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Sólo hay una cosa que las empresas pueden hacer con respecto al ‘splinternet’: adaptarse

Es hora de abandonar la creencia de que un único Internet global iba a ser posible y abrazar el mundo real de muchos Internet separados.

splinternet

En tiempos pasados, concretamente antes de la COVID-19, anuncié a bombo y platillo que la tan temida splinternet había llegado. Y me reconcilié con el hecho. La idea de la splinternet, también conocida en español como la balcanización de Internet, es sencilla: en lugar de una Internet única, abierta y global que pretendían los pioneros de la red, ahora tenemos múltiples redes internas desconectadas.

La prueba ‘A’ de mi argumento fue el exitoso aislamiento de China por el llamado "Gran Cortafuegos de China" del gobierno, junto con la agresiva censura de Internet. El gobierno chino no sólo censura a nivel nacional, sino que también aprovecha la falta de controles en el extranjero para censurar a nivel mundial y difundir propaganda y desinformación a favor de Pekín. Por ejemplo, durante los Juegos Olímpicos de Pekín, miles de cuentas falsas y bots superactivos inundaron los comentarios de cualquier usuario destacado de Twitter (incluido yo mismo) que criticara los Juegos Olímpicos o el historial de derechos humanos del Gobierno chino. Además, Twitter eliminó posteriormente las cuentas. China prohíbe las redes sociales extranjeras, como Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, Pinterest, Snapchat y muchas otras, mientras que TikTok no está prohibida en el extranjero. La experiencia de utilizar la llamada Internet en China es totalmente distinta a la de utilizarla fuera del país.

Entonces, también escribí sobre la creciente separación de Rusia de la Internet global y el bloqueo agresivo no sólo de sitios web, sino de servicios de mensajería como Telegram, VPNs y otros recursos. Otros gobiernos -los de Corea del Norte, Eritrea, Etiopía, Arabia Saudí, Irán, Siria, Túnez, Vietnam y Myanmar- también mantienen lo que son básicamente intranets nacionales.

 

¿Por qué ahora la red está aún más dividida?

Si bien Rusia estuvo avanzando hacia una separación similar a la de China durante años, la invasión de Ucrania por parte de esta nación, las abrumadoras sanciones que le siguieron y la reacción a las mismas por parte del Gobierno ruso terminaron por crear una Internet rusa separada. Las empresas de Silicon Valley, como Apple, Google, Airbnb y muchas otras, se retiraron básicamente de Rusia. Microsoft redujo sus operaciones y bloqueó las descargas de Windows en el país. Y mientras las empresas extranjeras se iban retirando, los reguladores rusos optaron por presionar: el gobierno ruso prohibió Twitter, Facebook y la mayoría de los sitios web de medios de comunicación externos. Hasta la filial rusa de Google se ha declarado en quiebra recientemente porque las medidas adoptadas por Moscú han hecho imposible hacer negocios en el país. El gobierno ruso había estado trabajando con ahínco para separar ese país del resto, pero el conflicto en Ucrania aceleró y solidificó esa tendencia.

 

Metaverso y Web 3: ¿dos grandes aceleradores?

Las dos principales palabras de moda en tecnología durante el pasado año describen plataformas que muy probablemente crearán nuevas escisiones en la red: el metaverso y la Web 3. El libro Parallel Metaverses, de Nina Xiang, argumenta de forma persuasiva que el llamado metaverso resultará ser en realidad "muchos metaversos que existen en paralelo y que comparten características de la Internet actual, como el dominio del mercado, las prácticas monopolísticas, los jardines amurallados y la manipulación de los datos de los usuarios". Y a raíz de la desconexión rusa de la Internet global, los defensores de Web 3.0 se han hecho oír para añadir a la lista de ventajas evitar la fragmentación de la red. Uno de estos defensores dice que "las aplicaciones de Web 3 basadas en blockchain públicas descentralizadas como Ethereum, Avalanche o Solana están abiertas a todo el mundo", y por tanto, son "incensurables".

Esto es impresionantemente ingenuo. Incensurable, tal vez. Bloqueable, definitivamente. Pero sobre todo, las blockchain públicas exponen a los usuarios a los gobiernos autoritarios, que podrían amenazar con la cárcel a cualquiera que las utilice. El artículo continúa relacionando la "propiedad" de las redes sociales con la censura y el splinternet, lo que no tiene sentido. China y otros regímenes autoritarios prohíben Twitter y Facebook porque permiten la libertad de expresión, no porque sean propiedad de multimillonarios. En realidad, la Web 3 es un agente de mayor astillamiento, ya que algunos usuarios utilizarán aplicaciones blockchain, tokenizadas y distribuidas en lugar de aplicaciones convencionales, y la mayoría seguirá utilizando la llamada Web 2.0. En este sentido, la Web 3 no sustituirá a la versión anterior, sino que creará una web alternativa, la definición misma de splinternet.

La otra tendencia creciente consiste en aumentar el control legal sobre lo que se permite dentro de las fronteras políticas. Un ejemplo que me viene a la mente aquí en Europa es el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR por sus siglas en inglés). Los loables objetivos de proteger la privacidad de los usuarios hicieron que la carga recayera en los sitios web individuales de todo el mundo, lo que para muchos no ha merecido la pena. Como resultado, un gran número de sitios de noticias están bloqueados en Europa, aunque hay muchos otros ejemplos.

Para contrarrestar la tendencia a la fragmentación de Internet, Estados Unidos presentó en abril una declaración global para resistir el "autoritarismo digital", un documento firmado por 61 países que busca una Internet "abierta, libre, global, interoperable, fiable y segura". Buena suerte con eso. El documento consigue esencialmente que los gobiernos que se oponen a la fragmentación de Internet se comprometan de forma no vinculante con los objetivos de una Internet única y abierta, pero no tiene ningún impacto en la mayoría de las naciones, incluidas las que están fragmentando activamente Internet. ¿Convencerán estos gestos vacíos a China, Rusia y otras naciones separatistas de la IP para que se reincorporen a la Internet global abierta? ¿Forzarán un metaverso único a todas las empresas y a todos los países? ¿Prohibirán la Web 3 o la exigirán a todos para que los usuarios de la web sigan utilizando las mismas tecnologías? No, no harán nada de esto.

 

Cómo pensar en el futuro de la splinternet

Es una buena idea asumir que la splinternet está aquí para quedarse, y que la fragmentación continuará. El mayor problema es que hay un par de miles de millones de personas - al menos - que no tienen acceso a nada parecido a la Internet global. Y eso es una violación de sus derechos (concretamente del artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Otro problema es que bloquear el conocimiento, bloquear la interacción y bloquear los negocios conlleva que el mundo sea un lugar más pequeño para todos. Las burbujas de filtros, los jardines amurallados, la censura autoritaria y otros factores que empujan a la gente a los callejones sin salida de Internet ponen límites indeseables al flujo de información, en detrimento de todos.

Así, lo que pueden hacer las empresas es esforzarse por establecer una presencia dentro de todas las "redes internas" cerradas que tengan sentido para ese negocio, y no dar por sentado que publicar en la web significa que el mundo tiene acceso. A partir de ahora, deberíamos dejar de lado la quimera de una Internet global. Nunca va a suceder. El metaverso no nos salvará. Y tampoco lo hará la Web 3. En su lugar, hay que aceptar la dura realidad de que hay muchas redes de Internet, y que acceder a esas mentes y mercados va a requerir mucho trabajo



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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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