La Sociedad de la Información: entre la certidumbre tecnológica y la nebulosa económica

IBM patrocina el curso La Sociedad de la Información. Oportunidades y Riesgos en la UIMP

Dentro de los cursos de verano que tradicionalmente organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en su sede de Santander, ha destacado el encuentro dedicado al análisis del fenómeno de la Sociedad de la Información que ha contado con el patrocinio de IBM y la Fundación Comillas. El curso, co-dirigido por María Orgaz y Felipe Gómez-Pallete, ha reunido a economistas, sociólogos y tecnólogos, en un intento por profundizar en las oportunidades y riesgos derivadas de la progresiva implantación de la Sociedad de la Información.

Aseguraba Felipe Gómez -Pallete, Presidente de la Fundación Comillas, en la apertura del curso La Sociedad de la Información; Oportunidades y Riesgos, que ésta se debate "entre la certidumbre tecnológica y la nebulosa económica". Para Gómez-Pallete, así como para Fernando Suárez, Director de Producto de IBM España, el futuro tecnológico es fácilmente predecible, pero poder deducir de ahí el futuro de la sociedad es una tarea inútil.

Más aún, cuando ha quedado suficientemente demostrado que cualquier intento por predecir el futuro de las sociedades ha fracasado estrepitosamente. Mika Mannermaa, del Finland Futures Research Center defiende en este sentido el concepto de Sociedad como "sistema dinámico no lineal, alejado de un equilibrio termodinámico". Para Mannermaa, "aunque el desarrollo social obedece a acciones y comportamientos humanos, éste no puede derivarse de las actividades humanas". Por tanto, intentar explicar el futuro de la llamada Sociedad de la Información en base a los conceptos actuales se antoja una tarea absurda: "primero habría que aclarar el debate existente sobre la génesis de la Sociedad de la Información.", afirma Mannermaa, "¿Se trata de una evolución o de una revolución?

La Información, clave del cambio

Para Fernando Suárez, el paso a la Sociedad de la Información constituye una auténtica revolución cuyo detonante tiene nombre y apellidos: "Internet supone un cambio en el paradigma social cuyo primer efecto es el de la globalización. Si bien es cierto que hasta ahora las Tecnologías de la Información no habían tenido un impacto relevante en el ámbito social, el éxito de Internet como tecnología de comunicación barata y sencilla va a provocar una ruptura total". Para Suárez, Internet y su efecto globalizador subyacente van a provocar una competitividad extrema: "el éxito de Internet supone la eliminación de la intermediación lo que provocará -entre otras transformaciones- una profunda modificación del mercado laboral (con la adopción de soluciones de teletrabajo) y un notabilísimo impacto en las estructuras tradicionales del mercado".

Menos tecnológicas son las visiones de Felipe Gómez-Pallete y del sociólogo Enrique Gil Calvo. Si el primero defiende que las Tecnologías de la Información "no son la única causa generadora de la Sociedad de la Información, aunque sí son uno de los factores determinantes de su aparición", el Profesor de Sociología de la Universidad Complutense niega el funcionalismo tecnológico-social y afirma que "la tecnología no puede explicar el cambio social por sí sola. Es falso que la tecnología sea el motor de la modernización social a corto plazo". Para Gil Calvo, el futuro de la Sociedad depende de la aleatoriedad: "existe un azar que podríamos denominar negativo -el riesgo- que es capaz de romper las expectativas, y un azar positivo -la creatividad- que genera el cambio social. El futuro de la Sociedad depende, por tanto, de la capacidad de creatividad e innovación de la capa social". En esta misma línea se manifiesta Juan de Dios Ruano, Profesor de Sociología de la Universidad de La Coruña, para quien la aparición de la mecánica cuántica implica que la el papel de la Ciencia y la Tecnología como garante de la ilustración de la Sociedad y sistema de predicción de su futuro, ya no es válido: "la ciencia ha pasado a ser un laboratorio de prueba de escenarios futuros virtuales; ya no es el garante de la sociedad de razón y progreso que se creía".

En lo que sí parecen coincidir los expertos reunidos por IBM en Santander es en que la sociedad del futuro -sea o no sea la Sociedad de la Información- sí va a demandar más Información. Según Felipe Gómez-Pallete, "el futuro pasa por la producción y diseminación de la Información", aunque advierte que la Información como concepto económico "no es contemplada ni analizada por los economistas porque se trata de un bien peculiar, que aunque se venda se sigue poseyendo". Precisamente, el profesor de economía de la Universidad del País Vasco, Roberto Velasco, asegura -en una visión keynesiana del asunto- que el paro actual "está pagando el proceso de reorganización de las empresas que ha sido generado por la implantación en éstas de las Tecnologías de la Información". Para Velasco, el progreso tecnológico genera destrucción de empleo a corto plazo.

Lo que sí parece claro es que la tendencia hacia la Sociedad de la Información es imparable. En esta línea, Mika Mannermaa defiende que la sociedad "tiende hacia una complejidad creciente y un mayor dinamismo, en el sentido de un acelerado flujo de información, energía y materiales".

Entre el entusiasmo y el escepticismo

Quizá la clave de la discusión sobre el futuro de la Sociedad de la Información celebrada en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo la tenga Carl H. Builder, de la RAND Corporation, para quién el debate se sitúa en algún punto entre el entusiasmo de muchos y el escepticismo de otros tantos. Asumiendo, según Builder, que la tecnología puede considerarse un elemento distorsionador del orden social, la innovación que ha provocado un mayor cambio social ha sido el microchip "o, más correctamente, la Información y la revolución de las telecomunicaciones. El microchip ha hecho mucho más difícil el control de la información a través de las estructuras jerárquicas". Para Builder, la novedad que supone la Sociedad de la Información es que, por primera vez en la historia, "muchos pueden comunicarse con muchos". Una transformación -la de la conexión en red- que ha trascendido a las organizaciones empresariales transformándolas profundamente: "si la transacción más importante entre los humanos es la comunicación, la experiencia ha demostrado que la red es el modelo organizacional más efectivo".

Lo que se está produciendo, en la antesala de la Sociedad de la Información, es una explosiva situación; según alerta Carl H. Builder, "la riqueza se está concentrando en una elite cada vez más reducida, mientras el poder inherente al control de la Información se está difundiendo globalmente; llegará un momento en que este poder distribuido se utilizará violentamente para redistribuir la riqueza concentrada. Evitar esta colisión entre elitismo e igualitarismo debe ser nuestra máxima prioridad".



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