Adrià e Hijos mejora sus servicios de impresión

La empresa Adrià e Hijos, ubicada en Barcelona, ha añadido a sus servicios de preimpresión habituales la tecnología del directo a plancha ( CTP ) , que permite pasar de la pantalla del ordenador a la plancha . Los clientes impresores podrán utilizar la unidad Titan 582, suministrada por la empresa Microgestió, durante 24 horas al día .

Tras unos meses de prueba, la empresa ha introducido en sus instalaciones esta tecnología que permite eliminar dos partes de la preimpresión tradicional como son la insolación y el montaje, etapas que, según afirma Adrià Pérez, director técnico de Adrià e Hijos, “producían imperfecciones . En la insolación se producía una pérdida de calidad y además ahora se eliminan los errores del montaje” . También se ahorra tiempo en la puesta en marcha y en las pruebas para casar los colores . “La trama que se consigue con el directo a plancha es mucho más precisa y permite ahorrar en tinta y agua así como en papel gastado para hacer máculas, que pasa de las 50 a 100 hojas actuales a cinco o seis”, añade Pérez .

Los mayores beneficiados del empleo de la tecnología CTP son los impresores que disponen de cuatro o cinco máquinas ya que pueden llegar a ganar hasta una hora porque no se hacen pruebas y además la plancha ya viene perforada, asegura el responsable técnico de la firma .

La CTP ha supuesto para Adrià e Hijos, dedicada al mundo de la preimpresión desde 1963, una inversión de 100 millones de pesetas entre la máquina, una Titan 582, y los servidores . El equipo conecta dos servidores: una estación Sun Spark sobre UNIX y un Compaq 1600 sobre Windows NT . Una red Ethernet los interconecta con 13 Apple Macintosh ( Power PC en migración hacia G3 ) y cinco PC, desde donde es posible realizar una impresión directamente .

El paso dado por esta empresa familiar no se ha considerado crítico, “ya que teníamos experiencia en filmadoras de gran formato como la AGFA Avantra 4402”, sino estratégico . “Ha supuesto una actualización, aunque al principio encontramos una cierta reticencia por parte de los impresores porque siempre habían hecho antes una prueba y el que fuera directo a plancha les parecía un poco arriesgado”, afirma Adrià Pérez .