EE.UU define directrices para los fabricantes de semiconductores que busquen fondos en la Ley de Chips

La Administración Biden ha puesto en marcha un procedimiento de solicitud con directrices para las propuestas de los fabricantes de semiconductores que quieran beneficiarse de los incentivos ofrecidos en el marco de la Ley de Chips y Ciencia de Estados Unidos (EE.UU). El proceso de solicitud pone el acento en promover los objetivos anunciados por la administración del presidente demócrata de “revitalizar la industria nacional de semiconductores y devolver las cadenas de suministro a EE.UU”, según ha informado el departamento de Comercio a través de un comunicado.

Cabe destacar que es el propio departamento de Comercio el que administra el programa de Chips de 50.000 millones de dólares para reactivar la industria estadounidense de semiconductores, que incluye 39.000 millones en incentivos para ampliar o construir instalaciones de fabricación. Los incentivos están destinados a "restaurar el liderazgo de EE.UU en la fabricación de semiconductores, apoyar empleos bien remunerados en toda la cadena de suministro y avanzar en la seguridad económica y nacional de EE.UU", añadió la autoridad competente.

Oportunidades de financiación

Los primeros fondos de la Ley de Chips se destinarán a “solicitudes de proyectos de construcción, ampliación o modernización de instalaciones comerciales para la producción de semiconductores de vanguardia, de generación actual y de nodos maduros". Esto incluye tanto la fabricación de obleas como el empaquetado, apuntan desde el departamento de Comercio. Algunas de las condiciones mostraban las prioridades sociales y económicas de la administración, incluida la necesidad de una mano de obra diversa. Los solicitantes que aspiren a más de 150 millones de dólares de financiación directa deberán presentar planes "para proporcionar tanto a sus instalaciones como a los trabajadores de la construcción acceso a servicios de guardería asequibles, accesibles, fiables y de alta calidad". Además, “se recomienda encarecidamente a los solicitantes que utilicen acuerdos laborales para los proyectos de construcción", señala el departamento.

Emergencia nacional

La escasez de semiconductores se considera una emergencia nacional. Así lo aseguró Raimondo en declaraciones el pasado año: “la escasez de chips causada por la pandemia es una cuestión de seguridad nacional”. Unas palabras que ponían de manifiesto la dependencia de la fabricación estadounidense de las importaciones de chips de fuera del país. Los semiconductores desempeñan un papel importante en las aplicaciones militares y son componentes críticos en las herramientas de ciberseguridad.

La cuota de EE.UU en la capacidad mundial de fabricación de semiconductores se ha desplomado del 37% en 1990 al 12% en 2022, según un informe de la Asociación de la Industria de Semiconductores, "sobre todo porque los gobiernos de otros países han invertido ambiciosamente en incentivos a la fabricación de chips y el de EE.UU no". En respuesta, el Gobierno de Biden empujó al Congreso a reunir varios proyectos de ley para promulgar la Ley de Chips, aprobada finalmente por Biden en agosto del año pasado. Esto ha llevado a varios gigantes de la fabricación de chips, como TSMC, Samsung e Intel, a anunciar inversiones.

"Los chips semiconductores son los pilares de la economía moderna: impulsan nuestros teléfonos inteligentes y coches. Y durante años, su fabricación se envió al extranjero. Por el bien de los empleos estadounidenses y de nuestra economía, debemos fabricarlos en casa. La Ley de Chips para América lo conseguirá", tuiteó el presidente Biden el año pasado. "Estados Unidos va a liderar la fabricación de microchips", prometió el demócrata.