Compaq, el cerebro del equipo BMW-Williams

La informática, elemento clave de la Fórmula 1

Cuando Ralph Schumacher se acerca a una de las curvas del circuito de Monza, a más de 200 kilómetros por hora, los ingenieros del equipo de Fórmula 1 BMW-Williams saben si ha frenado antes de tiempo y, consecuentemente, perderá unas décimas de segundo en esa vuelta. Su monoplaza, equipado con hasta doscientos dispositivos de captura de datos, envía constantemente información sobre el comportamiento de los puntos clave del bólido y del comportamiento del piloto en carrera. Todo ello, gracias a la tecnología de Compaq, el verdadero cerebro del equipo BMW-Williams.

(Monza, Italia). Existe una ligazón tradicional entre las empresas de informática y el mundo de la velocidad: la tecnología siempre ha encajado bien en el “Circo” de la Fórmula 1, donde ésta constituye el cimiento sobre el que se asientan los grandes éxitos de las principales escuderías. Pero esta relación alcanza un altísimo nivel de integración en el caso de Compaq y el equipo BMW-Williams. Desde las primeras fases de diseño en las factorías de Alemania e Inglaterra, hasta el rigurosísimo seguimiento de las “constantes vitales” del monoplaza en cada uno de los circuitos de todo el mundo, la tecnología de Compaq se ha convertido en el auténtico cerebro de un equipo que apuesta por las más avanzadas soluciones informáticas.
La relación de Compaq con el mundo de la Fórmula 1 empezó hace un año cuando el equipo BMW-Williams inició el desarrollo de sus nuevos monoplazas utilizando estaciones de trabajo de Compaq que imitaban, a través de aplicaciones CAD-CAM, las diferentes características de coches y circuitos. Según Compaq, se llegaron a realizar hasta 700 diseños diferentes de los monoplazas que esta temporada compiten en el campeonato mundial de Fórmula 1.

Bólidos virtuales
Los equipos de diseño de BMW-Williams utilizan estaciones de trabajo Alpha para simular las fuerzas aerodinámicas a las que se ven sometidos los monoplazas en el curso de una carrera, comprobando en tiempo real los efectos de las modificaciones sobre el modelo “virtual”.
La simulación virtual tiene además una gran ventaja sobre los métodos tradicionales de realizar tests: no supone ningún riesgo para los pilotos y resulta infinitamente más barata que realizar modificaciones en los monoplazas “reales”. Según los ingenieros de BMW-Williams, la simulación permite además acelerar el proceso de diseño “evaluando más opciones, revisando los requisitos de multitud de partes y realizando infinidad de pruebas”, según Gavin Fisher, Jefe de Diseño del equipo BMW-Williams. Fisher asegura que el ahorro de costes no es la principal ventaja de la simulación: “Tiempo y rendimiento son los grandes beneficios”, afirma.
En la actualidad, y gracias a la tecnología de Compaq, los ingenieros de BMW-Williams pueden simular cada carrera y prever cómo se comportará el monoplaza en cada situación. Modificando las características de los alerones o de los neumáticos, los ingenieros pueden predecir cuál será el resultado en la carrera real.

Entrando en boxes
Donde resulta más evidente la colaboración de Compaq con BMW-Williams es en el curso de cada carrera. Los ingenieros de la escudería están equipados con portátiles Armada y dispositivos iPAQ para almacenar datos sobre las partes más importantes del monoplaza, las características de cada circuito o las estadísticas asociadas a cada piloto. Todos estos datos son también gestionados y almacenados en servidores ProLiant DL380 corriendo bajo Windows NT, que se instalan en los boxes en cada carrera y son manejados por los ingenieros de BMW-Williams.
Durante la carrera, hasta doscientos dispositivos capturan datos y transmiten la información recogida en diferentes partes y sistemas del monoplaza cada vez que el coche atraviesa la línea de meta. Los datos analizados van desde el consumo de combustible hasta la temperatura del motor, pasando por el rendimiento de los neumáticos o el comportamiento del piloto en cada punto del circuito. Los ingenieros de BMW Williams saben en qué momento de la carrera frena cada piloto, a cuántos metros de cada curva y a qué velocidad. Así, comparando los modelos de conducción respectivos, Ralf Schumacher y Juan Pablo Montoya pueden comparar y mejorar su estilo de conducción para cada circuito. Incluso Marc Gené, tercer piloto de la escudería, puede aportar numerosas pistas sobre cómo trazar cada curva.
Todos los datos de telemetría son almacenados en los cinco servidores DL380 de Compaq instalados en los boxes de BMW-Williams, y enviados a las sedes de la escudería en Alemania e Inglaterra para que los ingenieros de diseño del fabricante puedan trabajar con ellos. Los servidores están equipados con aplicaciones desarrolladas específicamente por BMW-Williams para el análisis de este tipo de datos. Paralelamente, cada ingeniero cuenta con un ordenador portátil Compaq Armada equipado con una tarjeta de comunicaciones que se conecta al sistema informático del monoplaza para descargar todos los datos de telemetría acumulados: 16 MB de información cada vez que el Fórmula 1 para en boxes. Los Armada de los ingenieros son también utilizados como estaciones desktop al conectarse a la red en las sedes de la escudería.
La tecnología de Compaq permite, en definitiva, medir todos los parámetros que afectan al comportamiento del Fórmula 1, analizar su rendimiento y simular el efecto de las modificaciones sobre los modelos virtuales. Tecnología de última generación para suplir los indicadores poco sofisticados utilizados hasta hace pocos años en el mundo de la Fórmula 1: las sensaciones personales de los pilotos a la hora de conducir.

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