Unión Europea

El mecanismo de Recuperación y Resiliencia sopla las velas tras dos años desde su adopción

La Comisión Europea celebra la efeméride de la puesta en marcha del Fondo de Recuperación y Resiliencia (FRR), “motor central” de la transformación digital y verde de la Unión Europea.

Comisión Europea

La Comisión Europea (CE) celebra la efeméride de la puesta en marcha del Fondo de Recuperación y Resiliencia (FRR) en su segundo aniversario, un instrumento “clave” en el corazón del plan de recuperación Next Generation EU de 800.000 millones de euros para Europa. Con este contexto como telón de fondo, Bruselas hace balance de los resultados obtenidos hasta la fecha a través del doble impulso del RRF para reformas e inversiones verdes y digitales en los Estados miembro. Asimismo, desgrana pasos adicionales para apoyar la continuidad y el éxito de los planes nacionales de recuperación y resiliencia.

El plan de recuperación Next Generation EU se ha convertido en “algo más que una respuesta vital a la pandemia de COVID-19”, ha asegurado al respecto la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. “Dos años después de la creación del fondo, ya hemos desembolsado más de 140.000 millones euros y superamos nuestros objetivos de inversión iniciales para las transiciones verde y digital”, ha señalado. Ahora, continúa, con la “brutal” invasión rusa de Ucrania y la crisis energética global, “el fondo también se ha convertido en un elemento clave de nuestro Plan Industrial Green Deal”. Una herramienta para apoyar a los Veintisiete en el camino hacia el cero neto.

Este hecho, apunta la presidenta, es una muestra de cómo el plan Next Generation EU se adapta para abordar los diversos desafíos a los que se enfrenta la Unión. “Las reformas transformadoras a través de los planes nacionales de recuperación de los Estados miembro son clave para modernizar y fortalecer nuestra Unión Europea. La implementación rápida debe continuar”, ha instado von der Leyen.

 

Equilibrio de objetivos

Desde su creación hace dos años, el RRF ha tenido un impacto transformador en las economías de los Estados miembros , por ejemplo, impulsando reformas de los sistemas de justicia civil y penal en Italia, reformas del mercado laboral en España, mejorando la vivienda asequible en Letonia, promoviendo inversiones en offshore energías renovables en Grecia. Estos cambios están siendo posibilitados por el diseño único del RRF, que combina planes nacionales de reformas e inversiones con prioridades y financiamiento comunes. Al observar los planes de recuperación y resiliencia de los Estados miembro, se detecta que alrededor de 203.000 millones de euros de la asignación total contribuyen a medidas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030. Alrededor de 131.000 millones de euros contribuyen a medidas para transformar digitalmente la economía de Europa. Por otro lado se han dedicado alrededor de 138.000 millones al gasto y las políticas sociales para la próxima generación.

El diseño del RRF está dirigiendo un ciclo virtuoso de cambio en el que las reformas propuestas por los Estados miembro sientan las bases para las inversiones posteriores establecidas en sus planes de recuperación y resiliencia, así como aquellas impulsadas por otros fondos de la UE, fondos nacionales y, de manera crucial, el sector privado. A medio plazo, la Comisión estima que las inversiones financiadas por Next Generation EU podrían impulsar el PIB de la UE en torno a un 1,5 % en 2024 y estimular aún más la creación de empleo.

 

Acelerar la implementación y transparencia

Hasta la fecha, la Comisión ha desembolsado más de 144.000 millones en el marco del RRF, incluidas subvenciones y préstamos. No obstante, se esperan más desembolsos a medida que avanzamos hacia la segunda mitad de la vida útil del RRF. Como consecuencia, apuntan desde Bruselas, los Veintisiete “deben hacer todo lo posible para aprovechar al máximo las oportunidades que brinda y cumplir con los plazos a los que se comprometieron en sus planes”.

La implementación acelerada del RRF y el cumplimiento eficiente de sus objetivos van de la mano con un alto nivel de transparencia en el funcionamiento del mecanismo. “La Comisión siempre se esfuerza por lograr la máxima transparencia y, con este fin, ha creado el Cuadro de Indicadores de Recuperación y Resiliencia”, que proporciona información en tiempo real sobre los desembolsos y el progreso realizado por los Estados miembro.



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