Es el momento de invertir en tecnología con una estrategia a largo plazo

Durante los últimos años, la tecnología no ha hecho más que reforzar su papel como habilitador y potenciador de la transformación que vivimos como sociedad. El estallido de la pandemia, hace ahora casi dos años, cambió nuestra vida de la noche a la mañana y, con ello, también nuestra forma de trabajar, estudiar, comprar o, simplemente, entretenernos. Un cambio que afectó también a las empresas de cualquier tamaño y sector, que tuvieron que apoyarse en las nuevas tecnologías para seguir operativas y mantener vivos sus negocios.

Una transformación que, durante 2021, se ha afianzado como ha quedado demostrado a través de lo que se denominó primero como teletrabajo, y que, tras la progresiva relajación de las medidas de distanciamiento social, ha evolucionado hasta lo que hoy conocemos como modelo de trabajo híbrido.

Una evolución que ha abierto la puerta a un contexto donde predomina lo digital como fórmula para responder de manera más ágil a las demandas y necesidades de los clientes. Todo ello a través del desarrollo e implementación de soluciones digitales, la automatización de procesos basados en la nube y el acceso de los trabajadores al trabajo remoto. Una situación que ha generado una gran demanda de equipos informáticos con mayores capacidades de conectividad, así como soluciones colaborativas que favorezcan una conexión virtual fácil y rápida entre compañeros, clientes, empresas, etc., para continuar con la operativa del día a día.

Esta tendencia seguirá presente durante 2022, un año en el que, de acuerdo con las últimas previsiones de Gartner, el gasto mundial en TI ascenderá a 4,5 billones de dólares, lo que representa un aumento del 5,1% respecto a 2021. Y es que, a pesar de los impactos potenciales de la variante Omicron, la recuperación económica, con altas expectativas de prosperidad en el mercado digital, continuará impulsando las inversiones en tecnología, según la consultora.

2022 será así, sin duda, el año en el que deberemos seguir apostando por la tecnología, superadas las inversiones y proyectos que se iniciaron con la urgencia que provocó la pandemia. Es el momento de ir más allá, de centrarse en el largo plazo, abordando un enfoque estratégico de la transformación digital en la que se encuentran inmersas empresas y ciudadanos.

Una mirada en la que las tecnologías más demandadas serán todas aquellas que facilitan nuestra vida y nos ayudan a introducirnos en esta nueva normalidad y en la que facilitar el modelo de trabajo híbrido es una de las prioridades para la mayoría las organizaciones y que hagan realidad la digitalización. Tecnologías vinculadas a equipos con alta capacidad de conexión para favorecer la colaboración, más potentes y seguridad como pieza inseparable en el diseño y fabricación de cualquier tecnología, ya que la seguridad de las organizaciones se verá aún más comprometida en un entorno de trabajo híbrido que requiere la sofisticación de los sistemas de seguridad. Soluciones completas que permitan proporcionar una mejor experiencia a los trabajadores, al tiempo que se minimizan los riesgos, incluso de aquellos riesgos desconocidos con soluciones de “aislamiento de lo desconocido” o “preventivas”.

Asimismo, este año, seguirán siendo cada vez más importantes las soluciones de impresión 3D o fabricación aditiva, que sigue incrementando su demanda gracias a las grandes posibilidades que brinda para la personalización de productos, producción en tiempo récord, etc.

Me atrevería a decir también que este será el año de los CIO, alineados más que nunca con el negocio, habilitando gracias a la innovación tecnológica, el camino para que la digitalización sea realmente la oportunidad de diferenciación, competitividad, sostenibilidad e integración que todos deseamos.