“No me disculparé por invertir en innovación estadounidense, en industrias que definirán el futuro y que China pretende dominar”

La tensión entre Washington y Pekín registra máximos. La guerra abierta entre ambas potencias parece haber cobrado una nueva dimensión tras los últimos acontecimientos marcados por las restricciones tecnológicas, los globos espía y la confrontación directa. El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado nuevas medidas para frenar la inversión de empresas norteamericanas en tecnologías informáticas avanzadas de origen chino. Así lo recogía The New York Times. Una decisión en consonancia con el camino escogido el pasado año 2022, cuando el Ejecutivo norteamericano publicó un amplio dossier de controles de exportación con el fin de aislar a China de ciertos chips semiconductores fabricados en cualquier parte del mundo con equipos estadounidenses. Una senda con una meta evidente: reprimir los avances tecnológicos y militares del Gobierno de Xi Jinping.

Novedades a la vista

Según el citado medio, el Ejecutivo de Biden habría estado trabajando en este nuevo paquete de medidas durante meses, por lo que al estar “prácticamente completas”, podrían ver la luz dentro de dos meses. Asimismo, evidenciaba que el Departamento del Tesoro se había comunicado con otros gobiernos, así como con la Unión Europea, para tratar de sumar aliados a su causa y asegurarse de que no proporcionen financiamiento al gigante asiático. Un plan que parece haber dado sus frutos al incluir a los Países Bajos y Japón como socios en su lucha.

Los detalles de la orden ejecutiva pendiente siguen sin estar claros, según el informe, pero se espera que requiera que las empresas brinden más información al gobierno sobre sus inversiones planificadas en ciertos países adversarios. De hecho, probablemente prohibirá inversiones absolutas en algunas áreas críticas como la computación cuántica, los semiconductores avanzados y ciertas capacidades de inteligencia artificial (IA) con aplicaciones militares o de vigilancia, dijo el periódico citando fuentes familiarizadas con los planes.

"Antes de que yo llegara al cargo, se contaba que la República Popular China estaba aumentando su poder y que Estados Unidos estaba cayendo en el mundo. Ya no es así. He dejado claro al presidente Xi que buscamos la competencia, no el conflicto"

 

Joe Biden, presidente de EE.UU

Los globos de la discordia

Por si no fueran suficientes, las tensiones con China a cuenta del supuesto globo espía que surcó el ‘cielo norteamericano’ se han disparado. “Antes de que yo llegara al cargo, se contaba que la República Popular China estaba aumentando su poder y que Estados Unidos estaba cayendo en el mundo. Ya no es así. He dejado claro al presidente Xi que buscamos la competencia, no el conflicto. No me disculparé por invertir para hacer fuerte a Estados Unidos, invertir en la innovación estadounidense, en industrias que definirán el futuro y que el Gobierno de China pretende dominar”, defendió Joe Biden durante su discurso sobre el estado de la Unión.

Sobre la citada cuestión, el Gobierno de Biden ha determinado que el presunto globo de vigilancia chino que atravesó Estados Unidos la semana pasada operaba con tecnología de vigilancia electrónica capaz de monitorear comunicaciones estadounidenses. Así lo recoge CNN citando a un alto funcionario del Departamento de Estado. El globo “era capaz de realizar operaciones de recopilación de inteligencia de señales” y formaba parte de una flota que había sobrevolado “más de 40 países en los cinco continentes”. Cabe destacar que la inteligencia de señales se refiere a la información que se recopila por medios electrónicos, como comunicaciones y radares. En este sentido, continuó el funcionario, “sabemos que la República Popular China usó estos globos para vigilancia”. “Las imágenes de alta resolución de los sobrevuelos del U-2 revelaron que el globo, aun alcanzando gran altitud, era capaz de ejecutar operaciones de recopilación de inteligencia de señales”.