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Sector Público

La Administración Pública, preparada para la transformación digital

"El sector público ya se encontraba en una dinámica de transformación que la COVID-19 solo ha acelerado", según ha señalado Juan Jesús Torres Carbonell, secretario general de Administración Digital, en el encuentro IDG Virtual Summit Administraciones Públicas.

Juan Jesús Torres Carbonell, secretario general de Administración Digital
Juan Jesús Torres Carbonell, secretario general de Administración Digital.

España se encuentra en una posición favorable para afrontar los retos que tiene por delante”. Con esta declaración, Juan Jesús Torres Carbonell, secretario general de Administración Digital, ha inugurado el encuentro IDG Virtual Summit Administraciones Públicas. Torres ha recurrido al Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) 2020 elaborado por la Comisión Europea (CE), que sitúa a España por delante de Alemania, Francia e Italia, para defender esta idea. Además, ha revindicado “la necesidad de aprovechar el momento único que tenemos ante nosotros para sacar el máximo provecho posible a esta transformación digital”. Ha señalado que este esfuerzo transformador, que ocupa todo un capítulo del Plan España Digital 2025, debe focalizarse en “personalizar los servicios, actualizar la infraestructura tecnológica y crear puestos de trabajo que faciliten la prestación de servicios desde cualquier lugar”.

Al igual que el secretario general de Administración Digital, el resto de ponentes (de la Administración general del Estado, autonómica y local) que han participado en este encuentro organizado por IDG Research con la colaboración de Commvault, Evolutio, Devoteam, HP, Intel, Informática, Pandora FMS, Service Now, Tableau y Uniway, han incidido en el mensaje de que la crisis sanitaria se ha convertido en todo un acelerador de la digitalización.

Transformación del entorno de trabajo

La  COVID-19 ha supuesto un cambio radical en la forma de trabajar de la Administración, donde el puesto está definido para una estabilidad que con el virus se ha venido abajo. El esfuerzo ingente que tuvieron que hacer desde el sector público, con la aprobación del estado de alarma, para que los empleados pudiesen trabajar desde sus casas y así, continuar dando servicio al ciudadano ha provocado un cambio estructural sin marcha atrás. Deja de ser relevante desde dónde se presta el servicio y surgen nuevas dinámicas y procesos, en los que la colaboración y el dato adquieren mayor protagonismo.

Nuevos modelos de relación

Como en el sector privado, se avanza hacia una visión customer centric, en el que el cliente, en este caso, el ciudadano, pero también el funcionario se convierten en el centro y la Administración empieza a hablar de “experiencia de usuario y eficiencia”. Incluso, se plantea, como en el caso de la Generalitat de Catalunya, dar un paso y “ofrecer servicios proactivos y personalizados”. Esther Manzano, directora general de Administración Digital de la Generalitat, trabaja ya en “un servicio público que, por defecto, sea digital y creado para ofrecerlo y no solicitarlo”. Un territorio inexplorado que exige “repensar la forma de hacer las cosas con el objetivo de provocar un cambio interno en la Administración de forma que el ciudadano perciba el valor de los servicios que le queremos ofrecer”, ha afirmado Manzano.

Flexibilidad y una nueva forma de hacer las cosas

La flexibilidad en la contratación durante el estado de alarma ha sido clave para preparar la infraestructura de la Administración para la situación que se le venía encima. Sin embargo, como ha afirmado Idoia Ortiz de Artiñano, directora y fundadora del PublicTech Lab del Instituto de Empresa, “legislar para resolver los problemas está bien pero sólo es el primer paso, después hay que hacer el delivery”. Y por ello ha reivindicado “el empuje de que las cosas se pueden hacer de otra manera” para aprovechar la oportunidad que se abre con el Fondo Europeo de Recuperación COVID-19. En este sentido, Idoia ha señalado la necesidad de que “la Administración deje de estar orientada a generar trámites para pensar en servicios, supere el enfoque en la fiscalidad previa que ‘mata’ muchas iniciativas y la reemplace por la evaluación post y apueste por el funcionario tecnológico no sólo en la infraestructura, sino también en la lógica de la gestión”.

 



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