Intel cumple 50 años con la Ley de Moore como pócima mágica
Intel celebra este año el 50 aniversario desde su creación y durante todo este período, la Ley de Moore aplicada al silicio, ha contribuido a la innovación tecnológica del mundo actual para crear una sociedad completamente digitalizada. En busca del siguiente hito.
Tick-tock, tick-tock… son las primeras palabras que se me vienen a la cabeza a la hora de definir el recorrido llevado a cabo por parte de Intel a lo largo de sus 50 años de historia. Se cumplen cinco décadas desde sus comienzos como fabricante de chips de memoria y como si de las agujas de un reloj suizo se tratara, la compañía y su gran pócima mágica que no ha sido otra que la Ley de Moore, han permanecido perfectamente sincronizadas y alineadas con el paso del tiempo, evolucionando hasta llegar a nuestros días.
Cualquier persona que haya seguido la evolución del mundo tecnológico sabrá a qué tipo de tick-tock me refiero. Incluso la Wikipedia lo contempla como un modelo adoptado por la compañía de chips a partir del año 2007 (antes diría yo) que le ha permitido mantener un ritmo de evolución constante, ese que ha venido demandando el mercado y los fabricantes e integradores de los propios procesadores. Si el tick marcaba el ciclo de la llegada de un nuevo proceso de fabricación de los chips, por ejemplo, la introducción del transistor 3D tridimensional de 22 nm, con el tock la compañía conseguía desarrollar una nueva microarquitectura. De esta forma, el conocido roadmap de la compañía permitía que los fabricantes y socios tecnológicos pudiesen perfectamente prever la disponibilidad de los chips que Intel ponía en el mercado para lanzar sus nuevos equipos, algo que ningún otro fabricante de chips en épocas pasadas podía garantizar. Y todo haciéndolo realidad en las áreas de equipos de sobremesa, portátiles y dispositivos móviles, así como entornos de servidores.
El nacimiento de todo un estándar: x86
Con 50 años de historia a sus espaldas, muchos podrían estar llamados a ser los grandes hitos de la compañía, pero gran parte de los éxitos cosechados hasta ahora vienen dados por el instante en el que se produjo el lanzamiento del microprocesador Intel 8086 que este año cumple 40 años. Norberto Mateos, director regional para el Sur de Europa de Intel Corporation nos confirma este instante como “transcendental en el devenir de la compañía, comenzando la carrera o maratón que nos ha llevado a nuestra era actual”.
El nacimiento de este nuevo estándar se produjo allá por 1978, un momento decisivo para la informática personal, dado que el ADN del estándar x86 de este chip ha permanecido en todas y cada una de las siguientes generaciones hasta el punto de convertirse en el centro de cualquier ordenador Windows, Mac o Linux actual. “Detrás de su desarrollo, un pequeño equipo de brillantes ingenieros con libertad para diseñar cosas innovadoras” como los define Mateos, liderado por Stephen Morse como arquitecto de su código. Por aquella época, la mayoría de chips eran de 8 bits, y con el 8800 se lograba saltar a los 32 bits, ofreciendo una multitarea y gestión de memoria integrada dentro de la propia CPU, permitiendo que los sistemas operativos corrieran con mucho menos lenguaje de código. El chip 8088 fue construido con el mismo código que el 8086 y su inclusión en el PC 5150 de IBM ayudó a que el código del 8086 se convirtiera en todo un estándar, el inicio sin duda de la informática para todos.
Años de cambios
Los últimos años no han sido fáciles para la compañía. Recientemente, el pasado mes de junio, su CEO Brian Krzanich se veía obligado a dimitir por haber mantenido una relación consentida con una de las empleadas de la compañía, incumpliendo una de las normativas que recoge la empresa. Previamente y coincidiendo con el inicio del año, saltaban todas las alarmas al detectarse las vulnerabilidades Meltdown y Spectre que afectaban a los principales fabricantes de chips, entre los que se incluía a Intel. Su CEO también salió a la palestra al saberse que vendió la mitad de sus acciones de la compañía antes incluso de que los fallos salieran a la luz, manteniendo el mínimo establecido por Intel en su contrato para continuar como CEO.
