El mercado de tecnología para la democracia llegará a los 500 millones de euros en cinco años

Vemos películas online, trabajamos online, socializamos online e incluso hacemos las compras online. ¿Por qué no votar en las próximas elecciones online también? Las tecnologías para la democracia son un tema que los gobiernos a nivel global han estado revisando y sopesando desde hace años y, después de la pandemia, el mercado de este tipo de soluciones parece estar en auge. Según un estudio realizado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) y el Instituto de Innovación en Política, el mercado para las soluciones digitales de participación y deliberación en Europa crecerá hasta los 300 millones de euros en los próximos cinco años, mientras que el del voto electrónico alcanzará la cifra de 500 millones de euros. 

El informe muestra que “la demanda de formas participativas y deliberativas de democracia crece rápidamente en Europa, a medida que los gobiernos locales y regionales buscan formas de incluir a más ciudadanos en la elaboración de políticas. Para gestionar las aportaciones de un gran número de personas, en los últimos años se han introducido aplicaciones tecnológicas de participación, deliberación y voto electrónico desarrolladas por empresas privadas, organizaciones sin ánimo de lucro y gobiernos”.

Dubravka Šuica, vicepresidenta de Democracia y Demografía de la Comisión Europea, comentó que “la democracia está en constante evolución. Fui copresidente de la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Su lanzamiento coincidió con una pandemia. La plataforma digital multilingüe en línea ya no era sólo una herramienta de apoyo al proceso deliberativo. Se convirtió en vital para garantizar que los ciudadanos pudieran conectarse, contribuir y participar en su democracia".

Por su parte, Kevin Casas-Zamora, secretario general de IDEA Internacional, señaló que “las herramientas digitales e Internet son y seguirán siendo una infraestructura clave para la democracia. Aprovechar estas capacidades será clave para que la democracia esté a la altura de las circunstancias en el siglo XXI y más allá. Los ciudadanos no esperan ni merecen menos".

El crecimiento del mercado de la tecnología para la democracia muestra una “ventana de oportunidades” para los proveedores europeos de este tipo de soluciones -que el estudio cifra en más de 100 empresas en Europa-, debido al enorme interés que estos servicios y productos generan en otras regiones del mundo. 

Sin embargo, “la falta de financiación, seguridad y normas de calidad frenan el desarrollo de nuevas formas de procesos democráticos”. En este contexto, el equilibrio entre la facilidad de acceso y la autenticación segura de los ciudadanos continúa siendo un riesgo potencial de las tecnologías para la democracia. De hecho, el informe cuenta que en muchos presupuestos participativos, personas no residentes y sin derecho a voto pueden proponer proyectos y votar sobre el presupuesto de una ciudad. 

Por esta razón, IDEA Internacional y el Instituto de Innovación en Política sugieren que se implemente una marca de calidad confiable en la tecnología que se utilice para los procesos democráticos más críticos. Esto sería “bien acogido en la esfera política” y “contribuiría al crecimiento de la participación ciudadana, al aumentar la confianza entre los usuarios y los compradores de dichas tecnologías".

Edward Strasser, consejero delegado y cofundador del Instituto de Innovación Política, puntualizó que “el creciente mercado de las tecnologías de la democracia debería recibir el apoyo de los gobiernos de toda Europa, ya que aporta nuevas formas de práctica democrática y está reforzando la confianza en la democracia. Pero también necesitamos normas de calidad a escala europea, para que los ciudadanos puedan confiar en esta nueva infraestructura democrática".

Asimismo, el estudio asevera que “el marco jurídico de la democracia participativa y deliberativa y del voto en línea va a la zaga de la situación sobre el terreno, especialmente en lo que respecta a la inclusión, el uso de datos, la rendición de cuentas y la transparencia”, por lo que recomienda la creación de agencias nacionales que se encarguen de velar por la calidad y seguridad de los procesos democráticos online, aporten conocimientos técnicos, elaboren recomendaciones para los legisladores y evalúen el impacto de los procesos participativos.