La modernización de la justicia, lejos del papel cero

¿Quién no recuerda las imágenes de los juzgados con montañas y montañas de papeles, con equipos informáticos anticuados y con funcionarios trabajando sin dar abasto? ¿Es posible que en plena era digital aún no se haya apostado por la digitalización integral del sistema judicial español?

 “La modernización de la justicia, con mayor o menor intensidad, siempre ha estado en la agenda de los gobiernos, independientemente de su signo político”, explican fuentes del Ministerio de Justicia.

Y sí. En efecto, es un asunto casi de sentido común, al menos en teoría. Claro que su puesta en práctica no es, ni mucho menos, un proceso sencillo por múltiples razones: por la ingente cantidad de material a digitalizar, por la existencia de CC. AA. con sus propios sistemas informáticos y la necesidad de buscar uno centralizado, por la falta de formación del personal y por la necesidad de asegurar la el funcionamiento del sistema judicial durante el proceso de migración.

Una breve historia sobre la modernización

El punto de partida está en el Pacto de Estado para la Reforma de la Justicia, suscrito en 2001 por el PP y el PSOE. En él se solicitaba la promoción de un Plan Estratégico de Nuevas Tecnologías de la Administración de Justicia de aplicación integral.

El histórico pacto, firmado durante la presidencia de José María Aznar, fue el resultado de un largo proceso de cuatro meses de trabajo, 23 reuniones oficiales y una docena de “frugales comidas en el Ministerio” de José María Michavila, secretario de Estado de Justicia del Gobierno del PP, y Juan Fernando López Aguilar, entonces secretario de Libertades Públicas y Desarrollo Autonómico de la ejecutiva federal del PSOE, tal y como relata la edición del 3 de junio de 2001 de El País. 

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