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Taiwán ve un "enorme" espacio para la cooperación de chips con la UE

El gobierno de Taiwán cree que hay un espacio "enorme" para la cooperación con la Unión Europea en semiconductores, en respuesta a los planes del bloque para impulsar su industria de chips y reducir su dependencia de los suministros estadounidenses y asiáticos.

Semiconductores y chips
El plan de la UE que trata de reindustrializar el continente en lo que a la fabricación de materiales imprescindibles para el desarrollo de nuevas tecnologías, menciona a Taiwán, porque es la sede del mayor fabricante de chips por contrato del mundo, TSMC, y de otras empresas líderes en el sector de los semiconductores, Y menciona Taiwán porque lo ve como uno de los "socios afines" con los que el viejo continente desearía trabajar.
 
Este importante plan, ideado para recuperar la "soberanía digital" del continente y presentado el pasado martes, pide a la Comisión Europea que flexibilice las normas de financiación de las plantas de semiconductores innovadoras, una medida que llega en un momento en que la escasez mundial de chips y los cuellos de botella en la cadena de suministro han causado estragos en muchas industrias europeas y mundiales.
 
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán se ha apresurado a manifestar su satisfacción por el fuerte impulso del comercio y la inversión bilaterales entre Taiwán y la UE, y se ha felicitado por la importancia que el bloque europeo le está dando a la isla asiática. El gobierno taiwanés está convencido de que "en la era pospandémica, Taiwán y la UE tienen un enorme margen de cooperación en la reestructuración de las cadenas de suministro mundiales, como la de los semiconductores, la recuperación industrial y el fortalecimiento de la resistencia democrática".
 
Precisamente la Unión Europea ha planteado límites en lo que se refiere a las fusiones entre empresas asiáticas y europeas, para que estas útlimas no queden anuladas por el rodillo industrial en lo que a componentes tecnológicos se refiere. Los reguladores de Europa están preocupados por el aumento de precios y la reducción de la oferta y demanda de estos componentes, que pueden seguir frenando el avance tecnológico e indutrial del viejo continente. 
 
Para favorecer el mercado de la UE, hace tan sólo unos días la Comisión Europea anució la relajación de las normas de financiación para las fábricas de chips de la zona euro, con lo que pretende devolver la importancia de la fabricación de esto sproductos  imprescindibles en el territotio UE. Los 27 acogen sólo la fabricación del 10% de los semiconductores del mundo.

La normativa que abre las posibilidades de fabricar más chips en el territotio europeo se enmarca dentro de la futura Ley Europea de Chips, que estará acompañada de una partida de gasto de 15.000 millones de euros, tanto para organismos públicos como privados, de aquí a 2030, en un claro intento de apoyar las fábricas más innovadoras que arraiguen en Europa para el beneficio propio de la UE, y flexibilizar la ayudas estatales evitando subsidios otorgados de manera injusta o ilagal por los  diferentes estados miembros. 

Taiwán, encantado de llevarse bien con Europa 

Los responsables de Exteriores deTaiwán aseguran que la isla aprovechará sus relaciones amistosas con la UE para profundizar su asociación. La corporación TSMC, que aseguró el mes pasado que aún estaba en las primeras fases de evaluación de una posible fábrica en Europa, ha declinado hacer comentarios sobre la legislación europea en lo que se refiere a los chips. Hay que recordar que la mismaTSMC ya está invirtiendo 12.000 millones de dólares en fábricas de chips en Estados Unidos.
 
Otra empresa taiwanesa, GlobalWafers, ha fracasado este mismo mes en su intento de adquirir el proveedor alemán de chips Siltronic por 4.350 millones de euros (5.000 millones de dólares), al no obtener la aprobación del gobierno alemán a tiempo. Esta unión habría generado una macro empresa, que se podía haber situado en el segundo lugar en el mundo como fabricante de chips de silicio de 300 milímetros, que son vitales para la fabricación de semiconductores, y habría situado a Europa en un lugar todavía más dependiente de Asia en lo que a suministro de compnentes y chips se refiere.
 
Ni la UE ni sus Estados miembros mantienen relaciones diplomáticas formales con Taiwán, reclamada por China, pero el bloque europeo ha querido mostrar su apoyo a la isla, especialmente cuando los lazos entre China y la UE se agravan por las disputas comerciales y las relacionadaa con los derechos humanos.


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