EMCEs comprensible que todo director general, y cualquier alto directivo, que se incorpore al puesto en nueva compañía, haga alarde de gran entusiasmo, altas dosis de optimismo y, consecuentemente, con desbordante euforia, realice pronósticos, vaticinios, y promesas que muy pocas veces, o casi ninguna, se cumplirán, pero dejan satisfechos a quien los lanza y a miembros de su...