En septiembre de 2016, cinco años después de comprar la compañía de seguridad McAfee, Intel anunciaba que vendía su participación mayoritaria de la unidad de negocio de seguridad, convirtiéndola en una empresa independiente. Aunque varias han sido las tecnologías de seguridad adoptadas en sus chips, parece que ninguna ha logrado engranar como los ingenieros hubiesen deseado, añadiendo capas de seguridad adicional a sus chips que permitiesen dotarlos de un aliciente extra frente a sus competidores. Por esta época, también se anunciaban recortes que afectarían a más de 12.000 puestos de trabajo a nivel mundial (el 11% de la plantilla), propiciadas por la caída en ventas de ordenadores PC y la escasa presencia que ha logrado alcanzar en el competitivo mercado de los móviles.
Re-invent PC
Pero esta situación de reajustes es algo por lo que han tenido que pasar, antes o después, todas las grandes compañías, y muy especialmente las del área tecnológica. Norberto desvela como Intel nació como compañía de memorias, algo en lo que estuvo implicada durante los 23 primeros años de su existencia, a pesar de que la compañía sea más conocida por la segunda etapa, correspondiente a los 27 años posteriores en los que se centró en evolucionar los procesadores. En la actualidad, Intel desea que el PC que integra sus chips sea algo más que un simple ordenador personal, y como avanzaba a principios de año durante la celebración del CES Gregory Bryant, director de Client Computing de Intel, “estamos trabajando para transformar al PC y convertirlo de un ordenador personal a una plataforma de contribución personal, un lugar donde las personas puedan desarrollar mejor su trabajo”. Bryant ve al futuro PC como un dispositivo “Always Connected PC” o siempre conectado, simulando a la inmediatez de uso que ofrecen actualmente los smartphone. Es algo que se producirá con la llegada del 5G y su latencia mejorada. Además, apuesta por plataformas que van más allá de los actuales 2 en 1 o convertibles, impulsando la creación de máquinas más inteligentes con IA y una mayor duración de su batería.
De la era del PC, a la de los datos
El futuro de Intel comenzó hace ya cinco años atrás. Sin duda, pasa por centrar su estrategia en ofrecer avances allí donde piensa que es más fuerte, como es el caso de soluciones para los centros de datos, el mercado de IoT, evolución de la memoria Optane, la conectividad 5G, el coche conectado y los drones. Los beneficios en las áreas mencionadas le reportaron el pasado año crecimientos a doble dígito de un 11% en los centros de datos, un 20% en el área de IoT, un 37% en las soluciones de memoria, y un 14% en las soluciones programables. Por su parte, el área de PC volvía a sufrir una caída del 2%, a pesar de la recuperación experimentada en el área de ordenadores gaming, donde sigue impulsando fuertemente el mercado con su gama de procesadores Extreme Edition y la memoria Optane. Sin duda, no es tarea fácil pasar de una empresa orientada al PC, a ser una compañía centrada en el dato. “Esto cambia el modelo de negocio del chip a nuevas áreas en las que anteriormente la compañía no tenía presencia”, nos confirma Norberto, “pero despierta más si cabe el espíritu que transmitieron sus fundadores Robert Noyce y Gordon Moore en la época de su creación.
La continuidad de la Ley de Moore comenzó a estar en entredicho hace años, pero continúa en vigor pese a los más pesimistas. Igualmente lo está el uso del PC para los nuevos entornos de trabajo. La informática cuántica requiere de grandes cambios frente a las tecnologías actuales, nada que la compañía no haya conseguido con anterioridad. Intel se aferra a continuar haciendo del mundo un lugar mejor, para lo que sus directivos actuales hacen suyo el mensaje de uno de sus fundadores: “solo los paranoicos sobreviven”. Gordon Moore.
