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Coronavirus

La pandemia revela la necesidad de una mejor telemedicina

El COVID-19 ha demostrado que las áreas que carecen de acceso a Internet de alta velocidad no pueden gozar de sus beneficios.

telemedicina, salud
Créditos: Getty Images

El COVID-19 está dando lugar a una nueva normalidad en la que todo lo que hemos hecho hasta ahora, ya sea trabajar o vivir, cambia de manera radical. Y en este escenario, una de las industrias que sufrirá la mayor transformación es la de la atención sanitaria.

Así, los médicos ya nunca podrán volver a los días previos a la COVID 19, cuando las consultas rutinarias cara a cara eran la norma habitual. El Coronavirus ha abierto las compuertas y puesto a prueba las tecnologías de red existentes. Por eso, mientras que muchos proveedores de servicios han sabido manejar con éxito los picos de tráfico en la red, el COVID-19 ha revelado deficiencias de conectividad que deben ser abordadas en el futuro.

 

La telesalud es el camino del futuro

El actual modelo de atención médica de asistencia personal, visita a los pacientes donde se encuentren o que éstos asistan a la consulta, ya se puede considerar algo arcaico. Hasta la fecha, la telesalud era una excepción, no la norma, aunque la pandemia ha revelado que su despliegue puede tratarse de una buena solución siempre que vaya acompañada de un despliegue real de la tecnología.

Se puede citar el caso de la rama médica de la Universidad de Texas Galveston (UTMB), formada por hospitales y departamentos de emergencia distribuidos por cuatro campus; y su necesidad de adaptación a la realidad pasaba por cambiar el 50% de sus visitas de pacientes a visitas de video de telesalud con inmediatez. Afortunadamente, el UTMB ya disponía de la infraestructura para proporcionar atención a los pacientes a distancia años antes de la pandemia, por lo que su propia red manejó el aumento de las visitas de telesalud con eficacia.

Sin embargo, el gran problema con el que se encontró el UTMB fue el acceso a Internet para los pacientes. La telemedicina a menudo carece de los controles de calidad de servicio que tienen las redes internas, ha explicado Mike King, director de Redes y Telecomunicaciones del UTMB, durante una reciente mesa redonda virtual de Cisco centrada en la conectividad a Internet durante COVID-19. Y es que el UTMB descubrió que algunas aplicaciones fallan con más frecuencia que otras.

"Cuando tienes encuentros de telemedicina que son sólo 10 o 15 minutos, no dispones de tiempo para elaborar una configuración de una aplicación o de las llamadas perdidas. Eso puede fracturar bastante la experiencia del paciente", ha añadido King.

Todd Leach, director de información de la UTMB, ha explicado por su parte que tenía que capacitar a sus proveedores para asegurarse de que se sintieran cómodos con las necesidades de la telemedicina. Una gran parte del programa de telemedicina del UTMB sirve al sistema penitenciario estatal, con muchas de esas prisiones ubicadas en áreas rurales donde el servicio de Internet es irregular y donde los dispositivos de acceso disponibles están desactualizados.

Alrededor del 20% del sistema penitenciario de Texas carece de acceso a Internet de alta velocidad, y sin él casi 40.000 reclusos no pueden obtener servicios de telesalud. El UTMB está actualmente llevando a cabo un piloto de Internet inalámbrico para permitir visitas de audio y video de alta calidad con los médicos para la población carcelaria, evitando así la necesidad de cablear la costosa infraestructura de redes.

 

COVID-19 ha forzado los servicios críticos

Los servicios críticos también se han puesto a prueba durante la pandemia, lo que ha revelado que el socorro en casos de desastre puede utilizar algunas mejoras de la conectividad. AT&T y la Autoridad de la Red de Primera Respuesta (FirstNet) operan conjuntamente una red nacional que apoya las comunicaciones de emergencia. Incluso con la amplia experiencia de FirstNet en respuesta a desastres, COVID-19 ha resultado como "un incendio, una inundación y un tornado en todas las ciudades del país al mismo tiempo", ha admitido Jason Porter, vicepresidente senior de FirstNet, que participó en aquel foro de Cisco.

FirstNet ha ayudado a modernizar la respuesta de emergencia cuando la demanda de servicios críticos se disparó durante la crisis inicial de COVID-19. Ha trabajado con socios de la cadena de suministro para asegurarse de que los equipos de primera respuesta tuvieran suficientes dispositivos, y ha reunido una infraestructura de red auxiliar donde la infraestructura existente era insuficiente. La red requiere una amplia cobertura en lugares remotos para responder a los casos que surjan, que necesitan acceso inmediato a los datos y las comunicaciones.

El apoyo auxiliar incluía dispositivos desplegables, una flota de FirstNet de 76 unidades de despliegue rápido que pueden llevar el acceso a Internet a lugares que no lo tienen. Esto incluye activos terrestres como torres celulares sobre ruedas (COW) y camiones ligeros.

FirstNet ha enviado aquellas 76 unidades para la respuesta COVID-19, pero Porter quiere "innovar la flota" en el futuro incluyendo otras opciones como los drones, que deberían estar disponibles a finales de este año. Éstos pueden ampliar la cobertura en caso de desastres, añadir capacidad o ser utilizadas para llevar Internet a nuevos lugares.

Ejecutivos de Cox y Verizon se han referido al tema, esbozando lo que los proveedores de servicios pueden hacer para crear una Internet más ubicua. Además de ampliar el acceso y la conectividad a la Internet, es fundamental formar asociaciones para llevar los dispositivos y el contenido a los que carecen de servicios. Los proveedores han admitido que trabajarían con el Gobierno para facilitar el proceso de construcción y reducir los costos para acelerar los despliegues. Sin embargo, han subrayado que podrían ser necesarios subsidios para desplegar la banda ancha en zonas donde actualmente no es rentable hacerlo.

El acceso a los servicios sociales y de salud en el futuro tendrá que ser continuo, ha admitido Leach, del UTMB. "Y no puede suceder sin estar continuamente conectado. La telesalud se aplica en más situaciones de las que tradicionalmente hemos pensado que es cómodo aplicar", ha proseguido.

 

La brecha digital global

Ninguna empresa dispone de la tecnología o del modelo de negocio para cerrar por sí sola la brecha digital. La colaboración de la industria y las pequeñas inversiones en la expansión de las opciones de conectividad es lo que marcará una gran diferencia en la calidad de vida de las personas.

3.800 millones de personas -—casi la mitad de la población mundial— carece de acceso a Internet, lo que limita su acceso a la información, la educación y la atención sanitaria, según el Informe sobre el Futuro Inclusivo 2020 de Cisco. Las lagunas en el acceso no sólo existen en los países en desarrollo, sino también en las zonas rurales y en las comunidades empobrecidas de los Estados Unidos.

En este sentido, Cisco ha hecho un llamamiento a los líderes tecnológicos para que dirijan su energía y sus recursos hacia el desarrollo de soluciones centradas en la inclusión global. Esto significa crear un acceso más amplio a la atención sanitaria y a los servicios sociales con tecnologías rentables y eficientes que satisfagan las necesidades locales.

Llevar Internet a las poblaciones desatendidas podría sacar a 500 millones de personas de la pobreza y añadir más de 6 billones de dólares a la economía mundial, ha reconocido Jonathan Davidson, vicepresidente senior y gerente general del Grupo de Infraestructura de Escala Masiva de Cisco.



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