Microsoft crea VALL-E, una herramienta de IA que puede imitar la voz

La Real Academia Española (RAE) eligió ‘inteligencia artificial’ como la palabra del año y cómo no, si es una de las tecnologías de las que más se habló en 2022. Fue un año en el que la IA pasó de ser algo inalcanzable o futurístico, a convertirse en una tecnología que ya está a la mano de cualquier persona, con herramientas como Dall-E, de generación de imágenes, o ChatGPT, para texto. Rehusándose a quedar abajo de esta tendencia, Microsoft lanzó este mes VALL-E, una plataforma de inteligencia artificial que puede imitar la voz con resultados bastante creíbles. 

Entrenado con 60.000 horas de grabaciones y más de 7.000 voces distintas, todas en inglés, el modelo de lenguaje por inteligencia artificial de Microsoft solo necesita tres segundos de escuchar una voz para poder imitarla casi a la perfección, con tonos, inflexiones e incluso el entorno acústico (por ejemplo, si ésta suena como si estuviera en una llamada telefónica). Mientras más parecida sea la voz del usuario a una de esas 7.000 con las que se entrenó VALL-E, más convincente será el resultado. 

Si bien, los modelos de síntesis de voz con inteligencia artificial no son nuevos, las plataformas que existían hasta el momento necesitaban mucho más de tres segundos para captar la voz y entregar una imitación creíble. 

Una herramienta como VALL-E podría servir para usos profesionales, como corregir errores en grabaciones de audio o generar asistentes virtuales más realistas, pero también para fines personales, como volver a escuchar la voz de alguien que ya ha fallecido. Los malos usos que este modelo podría provocar son fáciles de imaginar (suplantación de identidad, saltarse identificaciones biométricas, fraudes, etc) pero Microsoft ya ha pensado en una forma de combatirlos: ha creado una herramienta que detecta el uso de VALL-E.

En definitiva, Microsoft ha creado esta plataforma para integrarla con otros modelos de inteligencia artificial generativa, como la ya mencionada ChatGPT, en la que baraja invertir cerca de 10.000 millones para que funcione con el resto de sus soluciones, como Office, Outlook o Bing.