Las mujeres representan un 6% de los fundadores de ‘startups’ en España

Todavía hay brechas de género que suturar en pleno siglo XXI. Y es que la incorporación de más mujeres al ecosistema emprendedor sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes, a nivel nacional, pero también a escala global. Concretamente, en nuestro país, solo un 6% de las startups existentes ha sido fundado exclusivamente por emprendedoras, mientras que un 35% de ellas cuenta con equipos mixtos. Así lo revelan los datos de la última edición del Mapa del emprendimiento desarrollado de manera conjunta por South Summit y la IE University.

En España, al igual que sucede en otras regiones, un 20% del total de emprendedores son mujeres, frente al 80% de hombres. Aunque se trata de un porcentaje sensiblemente superior al de la media europea (17%), cabe destacar que aún estamos por debajo de otras regiones como Norteamérica (21%), Latinoamérica (24%), Asia-Pacífico (23%) y África (29%).

Radiografía del caso español

“Tradicionalmente, las mujeres han emprendido en sectores de ámbito social, como la salud o la educación. Aunque poco a poco vemos cómo las emprendedoras se animan a sumergirse en sectores considerados como masculinos; tal es el caso de la consolidación del fintech entre las emprendedoras”, apunta María Benjumea, fundadora y presidenta de South Summit. De hecho, según se desprende del mapa, en los últimos años ha habido una evolución: mientras en 2019 el top de las industrias con más presencia femenina eran moda, arte, cultura y estilo de vida, en este último año destacan precisamente esas áreas de salud, impacto social o fintech. Además, se vislumbra un mayor interés de las mujeres por emprender en sectores como el reciclaje o el marketing.

Respecto a la financiación de las startups fundadas por mujeres, al igual que sucede en el conjunto del ecosistema, hay una tendencia positiva hacia un modelo cada vez más profesional y equilibrado. Los fondos privados han pasado de representar un 17% el pasado año a un 28% en esta edición, mientras que los fondos propios han descendido del 61% al 46% en el mismo periodo. Así, en cuanto al éxito de los proyectos emprendidos, solo el 42% de las mujeres afirma haber fracasado en alguna startup anterior, frente al 55% de los hombres; asimismo, un 24% asegura haber vendido su startup, un 9% menos que los hombres.

Retrato robot de la mujer emprendedora

A la hora de hacer un retrato robot de la mujer emprendedora global, cabe decir que su edad media se sitúa en los 36 años y que la inmensa mayoría cuenta con formación universitaria y máster, la mitad en ámbito STEM. Las emprendedoras tienen además una consolidada experiencia laboral antes de poner en marcha su proyecto. En España, un 66% de las mujeres emprendedoras trabajaba antes por cuenta ajena y un 7% en otra startup. Entre las razones que llevan a las emprendedoras en todo el mundo a poner en marcha una startup, un 36% lo hizo porque siempre quiso emprender y un 44% tras detectar una oportunidad de mercado. No es de extrañar entonces que el índice de mujeres emprendedoras en serie sea ligeramente superior a la mitad (51%), aunque por debajo del de emprendedores masculinos en serie (62%).

Teniendo en cuenta el contexto descrito, Benjumea nos invita a “trabajar desde todos los ámbitos con la perspectiva de posicionar a las mujeres emprendedoras como una oportunidad para el ecosistema”. En esta misma línea, continúa la presidenta del South Summit, “la nueva ley de startups recoge medidas de financiación destinadas, precisamente, a reducir la brecha de emprendimiento entre hombres y mujeres mediante la línea de financiación de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), que cuenta con 51 millones de euros” para lograr el cometido.